Cultura y Espectáculos

Cuatro mujeres y el Oscar

Meryl Streep, Emma Stone, Isabelle Huppert y Viola Davis fueron protagonistas indiscutidas en los últimos premios de la Academia. Ganadoras y perdedoras, veneradas y olvidadas, condimentaron con su talento una de las entregas más polémicas en 80 años.

Por: Diario Concepción 06 de Marzo 2017
Fotografía: imagenPrincipal-5943.jpg

Meryl Streep, Emma Stone, Isabelle Huppert y Viola Davis fueron protagonistas indiscutidas en los últimos premios de la Academia. Ganadoras y perdedoras, veneradas y olvidadas, condimentaron con su talento una de las entregas más polémicas en 80 años.

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

Cuesta recordar en la historia reciente un premio más peleado en la categoría de Mejor Actriz Principal que el de los Oscar 2017. Una decisión incluso más controvertida que la de Mejor Película, con eso lo digo todo.

La leyenda del cine francés, Isabelle Huppert, nos entregó, en Elle, la actuación de la década, y quizá de su carrera. El thriller dramático de Paul Verhoeven ha escandalizado y encantado a críticos y público por igual, fue la plataforma perfecta para una actuación descollante de la actriz a la que muchos consideran la Meryl Streep francesa, aunque yo la considero mejor. Y ésta era su primera nominación a un Premio de la Academia. Debió haberlo ganado. Su personaje era el más difícil de interpretar, dada la cantidad de matices que conformaban el carácter y las múltiples e insospechadas conductas que Michèle Leblanc, su personaje en Elle, exhibía a lo largo del filme.

Emma, la nueva diva

Sin embargo, la estatuilla cayó en manos de Emma Stone por su rol de Mia en el musical La La Land, que contaba con un récord de 14 nominaciones en total. Era la favorita para ganar como Mejor Actriz Principal. Había ganado el SAG Award, el Globo de Oro y la Copa Volpi en el Festival de Venecia. Huppert no fue nominada al SAG, pero sí al Globo de Oro por Actriz Dramática por Elle, que finalmente ganó, sin mencionar que ya cuenta con dos Copas Volpi en su haber por otros filmes.

Stone posee un talento especial, y si perdía por La La Land no habría sido trágico. Es seguro que de todas maneras ganará otro en el futuro. En cambio, Huppert, una actriz más importante, osada y versátil, cuenta con más reconocimientos que las demás actrices en su categoría, con la obvia excepción de Meryl Streep, nominada por Florence Foster Jenkins. Habría sido ideal haberle dado a Huppert un tan merecido Oscar, pues ella bien amerita al menos una parte de los honores que la Academia le entrega a su rubia símil norteamericana.

No obstante, mi decepción porque Stone ganara no fue tan grande. Era la segunda mejor performance en su categoría, por lo tanto, es una ganadora más que decente. Y verla subirse al escenario y dar un discurso humilde y emocionante, fue la visión de la noche. Simplemente, había que mirarla. El peinado de Veronica Lake, los ojos de Bette Davis, la voz de Lauren Bacall, el garbo de Audrey Hepburn. Y un carisma y talento propios. Ella es una estrella de cine, y por lo mismo, ella es la razón por la cual La La Land funciona tan bien. No sólo Stone y su personaje en el musical de Damien Chazelle comparten datos biográficos, sino que Mia es lo mejor del filme (perdón Ryan). Tenía la mejor canción (<>), y para una historia situada en Hollywood, Stone es la película. Fue genial verla ganar por su mejor papel en su mejor película hasta la fecha. Ella es la personificación del Hollywood clásico, y nos da esperanza, a los románticos, en una nueva era dorada. Quizá.

Por fin, Viola Davis

La actriz era la única certera en la categoría de Mejor Actriz Secundaria por su rol en Fences. Basta decir que su discurso de aceptación es uno de los mejores, más inspiradores y bellos en la historia de los Óscar. Cualquiera puede revisar el video en YouTube y llorar de felicidad por su triunfo.

Recordemos que Viola Davis no es una recién llegada. Sobre su repisa acumula premios en el cine (con The Help, 2010, ganó el SAG, el Sattelite y el premio de la Crítica Cinematográfica), televisión (el Emmy por Mejor Actriz con How to get away from muder, 2015); y teatro (el Tony por la versión teatral Fences). Le faltaba el Oscar y la Academia se lo entregó gustosa por una actuación excepcional, en un papel que por momentos nos hizo recordar su también brillante, pero breve actuación en La Duda (2010), pero en esa oportunidad corrió por el premio la excelente Amy Adams, en un electo integrado por otros dos nominados: Phillip Seymour-Hoffman y Meryl Streep. 

20 veces Meryl

En los tuits sobre los Oscars 2017, un espectador escribía, con mucha razón, "El día en que se muera Meryl Streep, Hollywood se vendrá abajo". Y en esta ocasión, aunque no era la favorita, Meryl volvió a ser la vedette. Primero, porque en una ceremonia marcada por las críticas a Trump, sentaba perfecto la presencia de una de las más férreas opositoras del show business al magnate mandamás. Y segundo, porque este año, la actriz rompía su propio récord personal, al alcanzar 20 nominaciones a la estatuilla, un hito que a estas alturas parece inalcanzable. 

Con Florence Foster Jenkins, biografía sobre una desastrosa cantante de ópera de los años 40 en Nueva York, Meryl Streep consiguió, en efecto, su vigésima nominación a los Premios de la Academia, superando el récord de 19 alcanzado por Meryl Streep. Jimmy Kimmel tuvo uno de sus mejores momentos cuando, en lugar de arrojar todo su sarcasmo a Streep, pidió a todos los asistentes a la ceremonia que la aplaudieran. Fue un bello momento y fue el máximo honor que Streep podría haber pedido en una noche en la que no se llevaría nada. Pero ya cuenta con tres, dos como actriz principal y uno como actriz secundaria. No pienso que necesite otro, ni siquiera que ella quiera otro.

Sin embargo, aunque Streep haya entregado una actuación sólida como Florence, la mejor actuación del filme la dio Hugh Grant como su pareja de años, interpretación que la Academia ignoró en la lista final de nominados. La película puede tratarse de Streep, pero funciona gracias a Grant.

Sea como fuere, si Streep consiguió su 20ª nominación, fue más que por su trabajo en Florence Foster Jenkins, por el acalorado discurso antiTrump que dio en la anterior entrega de los Globos de Oro, donde recibió el premio Cecil B. DeMille a la trayectoria. En humilde opinión de este crítico, no la habría nominado como Mejor Actriz Principal (había opciones más interesantes), y habría reconocido a Grant, nominándolo como Mejor Actor Secundario.

En fin, cuatro mujeres que no podían sino ser protagonistas de una de las jornadas más bizarras de los Oscars, y que concluyó con un error que bien pudo imaginar un guionista mediocre: a la legendaria Faye Dunaway premiando a la película equivocada.

Etiquetas