Cultura y Espectáculos

Novedosa investigación evidencia la inusual mezcla entre arte y ciencia

El texto del biólogo Marcelo Velasco y el artista Ignacio Nieto, que fue presentado hace unos días en la Pinacoteca UdeC, se basa en distintos y llamativos casos internacionales donde se da esta atípica fusión, lo que a nivel local y nacional se queda sólo en la intención y admiración.

Por: Diario Concepción 07 de Diciembre 2016
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El texto del biólogo Marcelo Velasco y el artista Ignacio Nieto, que fue presentado hace unos días en la Pinacoteca UdeC, se basa en distintos y llamativos casos internacionales donde se da esta atípica fusión, lo que a nivel local y nacional se queda sólo en la intención y admiración.
 

Mauricio Maldonado Quilodrán
mauricio.maldonado@diarioconcepcion.cl

A la distancia parecen disciplinas o áreas muy disímiles entre sí, difícilmente compatibles e incapaces de generar algún conocimiento en común. Algo que el libro "Ciencia Abierta: Singularidad e irrupción en las fronteras de la práctica artística", de Ignacio Nieto y Marcelo Velasco, desmiente. El texto publicado por Adrede Editora -y que fue presentado hace algunos días en la Pinacoteca UdeC- profundiza en esta incipiente e inusual fusión a través de una investigación hecha con cinco referentes internacionales en esta línea.

"Dentro del arte hay mucho interés con tecnología, pero también con contenidos propiamente científicos. Encontramos un grupo de artistas internacionales de diferentes lugares -Australia, Portugal, Estados Unidos, Rusia y México- que estaban haciendo una mezcla entre arte y ciencia muy seria. Estaban aplicando conocimientos científicos de una manera muy profunda, y haciendo obra que de alguna forma genera conocimiento. Entonces, ya el límite entre un científico y un artista se ha desdibujado un poco", comentó Velasco, quien aparte de ser biólogo es Magíster en Artes Mediales.

A través de la aplicación de un instrumento estándar -cuestionario con distintas preguntas que se hizo vía Skype- se obtuvo diferentes resultados que quedaron plasmados en las doscientas páginas que posee la publicación. A ello se suma la relación de ambas ramas a través de la historia y un epílogo que de cierta forma apela o cuestiona a la ciencia.

"Lo que hace esta publicación es evidenciar que ambas disciplinas o mundos están traslapados, desde esa perspectiva genera nuevos caminos para poder abrir la discusión, ya que tanto la ciencia como el arte están un poco sesgados y metidos en sus áreas. La idea es tratar de cambiar estos paradigmas", apuntó Nieto, quien fuera de ser artista es Magíster en Educación en Informática Educativa.

¿Y en Chile?

Si bien el libro ilustra cómo trabajan en el extranjero cruzando la ciencia con el arte, es válido preguntarse si esto se da en nuestro país, ya que es una de las áreas con mayor desarrollo y apoyo en Chile.

"Desde el mundo del arte, formalmente, hay mucho interés en la academia, pero es algo difícil, ya que para que el artista pueda entrar al mundo científico tiene que él tener una formación para hablar el idioma. Esto ya que es muy fácil para que venga un científico y lo desvalide. Cuesta un poco lograr que un artista tenga las dos formaciones", explicó el biólogo.

Además, como que el arte le interesa la ciencia, "pero de una manera quizás como ´entrando por la ventana´", añadió Velasco. 

Mientras que por el lado del mundo científico también existe interés, pero "no es formal ni académico, aunque los hombres de ciencias ven a veces que su práctica es muy cerrada, por lo que no tiene vínculo con la sociedad. En ese sentido, trabajan un montón de años y ven sólo como resultado la publicación de un artículo en una revista científica que prácticamente nadie lee, excepto sus colegas", completó Nieto.

No es algo descabellado ni imposible que se dé. Sin embargo, las obras que dan este tipo de mezcla son sumamente complejas en cómo se aborda un problema. Un buen ejemplo de ello, y que se detalla en el texto, es el de la artista norteamericana Rachel Mayeri, quien decide hacer una teleserie para monos, o sea, que los monos son la audiencia de esta propuesta. 

"Ella sentía que los simios que estaban en cautiverio se aburrían mucho, así que hizo que por último vieran televisión. Se hicieron experimentos con programación para humanos y los monos no ‘engancharon’, entonces ella se cuestionó sobre que los contenidos eran los malos. Por lo que a partir de ahí, realiza una extensa investigación que incluso contempló psicología comparada. Finalmente, ella elabora esta teleserie -con gente disfrazada de monos- y le va bien, ya que a los monos le interesó generando interesantes, resultados que a su vez sirvieron para otras investigaciones", manifestó el máster en Artes Mediales. 

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