Esta semana se vivió un momento histórico en relación a la institucionalidad de la cultura y las artes a nivel nacional.
Tras un largo periplo, que sobrepasa los 10 años, la Cámara de Diputados aprobó de manera unánime -y ya en su tercer trámite constitucional- el proyecto de ley que crea el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
“Estamos en un momento histórico, es la materailización de muchísimos años y de muchísimos creadores, gestores, cultores, académicos que han trabajado para lo que estamos proponiendo a la ciudadanía, que es tener un ministerio que logre agrupar el mundo del patrimonio y el de la creación artística (…) va a significar una institucionalidad robusta, centralizada en la descentralización, fundamentalmente, el empoderamiento de las comunidades y territorios”, manifestó Ernesto Ottone, actual ministro de cultura.
Para Marcia Orellana, directora regional del Consejo de la Cultura y las Artes, fuera de ser cumplido un anhelo histórico y que se materialice uno de los mandatos del Programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet, es que esta nueva cartera se diseñó y armó con la venia de los propios creadores y realizadores artísticos, así como también de los pueblos originarios.
“Tuvo un desarrollo o un proceso bastante participativo, que es lo más fundamental en este sentido, porque aquí todo el mundo -artístico cultural- está muy contento, porque fue parte del proyecto. El poder haber trabajado distintas instancias, que pudieron enriquecer el proyecto y tener la participación y la mirada de regiones, es muy importante”, apuntó.
A lo que la autoridad cultural recalcó que “este proceso además fue muy significativo, porque se realizó la consulta indígena, que fue a razón de la creación de este ministerio (…) todo esto ayudó a nutrir el proyecto de ley con participación y eso también creó mucho mayor compromiso (…) se tuvo la posibilidad, en todo su trámite, de poderse enriquecer y generar discusiones bastante interesantes, como por ejemplo, que esta cartera se llame ‘de las culturas’. Es tener un ministerio que hoy en día reconoce la diversidad de las diferentes culturas que conviven en nuestro país”.
En este sentido, la nueva cartera apunta a promover una gestión pública en cultura basada en el reconocimiento por parte del Estado a la diversidad cultural del país, incluido el reconocimiento a las culturas de los pueblos originarios y comunidades migrantes. En lo práctico, se crea un Consejo Asesor de Pueblos Originarios y se suma un representante de las comunidades inmigrantes residentes en el país al Consejo Nacional de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, que aumentará a 17 miembros, con representantes del mundo del Patrimonio.
“Creemos que este ministerio se hace cargo de las distintas y diversas culturas que habitan nuestro territorio, que promete que el tema de la cultura en general va a estar en los debates del desarrollo del país”, aseguró Ottone.
Por otro lado, se mantienen los actuales tres Consejos sectoriales: del Libro y la Lectura, del Arte y la Industria Audiovisual y de la Música Nacional, dentro de la subsecretaria de las Culturas y las artes, que también acogerá a las áreas artísticas.
Otra novedad será que los Premios Nacionales de los ámbitos artísticos serán aprobados por el Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Pero, sin duda, el cambio más significativo y más “revolucionario” por decirlo de alguna forma, es que este nuevo ministerio acogerá a tres importantes organismos, que si bien coinciden en diferentes aspectos -y organizan actividades de vez en cuando en conjunto- han funcionado de manera independiente. Es decir, reunirá no sólo al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes sino también a la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) y el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), hasta hoy dependientes del Mineduc, pasan a formar parte del nuevo Ministerio a través de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural y del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, que contará con un Fondo del Patrimonio.
“Permite que este trabajo sea mucho más articulado, mucho más organizado sectorialmente (…) quedan muchos desafíos por delante, sobre todo en el ámbito del patrimonio. Ahí en temas de legislación, de miradas y cumplimientos de las convenciones queda mucho por trabajar”, comentó Orellana.
Palabras que se suman a lo expresado por el ministro de cultura, quien dijo que “en el tema patrimonial significará direcciones regionales, algo fundamental y que hoy en día no existe. Se podrá trabajar directamente con las demandas y preocupaciones de las regiones y para las regiones, no sólo en el ámbito de la creación artística sino también, y fundamental hoy en día, del ámbito patrimonial que tenga que ver con la contingencia y necesidades de esos territorios”.
Y en lo práctico y dándole una bajada más local -y en línea igual con esa descentralización que recalca Ottone que tendrá este nuevo organismo- el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio considera la creación de dos subsecretarías: una de las Culturas y las Artes, y otra del Patrimonio Cultural, que contará a su vez con un Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Ambas instancias estarán desconcentradas territorialmente, creándose Secretarías Regionales Ministeriales y Direcciones Regionales del Patrimonio, coordinadas entre sí.
En voz de la directora regional de cultura “en lo orgánico es que existirá una o un secretario ministerial de las Culturas, el Arte y el Patrimonio regionalmente, o sea, un seremi. Y también un director o directora del Servicio Nacional del Patrimonio. Serán las dos autoridades que tendremos a nivel regional. Habrá igual un directorio al igual que hoy en día, es decir, se continuará con la posibilidad de tener órganos colegiados, un directorio que estará compuesto por 13 personas, donde hay representantes de los pueblos originarios, del mundo artístico cultural, de lo académico, además del director del patrimonio y el seremi de las culturas. Que también tendrá las funciones de asesorar, aprobar e implementar las políticas culturales regionales, a grandes rasgos, aparte de otras funciones”.
A lo que Orellana agregó que “y lo más interesante en términos de descentralización o desconcentración será que a nivel regional se podrán diseñar y ejecutar planes y programas de carácter ministerial, o sea, la Región diseña, implementa y ejecuta (…) se podrá asesorar al intendente regional en temas culturales, además de generar estudios e investigaciones de carácter regional, se podrá coordinar desde la Región el trabajo intersectorial con otras regiones y a nivel internacional (…) ya con posibilidad de diseñar y poder ejecutar en la Región se abre un mundo bastante desconcentrado que permitirá, territorialmente, mirar y darle un sello a la Región descentralizado”.
Tras la firma y promulgación presidencial del nuevo ministerio -que sería dentro de las próximas semanas-, los cambios y reorganización institucional se dará de manera paulatina y gradual, ya que como se señala anteriormente, se tendrá que reunir en un sólo organismo, y por ende en un solo espacio, tres instituciones, las que conservarán-con todos sus derechos y beneficios- el mismo personal, además de abrir la posiblidad de ampliarlo. “El segundo semestre del 2018 se verá más concretamente, y en lo organizacional, la implementación del nuevo ministerio”, cerró la directora de cultura.