El filme está "basado" en un manual escrito por un mago de Hogwarts, Newt Scamander, y promete ser una franquicia mágica de mucho potencial.
El filme está "basado" en un manual escrito por un mago de Hogwarts, Newt Scamander, y promete ser una franquicia mágica de mucho potencial.
Esteban Andaur
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J.K. Rowling, autora de la serie de libros Harry Potter, la más vendida del género fantástico en los últimos años, regresa al universo de Hogwarts a nueve años de la publicación del séptimo y hasta ahora último libro, y cinco años del estreno de la versión cinematográfica de éste, también última de la taquillera franquicia fílmica. Sin embargo, tal regreso a ese universo literario está emplazado en un terreno bastante diferente que, en realidad, son dos terrenos. Primero, el teatral, con la obra Harry Potter y el legado maldito, continuación directa de las novelas y estrenada el año pasado; y en segundo lugar, al cinematográfico con Animales fantásticos y dónde encontrarlos, también de 2016 y una especie de "adaptación" de un libro perteneciente al mundo de Potter y "escrito" por uno de sus personajes, Newt Scamander.
Ese libro no era una historia, sino un manual, el cual es usado en esta película por su autor, protagonista del filme, que sí es una historia.
Es 1926. Newt, ex alumno de Hogwarts (no necesito hacerle una presentación a la escuela, ¿cierto?), es un magizoólogo que llega a Nueva York, de viaje a Arizona. Allí, escapa uno de los animales que lleva dentro de su maleta mágica, un escarbato, una especie de roedor negro que come joyas. Newt es visto por una maga americana, Tina Goldstein, y un regordete pastelero muggle, Jacob Kowalski. Este último descubre que Newt es un mago y ambos son protegidos por Tina, quien los esconde en el departamento que comparte con su hermana Queenie, luego de que se escapen más animales de la maleta. Pronto se ven envueltos en una trama en que deben atrapar a los animales que están causando estragos en la ciudad, mientras tratan de escapar de (y quizá atrapar a) Gellert Grindelwald, un peligroso mago oscuro, y huir de una sociedad de fanáticos cazabrujos.
Animales fantásticos y dónde encontrarlos tiene que incluir, a lo largo de todo el metraje, una búsqueda incansable por las criaturas mágicas que sugiere el título, para justificarlo. Y el filme no sólo funciona; lo que más me sorprendió fue constatar que esta historia, que surge de un manual ficticio, que a su vez surge de las novelas de Harry Potter, se yergue con firmeza sobre sus propios pies. Rowling tiene pensado sacar de esta película una franquicia de cinco entregas, y vaya que hay potencial.
El ganador del Oscar Eddie Redmayne ya nos ha demostrado con su trabajo anterior que puede sostener una película en roles protagónicos, pero en Animales fantásticos demuestra que, asimismo, es más que capaz de sostener una franquicia. Su Newt Scamander es un héroe benevolente e idealista, como el mismo Harry Potter, e igual de valiente e inteligente. Es fácil identificarse con él. Y, al igual que Harry, necesita que su romanticismo sea equilibrado por una estricta racionalidad, proveído aquí por Tina, personaje de Katherine Waterston; mientras que la siempre útil torpeza está a cargo de Kowalski, que hace un tremendo dúo dinámico con Newt y es personificado por un carismático Dan Fogler; y el interés romántico de éste, la alegre y astuta Queenie, es interpretada con un encanto desbordante por Alison Sudol.
Éste es un gran grupo de héroes, y me agradó que Newt y Tina evoquen la tensión romántica que debió haberse dado entre Harry y Hermione Granger. Parece que por fin Rowling entendió.
Los efectos especiales son deslumbrantes en la creatividad y complejidad invertidas en el diseño de las criaturas, que son de todos los tamaños y colores, y aunque de vez en cuando luzcan algo ingenuas, nos arrastra el ímpetu de la narración. Esto está facilitado, también, por un elaborado diseño de producción, detallado en su reconstrucción del Nueva York de los 20, cuya paleta de colores fue heredada de los filmes de Harry Potter. Todos los interiores de la película poseen una identidad única, tal como las cosas mágicas que ocurren en ellos. Y los vestuarios diseñados por la gran Colleen Atwood, son tan originales y extravagantes, como informadores de la moda de entonces; continúa su legado de crear personajes inolvidables mediante la indumentaria.
Éste es el segundo estreno de 2016 del director David Yates, quien nos defraudó con la monótona y homófoba La leyenda de Tarzán. Él ha estado a cargo de la franquicia de Harry Potter desde la quinta entrega, la más débil de todas. Pero después lo compensó con las siguientes tres, quizá las mejores. Animales fantásticos y dónde encontrarlos es una adecuada adición a esa estela de calidad, la cual, en términos narrativos, es un vago antecedente para esta nueva franquicia, que, en estricto rigor, es independiente de los novelas y, al mismo tiempo, posee la fluidez literaria de éstas.
A pesar de que sea excesiva en su trama, la película es un entretenimiento íntegro y eficiente; deleita la vista y tiene un final inusual que admiré. Genera altas expectativas para las próximas secuelas a cargo de la pluma de Rowling y la cámara de Yates, un equipo tan genial como sus personajes.
2 nominaciones: Mejor Diseño de Vestuario (Atwood), Mejor Diseño de Producción.