Cultura y Espectáculos

"La autenticidad es el mejor aliado, los estereotipos buscan complacer al resto"

La intérprete local, que participó en The Voice Chile, cuenta cómo fue su paso por la TV y de sus ajetreados últimos meses, que incluyen dictar clases de canto en la Escuela de Música Concepción.

Por: Diario Concepción 29 de Noviembre 2016
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La intérprete local, que participó en The Voice Chile, cuenta cómo fue su paso por la TV y de sus ajetreados últimos meses, que incluyen dictar clases de canto en la Escuela de Música Concepción. 

 

María del Pilar Valenzuela Prieto
Contacto@diarioconcepcion.cl

 

Tiene 31 años y la experiencia de alguien que hubiese vivido el doble. Su apariencia no logra cubrir los años que tiene, la juventud se presenta como su mejor aliado. Ella dice que es la alegría que proyecta o la forma como vive. Cualquiera de las dos, según ella, el secreto está en disfrutar.

Sí, Ariana representa esa bohemia tan característica de Concepción que ha logrado desprenderse de las cofradías musicales que atrapan a muchos y de la que pocos pueden salir. Su paso por dos grandes programas televisivos la han fortalecido. Su futuro no le da más vueltas.

Con un hijo de 5 años esta cantautora dedica sus días trabajando para eventos de empresas, tocando en pubs y combinando su pasión con los negocios. Sabe que es contradictorio por su discurso que tiene ante la vida, pero reconoce que si ser músico en Chile es difícil, más lo es en Concepción. Es por eso que aunque está consiente que muchas veces tiene que "venderse" a la industria, ha descubierto que la satisfacción y la alegría se encuentran en pequeñas cosas. 

– ¿Cómo se sobrevive a la superficialidad de la televisión?

– Nunca ha estado en mis planes figurar. Si entré a estos programas fue porque se dio, porque tenía proyectos y llegue ahí. Estoy consciente que en un momento se puede estar en la cima y luego ya no, son los costos. Lo importante es saber disfrutarlo y entender que todo tiene un final.

Antes de estar en The Voice Chile, Ariana participó en uno de los primeros programas de talento musical que existió en el país. Sabe que su motor es su hijo y que no está en posición de no aceptar estas ofertas. 

– ¿Cómo fue tu paso por estos programas?

– En ambos me fue súper bien y llegué a ser finalista. Sin duda esto me ha traído grandes ofertas laborales y me han ayudado a que varias puertas se me abran. Creo que existen estereotipos para ser vigente en la tele y para eso hay que estar dispuesta muchas veces a renunciar a tu propia identidad.

– ¿No cumplías con estos estereotipos?

– No, creo que iba con una idea puntual de como presentarme, y fui fiel a eso. No cuestiono el talento de los ganadores, pero creo que también es cierto que en la apariencia muchas veces está el factor ganador. No juzgo, entiendo que en la tele lo más importante es la popularidad del competidor.

Aceptar el juego de la tele y sacarle el mejor provecho, es la lección que recoge. La gente es la que queda y quienes siguen dándole el reconocimiento de su ascendente carrera. 

¿Su mayor logro?, haber tocado junto a la Orquesta Sinfónica de la UdeC junto a Feliciano Saldías.

Días duros 

Este ha sido un tiempo difícil. Después de tres años terminó una larga relación, una etapa que como ella define está cerrada. El diagnóstico de cáncer de su padre la hizo replantearse como quería ser y decidió luego de años de vivir sola, volver a su casa paterna.

– ¿En qué momento decides que es necesario hacer un cambio en tu vida?

– Estaba descuidada, no lograba ver las cosas positivas que había. Fueron muchos incidentes en poco tiempo y me descuide a mí y a mi hijo. Fue ahí cuando decidí pedir ayuda y entendí que no podía seguir cargándome siempre todos los problemas del resto.

– ¿Sientes que tocaste fondo?

– Sí, pero fue bueno. Me hizo replantearme muchas cosas. Son ciclos que tienen que ir cerrándose y que de cierta forma ayudan a que uno abra los ojos y se dé cuenta de muchas cosas que no eras capas porque estabas bloqueada.

– ¿Cuáles han sido tus descubrimientos en esta recuperación?

– Muchos. Primero, que hay gente que siempre está peor que uno y que me considero una afortunada de la ayuda que he recibido. Aprendí a no perder el tiempo lamentándome. Mi papá está enfermo y estamos luchando y poniendo toda la energía para que se recupere. Mi mayor alegría es poder decir que lo he disfrutado y que no me quedan cosas pendientes. 

Lleva unos meses viviendo con sus papás y esa angustia con la que llegó, de apoco la ha sabido transformar en agradecimiento y energía. Así, no duda en reconocer que su mamá es un pilar en su vida, y que buena parte de su tiempo lo consagra en su hijo. 

En lo profesional, realiza eventos corporativos, canta ocasionalmente en pubs, e imparte clases de canto en la Escuela de Música Concepción, EMC, en Salas 88. 

– ¿Anti estereotipos?

– No, pero prefiero la autenticidad. Tengo claro que muchas veces nos dejamos llevar por las expectativas que otros tienen sobre nosotros y nos dejamos engañar. Creemos que son nuestros sueños, pero no lo son.

– ¿Tu mejor terapia?

– La música. Sé que no tengo un disco y que aún quedan muchos desafíos, pero creo en lo que hago. Las vibraciones que siento al cantar son una adicción y mi mayor pasión. Soy afortunada al decir que puedo trabajar en lo que más me gusta. Para mí ha sido mi mejor desahogo y pretendo que para el resto también lo sea. Con mis clases eso busco, que mis alumnos se desinhiban y se amen a través de la música. 

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