Cultura y Espectáculos

Una mujer fantástica, la película chilena que triunfó en Berlín

El más reciente largometraje de Sebastián Lelio continúa en cartelera. Su éxito se debe a una historia interesante, que fue distinguida en la capital alemana.

Por: Diario Concepción 02 de Mayo 2017
Fotografía: imagen_Principal-371.jpg

El más reciente largometraje de Sebastián Lelio continúa en cartelera. Su éxito se debe a una historia interesante, que fue distinguida en la capital alemana.

 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

En Una mujer fantástica (2017), Marina Vidal, una mujer transexual, se enfrenta a la muerte de su pareja, Orlando Onetto, a causa de un aneurisma. Lo más trágico, sin embargo, es que su esposa (antes él vivía una vida heterosexual), le prohíbe a Marina asistir al funeral. La película es un melodrama elegante y sobrio, con una fotografía inclinada a las luces de neón y a la simetría; cada plano es bello y demuestra una ambición inusual, tanto estética como narrativa, en una producción nacional.

Además de estar lleno de iconografía queer, el filme cuenta con la poesía visual como recurso constante en la narración. De la pared de la habitación de Marina, cuelga un cuadro de una gran ola que azota una playa, y vemos a la mujer enmarcada por éste. Luego, vemos a Marina caminando por la calle, cuando sobreviene una repentina hojarasca, que ella enfrenta estoica. La dirección de arte y los efectos especiales son utilizados para adentrarnos en la mente de Marina.

Uno podría ver esto último como algo pretencioso. Pero lo que de verdad hacen es reforzar en el público la idea de que lo que está atravesando el personaje es durísimo, y que debemos compadecernos por ella.

Cuando uno ve cualquier película, el mero hecho del visionado es ya un acto de empatía por los personajes a cuyas vidas ingresaremos por dos horas en la oscuridad del cine. Cuando esto se refuerza, el relato suele emerger como una especie de sermoneo, y eso no le hace bien a la historia que te están contando. Sin embargo, sólo puedo elogiar el interés y la osadía de Lelio al utilizar efectos especiales en busca de un resultado dramático, claramente, producto de su típica originalidad.

El título también es un poco panfletario y no tiene mucha imaginación, poesía.

Conflictos irresueltos

Interpretada por Daniela Vega, Marina emerge como un personaje realmente enigmático; en varios momentos, su cara transmite más indiferencia de la que debería. Y la escena del clímax es, por el contrario, muy contenida; tal escena tiene todas las características para sacarle una catarsis bien merecida al filme, y la desaprovecha. Esto nos hace cuestionar si la película que ha pasado antes ha sido de verdad tan devastadora como intentaba serlo hasta entonces.

Y hay un elemento muy forzado: ¿por qué Marina no le dice a la familia de Orlando que su lesión en la cabeza fue producida cuando él se cayó por la escalera, de camino a la clínica? Aquí tengo que estar del lado de la familia del difunto: aunque discriminen a Marina, Orlando sigue siendo un ser querido para ellos, y es natural que quieran una explicación por una herida cuyo origen nadie conoce. 

El inexplicable silencio de Marina la hace atravesar por humillantes escenas con la familia de su novio y hasta la policía. Ora esta mujer es masoquista, ora el guión quiere exponer todos los contextos de discriminación sufridos por los transexuales y la comunidad LGBTQ en general, para que el drama sea realista. No es realista que una mujer transexual, que es obvio ha tenido que vivir defendiéndose del mundo, busque esos contextos de violencia, pese a que su deseo de acudir al funeral de su amado sea por completo legítimo.

Por su parte, Luis Gnecco, como el hermano de Orlando, es el único pariente que se compadece del dolor de Marina y que la trata como la mujer que es. Este personaje dota al relato de verosimilitud, puesto que, a través de él, se le permite a la familia de Orlando algo de racionalidad, sentido común.

Una mujer fantástica es espléndida en fotografía y música, curiosa en sus actuaciones, irregular en la narración. Creo saber por qué me impresionó tanto la primera vez que la vi: era osada en la elección de su protagonista y en su enfoque estético, pero, sobre todo, porque la coproductora era Maren Ade, la brillante directora y guionista de Toni Erdmann, la mejor película de 2016. Una mujer fantástica contó con financiamiento alemán a través de Komplizen Film, la productora de Ade; es una producción internacional.

Aunque no es mejor que la irresistible Gloria (2011), también galardonada en Berlín, éste es otro trabajo audaz en la filmografía de Sebastián Lelio, quizá la más arriesgada y variada de los directores chilenos actuales, y los temas de la película hacen de su visionado una experiencia cinematográfica importante.

El Cine Queer Chileno

Se trata de una nueva corriente fílmica que he detectado en las producciones nacionales actuales. En la escala de los grises y Guagua Cochina (Nasty Baby) en 2015. Rara y Nunca vas a a estar solo en 2016. Una mujer fantástica en 2017. Todas son películas sobresalientes y ambiciosas, que enfatizan el estilo por sobre el contenido.

En mi crítica a Nunca vas a estar solo el año pasado, nombré a esta tendencia como Nuevo Cine Gay Chileno. Pero creo que <> le queda grande, ya que la homosexualidad nunca ha sido un tema tan recurrente en nuestro cine, como para entenderlo como algo que se está reformulando en las películas nacionales. Y <> es una palabra que la gente asocia más a la homosexualidad masculina; estas películas abordan diferentes identidades dentro de la diversidad sexual. Además, apelan a la realidad LGBTQ propia de la clase alta, o a la interacción entre clases, en lugar de verla desde la marginalidad, como sería más obvio.

Por lo tanto, bautizo aquí a este cine como Cine Queer Chileno, puesto que es incipiente y el término <> es más inclusivo.

Etiquetas