Brian Wilson (John Kusack) pulsa las teclas del piano y las notas suben suavemente.
Brian Wilson (John Kusack) pulsa las teclas del piano y las notas suben suavemente.
Ronald Castillo R.
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Brian Wilson (John Kusack) pulsa las teclas del piano y las notas suben suavemente. La melodía improvisada dura algunos segundos y Melinda (Elizabeth Banks)-a quien se le ha dedicado -sentada a su lado absorta murmura "absolutamente hermosa… ¿qué harás con ella?". "Nada" responde Brian," ya se fue Muy de vez en cuando el alma sale a jugar…". Cuando se ven escenas así en películas como esta (Love and Mercy) uno recuerda que el cine aun es capaz de regalarnos momentos de insospechada altura lírica.
La película narra-de la adolescencia a la madurez-la atormentada y esquizofrénica vida del líder de los Beach Boys. Se detiene en su evolución artística, que incluye sus composiciones "playeras" hasta la grabación de Pet Sounds, el que se considera el primer álbum conceptual, y el segundo mejor de la historia del rock (solo superado por Sgt.Pepper´s Lonely Hearts Club Band disco que no habría existido sin el Pet Sounds pues fue una influencia directa).
Por cierto, la larga secuencia de esa grabación es también uno de los grandes momentos de esta entrañable película, es un ciclón de innovación, donde hasta las canciones que son alegres son tristes.
En el camino nos encontramos junto a extraños experimentos musicales: bocinas de autos, cascabeles, campanilla de bicicleta y perros. Ensayos más allá del agotamiento de los músicos de sección contratados por el aprendiz de brujo y obstinado dictadorzuelo en que se transformó Brian Wilson en el pequeño estudio ("¿podemos meter un caballo aquí?") hasta el nacimiento de un disco que tuvo éxito de crítica pero no de ventas. Tampoco tiene desperdicio el destello de inspiración, composición y grabación-durante siete meses- del sencillo "Good Vibrations". "La sinfonía de bolsillo de Brian para Dios", como dice uno de los personajes del film.
No tiene que necesariamente gustar la música de los Beach Boys para dejarse cautivar por una película que funciona muy bien en todos los planos y donde el tema principal, entre otros (violencia paterna, retrato de una época, explotación de un ser desvalido, una historia de amor), apunta a una reflexión sobre el acto de creación de un artista en estado de gracia.
Si bien en el cine contemporáneo , infantilizado en el mal sentido de la palabra, (no confundir con el cine infantil el cual desde la trilogía Toy Story por un lado y el estudio japonés Ghibli por otro no se ha cansado de filmar obras cada vez mas sólidas) son escasos los trabajos de directores inspirados y más en el género biográfico musical (a destacar: los documentales " Buscando a Sugar man", "A 20 pasos de la fama ", "Anvil").
Sin embargo, cada cierto tiempo aparecen obras que devuelven el "alma al almario" a quienes buscan en el cine algo más que espadas laser, superhéroes con y sin capa, vampiros adolescentes, ciencia ficción de gravedad y peso específico igual a cero y en general un cine con estética y profundidad de video-juegos, como si fuese un permanente "cine de vacaciones".
Comprimidos por necesidad
Es poco probable eso sí, encontrar un cine menos chillón y colorinche en la cartelera penquista pero si es posible y necesario hacerlo a unos cuantos "clic" o "touch" de distancia.
No será el formato ideal de ver cine, pero frente a la necesidad, se impone el hereje y en ese caso darle más importancia al contenido ante el continente. Cruzando ese Rubicón se abre un mundo de posibilidades porque en la red existen muchas como "Love and Mercy". Es cosa de explorar, pasar y ver hasta llegar a esa película que hace vibrar las pupilas y pasa a ocupar parte de tu filmoteca mental personal desde ese momento.
Calificar o conceptuar una película es labor de los críticos pero ¿qué hace que un filme te cautive y afecte positivamente a los minutos de comenzada y ya no puedes pestañear hasta el final dejando también tu alma en modo juguetón? Tal vez el que conmueve, asombra, hace reír, perturba, entusiasma, atemoriza, entristece, enternece, desazona y regocija a la vez o todas las anteriores y más. Una montaña rusa. Como sea, cuando ocurre se produce una sensación de levedad total y una alegría absoluta de haber visto algo inolvidable que impulsa a recomendarla a los amigos y enemigos y por ultimo dan ganas de escribirlo. Y aquí está.