Cultura y Espectáculos

Los imborrables nexos de Juan Radrigán con las tablas de la Región

La vida del autor, recientemente fallecido por un cáncer, estuvo siempre muy ligada con la zona. Personas que lo conocieron hablan de esa unión de décadas.

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1914.jpg

La vida del autor, recientemente fallecido por un cáncer, estuvo siempre muy ligada con la zona. Personas que lo conocieron hablan de esa unión de décadas.

 

Ricardo Cárcamo Ulloa
ricardo.carcamo@diarioconcepcion.cl

 

"Necesito escribir como respirar". Esa fue una de las tantas frases que regaló Juan Radrigán en marzo de 2014, cuando llegó para la inauguración de la sala de teatro de la Ucsc. Uno de sus últimas visitas a la zona, en lo que fue una constante de décadas: la fuerte unión que existía entre el dramaturgo recientemente fallecido y el teatro de Bío Bío.

Gustavo Sáez, integrante de la compañía El Rostro, fue uno de los que compartió con el autor. "Juan Radrigán es una figura fundamental en el crecimiento del teatro penquista y regional a partir de los ochenta. Fundamental fue la incursión de su dramaturgia en Concepción cuando en 1982, El Rostro estrenó, con su presencia, su obra ‘Las brutas’, con ocasión del centenario de Diario El Sur. Fue en el Aula Magna junto a la catedral. Dirección de Ricardo Monserrat (francés residente en esa época en Concepción), escenografía de Eduardo Meissner y protagonizada por Ximena Ramírez, Berta Pool, Odette Cortesi y Gustavo Sáez", dijo.

Al respecto, agregó que "fue un éxito teatral en la zona y con una temporada de una semana en el Teatro Camilo Henríquez de la capital, invitada por su autor. También se presentó en dos ocasiones en el Festival del Parque Bustamante de Santiago. En esa ocasión, El Rostro, por ese montaje, fue declarado el mejor nuevo teatro emergente. También el año 1982 y siguientes, El Rostro estrenó ‘Testimonio de las muertes de Sabina’ en Concepción, también con presencia del autor".

Del nexo de Radrigán con Concepción, Sáez indicó también que "otras obras representadas en la zona por grupos locales fueron ‘Isabel desterrada en Isabel’, un monólogo, ‘El loco y la triste’, montada hace poco por el Grupo de Teatro de la Ucsc. Además, durante los ‘80 El Telón, compañía de Radrigán, vino reiteradamente a la zona para representar ‘El toro por las astas’, ‘Hechos consumados’ y otros de sus títulos".

Teatro en todas partes

Gloria Varela, directora de Extensión de la Ucsc, fue la encargada de recibir a Radrigán en marzo de 2014. "Fue muy grato con Julio Muñoz -director del grupo de Teatro de la Ucsc- ir a buscarlo para que viniera a estar con nuestros alumnos. Se presentó, conversó, decía que no disfrutaba mucho de hablar así, en público, se sentía más cómodo en su oficio como dramaturgo. Le encantaba conversar de forma más íntima, era muy simpático. Conozco a Silvia Marín, su señora, quien no pudo viajar esa vez. Ella era de Concepción, se conocieron en un montaje", dijo.

Sin embargo, la relación de Varela con el dramaturgo comenzó tiempo atrás. "Personalmente, lo había conocido muchos años atrás, cuando estaba en el Charles de Gaulle como profesora. Incluso, tenía un colega, Ricardo Monserrat, que le gustaba mucho el arte y realizaba muchas actividades en los ‘80, y era muy amigo de Radrigán".

De su labor como dramaturgo, la directora de Extensión de la Ucsc indicó que "es esa voz profunda del desamparado, del que está en una vulnerabilidad extrema, en el desarraigo. En ‘El loco y la triste’, al analizar y ver la obra, era de una belleza y pureza de personajes que a primera vista parecer sórdidos, pero son ricos como seres humanos. El loco es un mendigo, un alcohólico, pero los sueños que tiene… Te conmueve verla, y me encantaría poder darla pronto de nuevo. Estamos planeando un homenaje a Radrigán en noviembre con este montaje, vamos a coordinar la fecha, pues tenemos que hacerlo".

En ese sentido, agregó que "algunos encontraban que sus obras eran desesperanzadoras, pero diría que eran tan reales y vitales que nos hacían reflexionar sobre muchas cosas. La solidaridad, que miremos al otro, su alma, su esencia. Como espectador te humaniza, haciéndote ver lo que viven las personas menos favorecidas, y que todos somos responsables de cierta forma de su pasar. Son obras que te hacen ver un ser humano, simple, que sufre, y te llevan a pensar que eso te puede pasar también. Él trataba eso, de mostrar una cruda realidad pero con esos propósitos".

Sobre su influencia en el teatro regional, comentó que "conocía mucho de nuestras actividades, de la labor que desarrollaba el TUC, de El Rostro. Era muy humano, inculcaba que el teatro se podía hacer en todas partes. Motivaba a las nuevas generaciones, que esto no se iba a acabar nunca, buscar lugares que fueran hitos, o de interés del pueblo para llevar trabajos. Hacerlos en los barrios igual. Siempre quería mejorar".

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