MUTE es música y teatro, pero nace desde la música y con la música. El teatro se suma y se potencia sobre la base musical que es protagonista y lleva la escena.
Hoy en día el acceso a disfrutar de una obra de teatro es cada vez mayor. En la actualidad, son muchas las compañías que destacan por ocupar espacios públicos, y al alcance de la gente, para dar a conocer su trabajo.
Un ejemplo de aquello es Teatro Reconstrucción, que, por más de 10 años, ha desarrollado una destacada trayectoria en las artes escénicas a nivel nacional. Y hoy se mantienen sumergidos en un proyecto que desde el año pasado liga el teatro con la música: Mute, iniciativa que por estos días llena de arte los bares de Concepción.
Durante el año pasado la idea fue directa: mezclar obras de teatro con música local. Así, desde Teatro Reconstrucción y el Consejo de la Cultura y las Artes nació Mute, que por más de un mes se desarrolló en Artistas del Acero.
“El año pasado realizamos Mute, y el apoyo del Fondart permitió el concierto de tres bandas, con teatro: Peter Ron en ‘Granja animal’, Los Temibles Sandovales y ‘Oficina de asuntos’ y la banda Bosque en ‘Eva’. La experiencia fue tan maravillosa que nos impulsó a continuar”, contó Leyla Selman, directora de la iniciativa.
Incluir la música
Para Mute, la música es parte fundamental. En ese sentido, Selman afirmó que “siempre está presente en todo, en el teatro, la danza, las artes escénicas en general y la vida. Nosotros simplemente acentuamos la música como motor central, des-teatralizando un poco la propia tensión del teatro”.
“Mute es música y teatro, pero nace desde la música y con la música. El teatro se suma y se potencia sobre la base musical, que es protagonista y lleva la escena, la conduce y la inspira”, indicó Selman.
En esta segunda versión, algunos de los artistas que han musicalizado obras son Sebastián Larrea Trip (El Chorro de Sangre), Bárbara Calderón y Ala Vorágine (Vuelvo a Ser La que Soy).
Sobre la mezcla que ejerce la música con el teatro, Iván Monsalves, productor de Mute, señaló que “la creatividad artística es variada. A veces un texto llama una canción o un ritmo, como el caso de ‘Mi amiga Gladys’, inspirado en las crónicas que Pedro Lemebel le escribe a su cercana amiga… En otros casos pasa todo lo contrario, es la música la que invita o casi obliga a buscar acompañante literario. ‘Chorro de sangre’, por ejemplo, es la fantasía musical que provoca en los artistas de reconstrucción los sonidos de Larrea Trip. Es virtuoso y disciplinado, fascina en cuanto espacio al verlo y escucharlo, y decidieron amarrar sus ritmos a una historia de vampiros, o vampiras”.
Espacios escogidos
Si el año pasado Mute desarrolló, como lo llaman desde la organización, Línea Dos (gran formato para teatros o espacios de mayor dimensión), ahora se mantienen en Línea Uno: piezas que pueden funcionar en cualquier terreno de la ciudad.
Así, sobre la elección de los espacios, el productor afirmó que “tenemos una responsabilidad con la gente, todos los artistas y las artes la tienen, sumar receptores, buscarlos, cautivarlos, conquistarlos. Debemos ser capaces de subir los promedios de receptores en Concepción y ahí pensamos en los bares, lugares donde las personas no se esperan encontrar con una presentación artística”.
Malabar, Bar Concepción, Bar Callejón, Casa de Salud, Sin Pecado Concebido y La Bodeguita de Nicanor fueron los espacios elegidos. “Miramos quiénes estaban arriesgando en cultura, que se la juegan por los artistas. Porque para llenar espacios existen mil fórmulas, ninguna de nombre teatro o poesía”, aseguró Monsalves.
Las obras que restan son “Vuelvo a ser la que soy” (hoy en Malabar), “Chorro de Sangre” (miércoles 22 en Bar Concepción, jueves 30 en La Bodeguita, 14 de diciembre en Sin Pecado Concebido, 20 de diciembre en Bar Callejón y el 30 en Casa de Salud), “Cochabamba ya tiene un mar” (jueves 23 en Sin Pecado Concebido y el 6 de diciembre en Bar Callejón) y “Mi amiga Gladys” (el 7 de diciembre en La Bodeguita).
Los espectadores
“Lo interesante y sin duda lo más importante es alcanzar a personas que no visitan el teatro, que se encuentran con esta posibilidad de manera orgánica, natural de recibir un mensaje escénico”, afirmó Monsalves.
Por último, el productor refuerza la idea de sacar el arte de su zona tradicional. “Llevarlo a la calle, a lugares no convencionales de manera constante, es darle otro aire a la ciudad. Y ayuda, a que en plazo ojalá no tan largo tengamos una mejor calidad de vida”.