De evolución positiva con los años, la SCD se ha preocupado por administrar el repertorio de los artistas de la mejor manera posible, aunque es complejo el poder darle el gusto a todos.
De evolución positiva con los años, la SCD se ha preocupado por administrar el repertorio de los artistas de la mejor manera posible, aunque es complejo el poder darle el gusto a todos.
Mauricio Maldonado Quilodrán
mauricio.maldonado@diarioconcepcion.cl
"El año pasado Beast Discos publicó ‘Un día en el ático’, pero todavía no lo podemos vender, el stock está guardado porque hay una persona que está reclamando regalías", comenta Mauricio Melo, guitarrista de la banda los Santos Dumont.
Esta situación, que se origina a mediados de los noventa cuando la banda penquista pertenecía a EMI, grafica la desprotección de los músicos y sus propias creaciones, debiendo lidiar en ocasiones con verdaderas trampas que benefician a personas que no están involucradas en la creación directa de las canciones o producciones.
A esto y más apunta la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD), la que desde 1992 como organismo autónomo gestiona el repertorio de los músicos y artistas asociados a ella, es decir, controla el uso de ese repertorio, su licenciamiento, y la correspondiente recaudación y distribución de derechos.
Esto a grandes rasgos, ya que ha sido una labor que con el transcurso del tiempo ha cambiado y evolucionado, abarcando diferentes aspectos. "Hoy tenemos una sociedad de gestión mucho más madura y sólida que hace 10 ó 20 años atrás. Los derechos han ido aumentando, por lo tanto, las recaudaciones han subido y el porcentaje de pago. Cuando un artista pega, como Los Vásquez, generan muchísimo", dijo Álvaro Scaramelli, actual presidente de la SCD.
Lo que ratifica el propio Melo. "Es un tema que ha ido avanzando y puliendo con los años. En mi caso estoy bastante agradecido de la SCD, ya que cuando esto partió los músicos prácticamente no teníamos nada, si bien es cierto que ellos se quedan con su ‘tajada’, realizan una pega que los músicos somos remalos para hacer. La cosa ha ido creciendo y en la actualidad tenemos hartos beneficios que se han ido adquiriendo con los años, creo que se puede perfeccionar como todas las cosas".
El mismo músico hace un contrapunto entre lo que ocurría hace más de 20 años atrás, cuando los porcentajes de las regalías por derecho de autor eran ínfimas, quedando en evidencia la importancia de resguardar debidamente la música que se produce. "Es algo importantísimo, sobre todo para quienes partimos en la música cuando el escenario era otro. El trato antiguo era un porcentaje mínimo de lo mínimo en ventas, era algo muy enredado, ya que antes el grabar un disco era como ‘el sueño del pibe’, nosotros firmamos a ojos cerrados".
Para el musicólogo y docente del Departamento de Música de la UdeC, Nicolás Masquiarán, el tema de los derechos de autor y su resguardo es una especie de arma de doble filo, ya que si bien se obtiene beneficios al momento de acogerse al marco legal que ofrece la SCD, amarra al músico o artista a un solo sistema sin dar mayores alternativas.
"Para que se pueda sistematizar y formalizar el resguardo de una propiedad intelectual, tiene que generarse un marco legal y que implica traspasar esa gestión de los derechos a un tercero, SCD, que finalmente, es la que asume la gestión de todos los recursos que circulan, pero que no garantiza una condición igualitaria para todo tipo de artistas. Si no estás inscrito en la SCD prácticamente no eres nadie. ¿Qué pasa con el resguardo de derechos de artistas que, por ejemplo, deciden mantenerse fuera de ese circuito más comercial, pero que también eventualmente decidieran resguardar su propiedad bajo criterios diferentes?", explicó.
A lo que remató que "se impone un modelo que asegura la circulación de plata entorno a esos derechos, pero que de ninguna manera abarca todas las posibilidades de gestión de propiedad intelectual, a las que pudiera querer acceder un artista. Y como ellos cubren un flanco, el que está existe y el resto ahí se las verán. Además, si se está avalado por un marco legal, ese debe actualizarse y entender que los modos de circulación –creación, publicación, distribución de la música- han cambiado un montón. Sobretodo porque la SCD nace en los años noventa, cuando estaba intentando prefigurarse una especie de industria musical en el país bajo el modelo anglosajón, pero rápidamente luego del año 2000 aparece la web 2.0, que rompe con aquel sistema".
