Cultura y Espectáculos

Dos largometrajes animados sobre criaturas coloridas y excéntricas

Zootopia y Trolls fueron dos de las películas animadas más taquilleras del año pasado, y ambas están compitiendo por la estatuilla dorada en categorías diferentes.

Por: Diario Concepción 20 de Febrero 2017
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Zootopia y Trolls fueron dos de las películas animadas más taquilleras del año pasado, y ambas están compitiendo por la estatuilla dorada en categorías diferentes.
 

Esteban Andaur

Contacto@diarioconcepcion.cl

La película de Walt Disney más premiada de la temporada, Zootopia (2016), transcurre en un mundo lleno de mamíferos antropomorfos, donde los depredadores viven en paz, y en el cual la coneja Judy Hopps cumple su sueño de convertirse en policía y trabajar como tal en Zootopia. Sin embargo, su jefe no cree que pueda rendir en el trabajo debido a que es coneja, esto es, baja e inofensiva. Por lo tanto, a Judy se le asigna tomar partes de tráfico en la ciudad, hasta que atrapa a un zorro llamado Nick Wilde realizando estafas menores, y se hacen amigos. Luego, ambos se ven envueltos en un misterio que involucra la desaparición de varios depredadores de Zootopia y al municipio de la misma. ¿Será esta una conspiración?

La película cuenta con una animación espléndida. Sólo puedo imaginarme la cantidad de horas de trabajo que habrá implicado animar a cada personaje, animales de distinta especie y con distintas personalidades, oficios y vestimenta. ¡Uf! De hecho, la producción de Zootopia tardó años. El resultado es el filme más complejo, en cuanto a la animación, de los nominados al Oscar. Los animadores de Disney son unos verdaderos artistas.

Sin embargo, en cuanto a la narrativa, detecté algunas falencias. Zootopia es más ambiciosa en cuanto al tipo de relato que desea ser, que el filme promedio de Disney. Es político, ya que lo que le preocupa es la distribución de la sociedad en la urbe y las relaciones sociales y de poder que ahí surgen, con fuertes temas de discriminación de todo tipo. En ese caso, los animales vendrían siendo metáforas de las relaciones humanas. Además, que la ciudad se llame Zootopia es una referencia clara al concepto de <>, y es que el mundo que se representa aquí trata de ser el ideal de vida al que todos los animales aspiran, pero ¿es todo tan perfecto?

Creo que también intenta alcanzar el impacto de una fábula, de estas clásicas que uno leía cuando era chico. Sin embargo, estos cuentos apelaban a una sensibilidad más simplista, mucho más directa, y sus moralejas eran específicas en cuanto a los rasgos del comportamiento humano que buscaban expresar, facilitando nuestro aprendizaje. Y si le añadimos a lo anterior el misterio, que conforma el esqueleto del filme (y que es genial), la fantasía sucumbe a la absoluta racionalidad que exige la solución de un misterio, porque uno como espectador no espera que este se resuelva ante nuestras narices, sino que uno mismo lo va resolviendo a medida que la película avanza.

De consiguiente, cuestionamos cada uno de los aspectos de Zootopia, y el misterio emerge innecesario como también el uso de animales como personajes. ¿Y pueden tantos animales convivir no sólo en paz, sino juntos en un hábitat único para todos?

¿No habría sido mejor tener a personajes humanos que representasen nuestros vínculos? Tal vez habríamos tenido una especie de filme Disney a lo Robert Altman, y aunque hubiese sido algo único que ver, no habría sido para nada rentable. Zootopia se anda con muchos rodeos, sobre todo en los tiempos actuales, cuando es imperativo que tratemos los temas sociales de manera directa, y enseñarles a los niños que también lo hagan así.

Con todo, Zootopia se salva por sus buenas intenciones, personajes excelentemente desarrollados, buena música, y su exquisito y agudo sentido del humor: la escena de los osos perezosos es una de las mejores de Disney de los últimos años.

Zootopia se esfuerza más de la cuenta en su narración, pero tiene un enorme corazón, y su mensaje de aceptación debe ser escuchado por todos.

1 nominación: Mejor Largometraje Animado.

Los trolls viven en su mundo de colores pastel y felicidad y amor y abrazos, hasta que son descubiertos por los bertenos, una raza de ogros que se los comen, porque, una vez engullidos, consiguen sentir felicidad. Luego de años, los trolls escapan, y luego de más años, una bertena los encuentra y captura a algunos para entregárselos a su rey y hacer que la acepte de nuevo en palacio. Entonces la princesa troll Poppy, y Branch, su amigo escéptico de los bertenos, se embarcan en la búsqueda para rescatar a los trolls capturados.

Esa es la trama de Trolls (2016), película de DreamWorks Animation basada en la famosa franquicia de juguetes del mismo nombre. Fue un éxito de taquilla, pero yo no comprendí tanto su éxito. La película no funcionó muy bien para mí, y suena tan poco emocionante como la describí en el primer párrafo. Quizá es porque el filme está dirigido a los más pequeños; y, si es así, puedo entender por qué no me gustó. Y, sin embargo, no lo entiendo; aunque la película estuviera dirigida a los más chicos, igualmente, debería haber sido fácil de disfrutar para los más grandes.

Ahora bien, hay chistes que consideré graciosos, pero me reí porque estaban dirigidos a mí como adulto, y no a los niños. Por ejemplo, el momento en que un troll le pregunta a la vieja bertena si <>. En el contexto del diálogo que lo contiene, el chiste es efectivo. Pero no sé si en el cine los niños habrán entendido; no se espantaron, pero puede que no entendieran el propósito cómico de ese diálogo.

Por otra parte, lo deleitable del filme es la historia de amor entre el rey berteno y su sirvienta, que ayuda a los trolls. Ella siempre ha estado enamorada de él, y el romance que nace entre ellos es dulce e hilarante. Y lo mejor de la peli es la banda sonora. Y es que Trolls es un musical que recicla clásicos del rock y el pop de antaño. Mi canción favorita es de Cyndi Lauper, y es cantada por los trolls. Y la canción original compuesta por Justin Timberlake, <>, ya es un clásico del pop contemporáneo, irresistiblemente bailable.

No obstante, algo que rechazo del filme es que los trolls no se parecen a los juguetes en los que están basados. Aquí están embellecidos, para lucir como una animación redonda y esponjosa de Pixar. No son grotescos con sus ojos saltones ni sus arrugas. Yo esperaba ver a los juguetes en sí animados en Trolls, no a las versiones dulcificadas de estos.

En fin, Trolls es un logro menor para DreamWorks Animation, cuyas diversas criaturas fantásticas no son de fácil reconocimiento y su tono es cuestionable, pero la música está bien usada y es bastante buena.

1 nominación: Mejor Canción Original (<>).
 

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