Cultura y Espectáculos

Alguien bájeme de esta nave, ¡pero ya!: Pasajeros

La película de ciencia ficción mezcla, además, el romance con el thriller. El resultado es abigarrado, y la evolución de la trama es forzada y no tiene lógica.

Por: Diario Concepción 03 de Febrero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6627.jpg

La película de ciencia ficción mezcla, además, el romance con el thriller. El resultado es abigarrado, y la evolución de la trama es forzada y no tiene lógica.
 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

La nave espacial Avalon transporta a 5000 pasajeros al planeta Homestead II, que reúne las condiciones atmosféricas de la Tierra y está listo para ser colonizado. El viaje demorará 120 años, por lo tanto, los pasajeros están en hibernación. Sin embargo, la nave atraviesa por un campo de asteroides, causando daños en su funcionamiento y que uno de los pasajeros, Jim Preston (Chris Pratt), despierte 90 años antes. Morirá antes de llegar a su destino, si no hace algo al respecto.

Jim está muy solo en la nave. Su única compañía es Arthur, un androide barman (un excelente Michael Sheen). Hasta que distingue, entre las pasajeras dormidas, a una mujer rubia (Jennifer Lawrence) por la que siente una súbita atracción. Su nombre es Aurora Lane.

He aquí el asunto: Jim lleva un año despierto, nadie puede ayudarlo a volver a hibernar. Y necesita compañía. Al parecer no un amigo, que ya lo tiene en Arthur, más o menos. Necesita, digámoslo con todas sus letras: sexo, sexo, sexo. Y sexo heterosexual. No se sugiere en ningún momento que a Jim le puedan gustar los hombres, ni siquiera que a Aurora le gusten las mujeres. Hay una base de datos en la nave con toda la información disponible sobre sus pasajeros; no obstante, la orientación sexual… ¿no forma parte de la base de datos? ¿Y se supone que esta película pasa en el futuro?

Es gracias a esa base de datos que Jim conoce <> (¡ja!) a Aurora: ella es escritora. Sus novelas habían sido conocidas en la Tierra, pero prefirió emigrar de nuestro lindo planeta, contaminado y antidemocrático, porque la vida acá no era suficiente para ella. Bueno, la entiendo.

Pero este es sólo el comienzo del desastre que es Pasajeros (2016).

Jim la despierta, para así poder enamorarla y nunca más estar solo. Romántico, ¿no? No. Él es un hombre egoísta, hasta podemos decir que es machista, porque nunca consideró lo que era mejor para Aurora, y es un psicópata, o fue tanto su deseo, que éste devino en una crisis psicopática que lo hizo, virtualmente, ¡asesinar a su amada! ¡Viva el amor!

¡Y ni siquiera se lo confiesa de inmediato; le miente, diciéndole que un desperfecto en la nave causó su despertar! ¡WTF!

Lo siguiente es ridículo, o, en lo personal, afrentoso. Si es escritora, ¿no debería agarrar un lápiz y un pedazo de papel y empezar a escribir? Y ya que este tiempo es más tecnológico, ¿no debería teclear en su computador? En su lugar, Aurora le habla a su celular u otro dispositivo, ya ni me acuerdo ni me interesa acordarme, ¡y éste escribe en la pantalla por sí solo los pensamientos de ella! Ella no escribe, ¡dicta! No, es que esto no lo puedo aceptar. Para ser escritora y amar el mundo de las ideas, esta tipa es bien charcha, no tiene un ápice de ética ni de romanticismo por el oficio. Jamás leería sus mugres. Además, sus amigas terrícolas, a quienes vemos en un video, no son, exactamente, del tipo <>. Son más bien del tipo <>. Aurora no es un personaje verosímil.

Oh, y más adelante un tripulante se despierta, también sin ninguna explicación: Gus Mancuso (Laurence Fishburne). Los tres personajes se reúnen para encontrar qué es lo que anda mal con la nave, mas no pude evitar preguntarme lo siguiente: si la historia se hubiese narrado bien, entonces los despertares habrían sido cosa del destino, y Aurora seguiría hibernando; entonces ¿con quién habría tenido sexo Jim? Uh-oh, la película habría incurrido en sexo homosexual e interracial. No rentable.

El problema fundamental del filme es que el contexto (el viaje interespacial y los imperfectos en la nave que causan los despertares) y el contenido (la historia de amor entre dos desconocidos) no emergen el uno del otro; son dos películas diferentes, yuxtapuestas sin inspiración, a la fuerza.

Asimismo, el tono general es inapropiado. Pasajeros nos fue vendida a través de sus trailers como un thriller romántico de ciencia ficción. Estos son géneros cinematográficos bastante diferentes entre sí, como para que encuentren armonía en una sola película. Y la mezcla es abigarrada. Para ser tan excesiva en elementos y géneros, incluyendo una referencia religiosa (una escena de <> que hay que ver para creer), Pasajeros no puede ser tan solemne. Debió haber sido una comedia negra. Tal vez entonces hubiese cobrado sentido, credibilidad.

Imaginemos ahora que esta historia ocurre en una nave donde viajan Aurora y Jim, NADIE MÁS, y que se conocen de antes. Sería una historia muy interesante, una historia de amor entre un Adán y una Eva del espacio, con temas existenciales para regodearse. Sin embargo, una historia así no sería hollywoodense. La inteligencia tampoco es rentable.

Y siento, también, que el otro gran problema de Pasajeros es que jamás asume que el deseo sexual es lo que mueve a estos personajes, y de una forma para nada romántica en el caso de Jim, a pesar de que su relación sea dulce y apasionada. Y es la negación eterna de Hollywood de la sexualidad lo que es, a mi juicio, la mayor enfermedad de sus producciones contemporáneas. Las películas no asumen, por ende, el tamaño de la experiencia humana, volviéndose estúpidas, una total pérdida de tiempo. Mas admitiré que, mientras la película era proyectada, me bajó la esperanza de que mejorara. No pasó.

Pasajeros es tan mala en puras tonteras, que uno tiene que reírse nomás. Y la película se pone buena, solamente, si te olvidas de los defectos que te son restregados en plena cara, sin tregua alguna. Por lo tanto, el entretenimiento está ahí, es difícil de acceder, pero está.

Ahora bien, la música compuesta por Thomas Newman es interesante. Está influenciada por las bandas sonoras electrónicas de los 80: en las primeras escenas, me recordó a la banda sonora compuesta por Vangelis para Blade Runner (1982) y otras pelis de ciencia ficción de esa década, y la partitura se torna más contemporánea hacia el final.

Y el diseño de producción es pulcro y elegante, dan ganas de subirse a la nave; aunque su futurismo es básico. La trama es tan ingenua, que aunque la escenografía derroche creatividad y belleza, lo primero no se justifica ni se entiende del todo, porque no construye mitología; y lo segundo deleita la vista.

Los miembros de la Academia la nominaron al Oscar en estas dos categorías, en las cuales había mejores candidatas. Debo tomármelo como un chiste, ellos a veces pueden ser tan graciosos.

Y me olvidaba de que también actúa Andy García. Sale en la última escena ¡y no dice nada! ¡Nada! ¡No tiene diálogos! Su único aporte es mirar perplejo en derredor.

Pasajeros tiene buenas intenciones y está, para mi sorpresa, bastante bien actuada. Pero es inverosímil y un viaje intergaláctico que no tomaré dos veces.

2 nominaciones: Mejor Partitura Original (Newman), Mejor Diseño de Producción.

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