Cultura y Espectáculos

...Y con subtítulos chilenos: ¿Por qué él?

Recomendaría ver esta película sólo por la inteligente decisión de usar una traducción con modismos nacionales. En cuanto al sentido del humor, hay más sonrisas que risas, las carcajadas son esporádicas. Provee un rato agradable en el cine.

Por: Diario Concepción 15 de Enero 2017
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Recomendaría ver esta película sólo por la inteligente decisión de usar una traducción con modismos nacionales. En cuanto al sentido del humor, hay más sonrisas que risas, las carcajadas son esporádicas. Provee un rato agradable en el cine.

 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

He aquí otra película navideña. No es del todo exitosa en sus intentos por hacer reír, pero no es una basura como Belleza inesperada. Ésa hacía reír por lo increíblemente mala que era. ¿Por qué él?, en cambio, es una comedia de tomo y lomo (aunque la mejor de la temporada 2016 fue Fiesta de Navidad en la oficina).

Ned (Bryan Cranston), dueño de una fábrica de postales. Mientras se decide en contarle a su esposa e hijo que la fábrica está en la bancarrota, su hija mayor, Stephanie (Zoey Deutch), los invita a pasar la Navidad en California en casa de su novio, Laird (James Franco), un empresario informático multimillonario. Entonces Laird aprovechara de pedirle matrimonio a Stephanie, pero sólo si cuenta con la bendición de su padre, por lo que intentará ganarse su confianza a través de métodos métodos bastante poco ortodoxos. Ned no lo acepta, y sobreviene la comedia.

Esta simpática película cuenta, en papeles secundarios, con las participaciones de Megan Mullally (de la serie Will & Grace) y Keegan-Michael Key (de la serie Parks and Recreation). Si consideramos que Cranston se consagró como un actor de talla mayor con las series Malcolm y, sobre todo, Breaking Bad, y Franco despegó su carrera en el protagónico del telefilme James Dean (2001), podemos concluir que ¿Por qué él? posee una sensibilidad más afín a la televisión que al cine. Y estaríamos en lo correcto.

O sea, el elenco es tan avezado en la comedia, que es extraño que el guion no haya exprimido sus talentos al máximo. Las escenas cómicas que les son entregadas a los actores, no es que sean flojas, pero algunas contienen varios remates que no funcionan del todo; no porque no sean graciosos, sino porque el montaje, creo, trata de conferirle al filme un estilo realista y, por lo tanto, los cortes son lentos. 

Ahora bien, ¿necesita ¿Por qué él? sustancia? Partamos diciendo que, en realidad, no es una película sobre la Navidad, puesto que ésta es sólo el marco para justificar la existencia del filme en la cartelera. Podría ir más allá y decir que, fiel a su esencia televisiva, ¿Por qué él? es un episodio perdido de una sitcom de la década pasada, al que le falta una pista de risa, y que debiera durar media hora. No, una hora, por ser un especial de Navidad. Tal es la consistencia de esta película, lo cual no es malo en ningún caso, pero no es una historia cinematográfica. Es por aquéllo que se siente lenta e interminable a veces. El desasosiego era evidente en mí de vez en cuando; había entendido el punto del relato casi una hora antes de que terminara. Así que sí, para ser una película, carece de sustancia. Aunque está bien para ser televisión, que debió haberlo sido.

Ah, y sobre los subtítulos chilenos… Simplemente, hay que agradecerlos, y recomendaría ver ¿Por qué él? sólo para apoyar esta inteligente iniciativa, que la encuentro muy acertada. A veces, había garabatos cuando los personajes no los emitían: estaban ahí sólo para contextualizar la vulgaridad del filme dentro de nuestros modismos. Al purista en mí no le gustó eso, pero pese a los excesos del subtitulaje, el experimento resulta. Nos han acostumbrado demasiado al español mexicano. Es hora de que las películas nos hablen a nosotros como nosotros hablamos. Dignifica nuestro uso del español. Así que enhorabuena, ¿Por qué él?

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