La imposición como baile patrio ha “matado” la cueca y la ha reducido a un sólo tipo. Exponentes y estudiosos de la música local -de diferentes estilos- dan su parecer sobre si esta melodía es sinónimo de ser chileno.
Por estos días, prácticamente, en cada esquina, plaza y calle resuenan las cuecas en plenitud. Aunque ha estado presente en la historia de nuestro país desde casi siempre, recién en 1979 -por medio de un decreto publicado en el Diario Oficial- se decretó como “danza nacional de Chile”.
De ahí en adelante, se ha plantado como nuestro soundtrack identitario, que aflora con mayor fuerza durante septiembre. Pero, ¿es la cueca la música que nos identifica como chilenos? ¿Representa musicalmente a Chile? “Es complejo hablar de identidades de forma taxativa. Por supuesto, la cueca tiene un lugar más que ganado entre nuestra música nacional. Tiene una presencia importante, histórica y social, en varios lugares del país y es sumamente valiosa como representación de ciertas facetas de nuestra cultura. Pero, plantearla como un símbolo transversal de chilenidad es reduccionista”, comenta Nicolás Masquiarán, musicólogo y docente del Departamento de Música de la UdeC.
A lo que completa que “es un recorte de lo que somos, en un territorio donde tienen cabida un sinnúmero de otras músicas que también nos identifican”.
Opinión que va, ciertamente, en línea con lo planteado por Javiera Hinrichs, cantante y exponente del canto campesino. “En el camino en el que he estado, de la mano de la investigación de Patricia Chavarría, he podido descubrir un ‘poquitito’ de toda la variedad que hay en el repertorio tradicional campesino, y que dentro de ese repertorio se ubica la cueca, pero no es sólo la cueca. La cueca quizás se vincula más a las fiestas, a las festividades, una música que es chilena, pero que sin duda tiene orígenes en los países vecinos”, dijo.
Palabras a las que añadió que “creo que hay una variedad que está invisivilizada más allá de la cueca, y que quizás por eso la conocemos poco, porque se ha perdido. La cueca que, popularmente se conoce perdió la riqueza de las afinaciones campesinas dejando un sólo tipo de sonoridad, estandarizando todo”.
Para acompañar las fiestas
Por su parte, para Boris Castro “Choro Boro”, si bien estos últimos años ha habido un acercamiento mayor hacia la cueca -sobre todo a la brava o chora- por parte de los jóvenes y nuevas generaciones, el ritmo que más identifica a nuestro país y a Latinoamérica en general es la cumbia. “En realidad el folcor latinoamericano que identifica a Chile es la cumbia, lamentablemente, de ahí parte toda la ‘jarana’ y fiesta del chileno. En algún momento quizás fue la cueca, algo que se ha ido retomando con el tiempo y se ha avanzado hacia ello, con una mayor cantidad de público que sigue esta música y también con el aumento de grupos y bandas que lo cultivan. Pero, la cumbia es lo que manda, y no sólo aquí sino igual en el resto de América Latina, para mentirnos”, confesó el músico.
Si fuese nuestra música identitaria, por decirlo de algún modo, se debería escucharía durante todo el año e inculcar su difusión y enseñanza, no obstante, “no es así, debería sonar en cada radio y no sólo destinarle tan sólo un tema o canción dentro del día, los medios deberían hacer énfasis en cultivarla más. Debería haber más difusión y programas dedicados al folclor, todo es más underground, de bajo fondo”, recalcó el guitarrista.
Una opinión más radical, y válida dentro de la diversidad de pensamientos, es lo que postula Ignacio González, virtuoso saxofonista y jazzista local. “El problema de la cueca es que vive de un contexto muy pobre, más bien tiene letras buenas, la poesía, las décimas que incluyen son muy interesantes, pero musicalmente no me gustan mucho. Son todas iguales (…) Es más bien nuestra identidad sociocultural más que musical, creo que tenemos musicalidad de otro tipo”.
Para Alejandro Venegas, vocalista de Julius Popper, y similar a lo expresado por González, la cueca “la asocio más a festejar y estar en familia, es como para acompañar las celebraciones más que nada. Creo que tenemos una diversidad mayor de música en nuestro país, lo mismo que en el ámbito de las cuecas, con diversidad de estilos y propias de cada región del país”.