La película está basada en la serie de TV de los 60. De hecho, la animación emula las características físicas de los actores y el estilo visual de la serie. Pero no es sólo nostalgia: es un deleite cómico puro, y satiriza a sus icónicos protagonistas.
La película está basada en la serie de TV de los 60. De hecho, la animación emula las características físicas de los actores y el estilo visual de la serie. Pero no es sólo nostalgia: es un deleite cómico puro, y satiriza a sus icónicos protagonistas.
Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl
KRAK! POX! SLAM!
Si estas onomatopeyas te recuerdan a la serie de los ‘60, cuando el hombre murciélago no iba mucho al gimnasio, estás en lo correcto. La nueva película animada Batman: El Regreso del Enmascarado (2016) no sólo plantea <> regreso del superhéroe gótico a la pantalla grande; sino también un retorno a la muy difamada estética de la clásica serie de TV de los sesenta, en la que está basada.
¿La razón? El quincuagésimo aniversario de la primera temporada de la serie, y de la película que inspiró la primera del hombre murciélago en 1966, Batman : The Movie. Incluso los actores originales, Adam West, Burt Ward y Julie Newmar, vuelven aquí en las voces de sus respectivos personajes de la serie: Batman, su compañero Robin y la malvada Gatúbela. Batman: El Regreso del Enmascarado constituye, además, la primera vez que Julie Newmar (aunque sea sólo su voz) interpreta a Gatúbela en el cine como hiciera en la serie, y junto a sus coestrellas.
Más que trama, el filme provee la entretención basada en cómics más pura del año y, quizá, en muchos años. Es un deleite estético, una gran comedia en que una aventura disparatada deriva en otra, y sería.
Es bien probable que en los ‘60, Batman fuera el superhéroe más popular gracias a la televisión. ¿Por qué? Esa fue la década que vio nacer a Bob Dylan, el reciente nobel; emergió el New Hollywood; Martin Luther King Jr. lideraba el Movimiento de Derechos Civiles, etc. En fin, EE.UU. era bien distinto; las personas estaban dispuestas a luchar por la paz, a ser felices, y abrazaban la intelectualidad.
Batman, la serie, no era vista como algo serio. Se la consideró como una comedia desde el principio, y el público disfrutaba de la estética kitsch, el uso ad nauseam de planos aberrantes, las onomatopeyas que explotaban en plena pantalla, y Robin, el Chico Maravilla, santificando cuanta cosa lo escandalizaba. Ah, y que Batman y Robin <> edificios.
Me figuro que hoy en día la serie sería vista como un insulto por los <>. Es más, estoy seguro de que la ven como un insulto. Me parece que alguien, por ahí entre los 70 y 80, quiso hacer algo distinto con el Batman del cómic, y lo convirtió en un personaje serio y ambiguo. ¡Genial! Pero el público confundió <> por <>, y el personaje, y todo el género de superhéroes, no se han podido recuperar desde entonces. Dicha reinvención del género ha sumido a estos simpáticos y heroicos personajes en una depresión crónica de la que no se han logrado curar.
¿Es esto lo que esperamos de los superhéroes? Pueden salvar el mundo cuando quieran, pero ¿tienen que ir por la vida con la cara tan larga? El error fundamental de los superhéroes modernos es que se toman a sí mismos demasiado en serio, y eso es risible. Anda a decirle esto a los fans, y te demandarán (de verdad, lo harán). Los fans modernos piensan que si aceptan el aspecto ridículo de sus superhéroes favoritos, los estarán insultando y, de paso, a sí mismos.
Sin embargo, aceptar su ridiculez (que no es absoluta) comporta una gran cuota de celebración de estos iconos de la cultura popular. Batman demostró eso en los 60; y el rechazo de muchos fans por la interpretación que la serie hizo del cómic, limita la diversión de este público, y los hace ignorantes. Es triste.
En retrospectiva, la serie le ofreció al público un delicioso acto de deconstrucción de los cómics de superhéroes. Y ahora, Batman: El Regreso del Enmascarado nos lo recuerda, y vuelve a hacer lo mismo con el género del cine más explotado por Hollywood hoy.
La deconstrucción de El Regreso del Enmascarado pone en evidencia la absurdidad de los casos que enfrenta el Dúo Dinámico, con sus pistas imposibles y forzadas conclusiones; las nociones básicas del bien y el mal; y, por supuesto, el homoerotismo latente en el vínculo de los héroes. Al emular las características físicas de los personajes en la serie y el estilo visual de ésta, la animación satiriza el legado de las muchas adaptaciones de su cómic fuente, y las celebra. El descaro del filme está en abrazar la alegría e ingenuidad del pasado. Tanto los héroes, los villanos y el público, nos reímos juntos de todo el asunto. Celebramos las muchas facetas y estéticas de Batman.
Es más, en los créditos finales, vemos a Batman bailando con Gatúbela al son del famoso <>. ¿Y por qué no habrían de hacerlo? ¿Desde cuándo que las películas dejaron de ser una fiesta? ¿Cuándo se olvidaron los superhéroes de esto? Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Na Bat-maaan…