Cultura y Espectáculos

La arquitectura como lienzo del artista: JAAR el lamento de las imágenes

Por: Esteban Andaur 27 de Octubre 2017
Fotografía: Cedida

El documental de octubre del ciclo MiraDoc, tuvo su última exhibición ayer a las 19 horas en el Centro Cultural Alianza Francesa.

En el documental sobre el artista visual Alfredo Jaar, él mismo expone, en sus propias palabras, sobre su proceso artístico y lo que ha motivado cada una de su obras en su extensa carrera.

JAAR el lamento de las imágenes (2017) funciona más como un texto expositivo, aunque personal, sobre uno de los artistas chilenos más renombrados a nivel internacional; no tanto así como un ensayo fílmico de su directora, Paula Rodríguez Sickert.

O quizá sí lo sea, pero del mismo Jaar. Él se presenta al espectador como un artista que no trabaja desde la belleza ni desde la imaginación, como uno acostumbra a pensar de cualquier artista. Sino que lo hace desde la racionalidad, la matemática, acariciando el pensamiento científico.

Y es que Jaar estudió arquitectura, no arte; su padre no lo dejó. Y es desde la arquitectura que crea objetos estéticos. En ese sentido, su obra, pese a no emerger desde la visceralidad de los sentimientos, es, de hecho, puramente personal y honesta, y ha sido consecuente a lo largo del tiempo.

Jaar trabaja con intervenciones públicas, que utilizan carteleras en las calles de Chile, Nueva York, Venecia, etc., con grandes tipografías y mensajes provocadores e introspectivos; o en museos, donde su trabajo se afirma más en la fotografía de eventos políticos y sociales, eludidos por la prensa. La arquitectura es su lienzo.

Jaar entiende el arte como una forma de entender el mundo. Admite desde el principio del largometraje que no entiende muchas cosas, pero que el arte es para él su forma de actuar luego de comprender bastante aquello que escapa a su razón.

Él es, sin duda, un artista de una tremenda sensibilidad, y el éxito y prestigio que ha logrado con los años se debe, estoy seguro, a su capacidad crítica, de sí mismo y del mundo; después de todo, y él estaría de acuerdo conmigo, somos uno solo. Su carácter crítico dota a su trabajo de mucho contenido. Uno de sus blancos habituales de crítica es la prensa, por privilegiar más el lado farandulero del arte, en lugar del verdadero movimiento presente en las generaciones de artistas jóvenes. Según Jaar, ellos están, constantemente, encontrando formas de entender el mundo y crear a partir de ahí.

Pienso que él se ve reflejado en ellos: usa las mismas palabras para describirse tanto a sí mismo como a ellos.  En ese caso, ¿ha dejado de ser joven? Creo que no, su espíritu sigue fresco, pero no inmaduro. O sea, nunca fue un joven común y corriente tampoco. Cuando se tiene talento, y sobre todo para el arte, sobresales de la muchedumbre, y te refugias en tu soledad, y la cuidas mucho, porque en ese estado, en esos lugares privados, se desata la creación; tu caos encuentra un orden, una forma y un propósito, y cuando sale al exterior, impacta y transforma la realidad.

Alfredo Jaar puede enfrentarse al arte de una forma particular, tremendamente crítica de la sociedad, emocionalmente desoladora (pese a que trabaje desde lo científico); mas necesita del mismo tipo de ambiente que sus colegas.

Él es su propio misterio, y, al mismo tiempo, no lo es. La dualidad de su proceso creativo es lo más fascinante del documental, porque el propio artista lo expresa de esa forma. Su visión es pesimista, su voluntad, optimista. Seguro. Estoy seguro de que muchos artistas hacen y sienten lo mismo. Ése es el objetivo. Entonces, aunque las imágenes se lamenten, están ahí para estimular la esperanza, soñar con un futuro luminoso; es el efecto poético de su matemática, de su minimalismo en forma y color (casi siempre blanco y negro), de las palabras desconcertantes en la arquitectura que interviene.

JAAR el lamento de las imágenes no nos muestra cómo es, por ejemplo, la vida familiar de su protagonista, tal vez porque eso no es parte de su obra. Lo mínimo que se ve, no nos sugiere conflictos. Su vida es muy tranquila. Aunque la pregunta sea obvia, de verdad quiero saber, y me hace querer preguntar: ¿ ES JAAR FELIZ ?

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