Próxima a cumplir 17 años, la compañía se ha consolidado como una de las más importantes de las tablas locales. Con una labor sustentada principalmente en la autogestión, además de su faceta creativa se destaca por su permanente interés en perfeccionarse tanto dentro como fuera del país y por generar un espacio propio para mostrar su trabajo.

 

Por Ricardo Cárcamo Ulloa
Fotografía gentileza teatro del oráculo

n el mundo de las artes escénicas locales, cuesta mucho mantenerse. Ya sea por motivos económicos o de otro tipo, buenos proyectos a veces quedan en el camino. Otros, como el Teatro del Oráculo, se las arreglan para seguir adelante más allá de las dificultades.

En marzo la compañía cumplirá 17 años. "Nacimos por la necesidad de crear, por la imperiosa urgencia de estar con otros y compartir la maravilla del rito teatral. Nacimos porque decidimos conocer, aprender y vivir el arte del gesto, la imagen, la emoción. Aún existimos porque nos hace bien, nos regala felicidad y porque nos hace mejores personas", señaló Manuel Loyola, director de la compañía.

Actualmente, además de Loyola son parte del Oráculo Julio Olave, Roberto Roa, Magdalena Varas, Luz Parés. Sobre los hitos más importantes de su historia, el director comentó que "primero, ser una agrupación que ha desarrollado la autogestión. El Estado ha respaldado (vía fondos concursables) solo un 15% de toda nuestra intensa actividad. El mercado solo un 1 ó 2 %, por tanto toda nuestra dinámica creativa, formativa e institucional pertenece dominantemente al esfuerzo del equipo de personas que integra la compañía, y las redes de apoyo fundamental de artistas independientes".

Al respecto, agregó que "por otra parte, muy importante ha sido sostener una política de perfeccionamiento permanente dentro y fuera del país. Todos los años, el equipo ha continuado aprendiendo, lo que ha permitido que nuestros integrantes hayan realizado pasantías en Bolivia, Argentina, México, Italia, España, Irlanda, Inglaterra, Alemania e India. Y finalmente, haber funcionado como autoescuela. Oráculo, por su metodología de trabajo, operó como un espacio no solo de creación, sino también de formación escénica. Así, muchas personas ligadas a la danza y el teatro tuvieron vínculo formativo con el colectivo".

De sus montajes, Loyola comentó que "hemos realizado 13 de gran formato, que han visto unas 500 mil personas en la Región, Chile y el extranjero".

Con mucho esfuerzo, la compañía pudo concretar el Centro Oráculo, ubicado en Lagos de Chile, y ahora tiene en vista otro ambicioso objetivo: convertirse en una corporación cultural.

"En la ciudad no existe ningún organismo dedicado a pensar la actividad escénica local. Y cuando no reflexionas sobre tus actos, estás propenso a volver a cometer los mismos errores. Cuando decimos ‘pensar’ nos referimos a estudiar desde un paradigma crítico el desarrollo de las artes y las políticas públicas en el área. Nos encantaría poder aportar en este desafío de ‘pensar el teatro’", señaló Loyola.

En ese sentido, el director del Oráculo agregó que "nos interesa constituirnos como corporación no para captar recursos ni para burocratizar nuestro hacer, sino para generar nuevos modelos de desarrollo de las artes: crítico y distante al neoliberal de la oligarquía política dominante. Somos críticos de las políticas culturales, y así lo hemos planteado públicamente. Si pensamos desde un paradigma humanista, integral y crítico; tenemos que ser capaces de elaborar un discurso, propuestas y políticas culturales nuevas".
 

Más familia teatral

Sobre los proyectos a corto y mediano plazo de la compañía, indicó que "en marzo iniciamos en Centro Oráculo un curso anual de actuación profesional de 384 horas de trabajo muy riguroso y profesional (valor anual $750.000) y se desarrollará tres días a la semana, de 18 a 21.30 horas. Además, también tendremos un curso anual de yoga y estudios orientales. Será un maravilloso viaje por el sivananda yoga, con el maestro Indio Manoj MAtai y por la filosofía, medicinas tradicionales y paradigmas artísticos de fascinante oriente. Su costo es de $600.000 por el taller completo, y las clases serán dos veces por semana, de 18 a 21 horas".

Consultado acerca de la escena actual de las tablas locales, aseguró "es dinámica y diversa, pero aún somos muy pocos los que habitamos el espacio ‘teatro penquista’, y en ese sentido no sé si alcance para llamarnos un ‘movimiento’. Me gustaría ver más y más teatro, que la familia crezca".