Cultura y Espectáculos

El peor regalo de Navidad: Belleza inesperada

Esta es una película atrozmente concebida y realizada. Es un ejemplo de la incapacidad de Hollywood de entregar mensajes humanos creíbles, y el resultado es una experiencia inmoral que a uno lo hace sentirse corrompido.

Por: Diario Concepción 25 de Diciembre 2016
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Esta es una película atrozmente concebida y realizada. Es un ejemplo de la incapacidad de Hollywood de entregar mensajes humanos creíbles, y el resultado es una experiencia inmoral que a uno lo hace sentirse corrompido.

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

Belleza inesperada (2016) emplea el tipo de relato navideño, arquetípico ya, del cual fue pionero Dickens. Y sus temas existencialistas han sido magistralmente explorados en el cine por Bergman. Tras ver el trailer, uno esperaría ver una película compleja, con profundos mensajes humanos que eleven el espíritu. Pero no. Belleza inesperada es todo menos eso. Llamar a este filme una basura sería ponerlo en términos elegantes, ya que es una experiencia tan desoladora que en lo que uno menos piensa es en palabras políticamente correctas. Entiéndase que por experiencia desoladora quiero decir atrozmente concebida y realizada; no que es un drama efectivo, aunque es claro que intenta serlo: a veces me parecía estar viendo la parodia de la película que se estaba proyectando.

Howard es un hombre de negocios que hace dos años perdió a su hija de seis años en un accidente. No ha podido recuperarse de la tragedia. Se divorció de su esposa, y como gerente de la agencia de publicidad, ha puesto a la agencia al borde de la bancarrota. Por lo que tres de sus socios, y más cercanos amigos, diseñan un plan brillante: contratar a tres actores que interpreten al Amor, el Tiempo y la Muerte, los tres conceptos a los que Howard les escribe cartas poéticas, exigiéndoles una explicación por su gran dolor. Sin embargo, el plan no es para sanar su corazón, sino para declararlo mentalmente incompetente, sacarlo de la agencia, y ver sus bolsillos asegurados de nuevo.

¡A eso le llamo amistad!

Howard vive un duelo eterno, y un sufrimiento tan profundo va a turbarle los sentidos a cualquiera. Pero si sus amigos intentan hacerlo parecer loco para no estar en la quiebra, corriendo el riesgo de realmente volverlo loco, dado su estado de vulnerabilidad emocional, pues ellos están más locos que él. Son malvados, son unos psicópatas. Con amigos como esos, quién querría enemigos.

Oh, y este trío de desgraciados también cuenta con historias personales. Uno está divorciado y su ex lo ha enemistado con su hija. El otro padece una enfermedad terminal y no le quiere contar a su familia, porque si lo hace, se acaba la película. Y la otra es una solterona que pretende acudir a un banco de esperma para quedar embarazada. Cada uno de ellos, además, hace de mentor para uno de los actores que contratan. El primero guía al Amor, el segundo a la Muerte, y la última al Tiempo. Qué coincidencia. Aunque, en verdad, son los conceptos quienes guían a estas tres muy malas personas. Qué conmovedor.

No podía dejar de preguntarme por qué Howard, después de tanto tiempo de inoperancia en la agencia, seguía ostentando un cargo tan superior. Lo lógico era que sus colegas hubiesen votado hace tiempo sacarlo de la agencia, debido a su comportamiento evidente. Los actores no eran necesarios. El asunto es que Howard debe permanecer ahí porque si no, no habría película. Oh, y olvidaba mencionar que todo sucede durante una Navidad en Nueva York. Qué película más oportuna.

Los diálogos son estúpidos. Howard dice <> Elemental, y esto es como el mantra de la agencia. Lo malo es que es mentira. Una persona madura no le teme a la muerte, y se preocupa de vivir la vida de acuerdo a lo que cree, y acepta las tragedias con humildad. No le anda reclamando a la Muerte por respuestas que no corresponden. Y tampoco desea tener más tiempo, pues lo ocupa bien en vivir. Y si bien todos anhelamos el amor, no es de la forma depresiva que el filme sugiere. Hay que concluir que Howard es un hombre inmaduro, de aquéllos que no deben ser padres, y que ha eso se debe su falta de resignación. Y esa inmadurez es la esencia de Belleza inesperada.

¿Y qué es la <>? El título original del filme se traduce como Belleza colateral: ¿qué es eso? No se explica bien, o quizá estaba yo tan decepcionado viéndola, que ya no me importaba e ignoré la escena de la explicación. Sí, no importa lo que sea.

Sobra decir que las interacciones entre Howard y el Amor, el Tiempo y la Muerte son trillados y redundantes. No podemos crecer espiritualmente con este desarrollo de personajes.

Tuve esperanzas de que la película mejorara cuando Howard asiste a una terapia de grupo y empieza a enamorarse de la terapeuta. Sin embargo, al final se revela que ella era su exesposa, y que lo estaba tratando como a un extraño, porque él se lo había pedido luego del divorcio, como una manera de volver a conocerse y enamorarse. Romántico, ¿cierto? No, enfermo.

De sus amigos, el primero se reconcilia con su hija justo en la víspera de Navidad. El otro le dice a su mujer de su enfermedad sólo cuenta ésta lo descubre. Y la tercera decide renunciar a la ciencia. ¿Qué hará, adoptará, buscará un hombre a quien amar? Primero, necesita ajustarse los tornillos. Lo peor es que su desprecio por la ciencia deja a ésta como un recurso malo y patético, cuando no lo es, y la única que es mala y patética es ella.

Hay un par de diálogos por aquí y por allá en que ciertos personajes manifiestan sus reticencias en torno al engaño masivo hacia Howard, pero eso está allí sólo para engañar al espectador, y encubrir las malas maneras de los amigos de Howard de buenas intenciones. Todos estos personajes necesitan un loquero.

Si Howard tenía intereses literarios, pudo escribir un libro de autoayuda sobre su experiencia, que es lo que suelen hacer las personas con mucho dinero. Otra opción es que se busque unos amigos menos venenosos.

Belleza inesperada resulta una película tan retorcida, que el mero hecho de que pretenda que uno se compadezca por estas personas, hace que uno salga del cine sientiéndose corrompido, envilecido, tanto como los personajes. No puedo creer que tanto talento haya confluido en una experiencia tan horrible e inmoral. Es el peor regalo de Navidad que el cine nos haya entregado en años.

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