Derecho de interpretación
Ocurre lo mismo con el tema de la música clásica, pero que va más allá de lo sólo referido a la difusión, es decir, "nosotros pagamos todos los derechos que correspondan a derecho de autor, editoriales y de interpretación. Son distintos tipos de derechos que tienen que pagar las instituciones que hacen uso de música chilena e incluso la que no lo es también se paga y que tenga derechos reservados. La SCD cumple la función de recaudo por interpretación, pero que además ese compositor esté registrado en la SCD como miembro integrante", aclaró Lilian Quezada, gerente de la Corcudec.
A lo que agregó que "todas las partituras que tengan un dueño es a él al que se recurre. Hay una infinidad de interpretaciones, pero la ley establece una sola cosa. Se paga por obra de versión original. Uno en la actualidad se contacta con la editorial que tiene las partituras resguardadas y a ellos hay que arrendárselas. Es una cadena muy larga y que hay que tener mucho tiempo para que eso funcione y también para poder negociar los precios".
Para la gerente el tema de los derechos de autor, a grandes rasgos, no se entiende debidamente, ya que "no es sólo que la canción es mía y hago lo que quiero con ella, hay miles de otros derechos asociados en la autoría. Es una conversación que no está resuelta en el país de los administradores que pagan derechos, porque no saben lo que están pagando ni tampoco tiene claro qué es lo que tienen que pagar y por qué lo tienen que hacer. Es más, hace algunos años las únicas instituciones que pagan sobre obras que tienen derecho de interpretación –partituras y todo eso- era la Filarmónica y nosotros como Sinfónica UdeC".
Variabilidad de precios y lugares
Igual de diferentes, como los alcances que tiene la SCD, son las tarifas que se cobra por cada autor e interpretación de sus obras. En términos generales y explicados por su propio presidente "el derecho de autor está basado en que si alguien hace un negocio y genera ingresos usando música, significa que parte de ese negocio, un porcentaje pequeño, que puede ser un 2, 3%, le debiera llegar a los autores de esa música. Por ejemplo, una radio que toca música y que el sentido de que la gente la sintonice es por el tipo de música que transmite, lo lógico es que ese dueño pague parte de las ganancias que tiene, por sus avisos o lo que sea, a los autores un porcentaje".
Completando que "esa tarifa va a variar dependiendo del uso o la importancia que tenga la música. Paga menos porcentaje de derecho de autor una radio noticiosa, que dentro de su parilla tiene un 30% de música. Paga un 100% de la tarifa, que como decía antes puede ser un 3%, aquella emisora que solo es musical. Luego, una discotheque tiene que pagar un derecho de autor, pero distinto a un pub, restaurante, un hotel o una peluquería, que pagan una tarifa fija, que pueden ser 20, 30 o 50 mil pesos, dependiendo de su tamaño".
Para realizar este monitoreo la SCD cuenta con un sistema de reconocimiento de canciones en línea –Vericast- a través del cual estamos grabando y reconociendo la música de alrededor 300 radios de todo Chile. Esta herramienta nos permite conocer al instante toda la música que cada radio está utilizando. Por lo tanto, podemos tener completos informes de toda la música de un artista radio por radio, cuantas veces una radio toca una canción, ranking de los artistas con mayor difusión. Estos informes se envían a socios en forma mensual y también pueden ser a pedido. Adicionalmente, las radios tienen la obligación de enviar sus planillas con el detalle de todas las canciones que utilizan día a día en su programación", concluyó Scaramelli.
Ranking Artistas Tocadas
1 Los Vasquez 22755
2 Noche de Brujas 20702
3 Américo 19812
4 Los Prisioneros 18953
5 La Ley 17155
6 La Noche 16782
7 Los Charros de la Com. de Lumaco 15827
8 Los Tres 15001
9 Los Bunkers 13137
10 Chico Trujillo 12763
Requisitos para poder ser parte de la SCD
La inscripción a la SCD es gratuita y puede hacerse en distintas modalidades: afiliado, heredero, editor musical o productor de fonogramas. Para ser socio o socia hay que ser autor, compositor o intérprete de obras musicales; haber grabado y publicado profesionalmente al menos un disco o single promocional y que al menos una de las canciones creadas tenga difusión en medios de comunicación (radios, canales de televisión, cine, entre otros) o exhibición pública en presentaciones en vivo.
Llenando el formulario correspondiente –descargable y disponible en el sitio web de la SCD-, y siendo aceptado por SCD, cada miembro pasa a tener protegidas sus obras del uso de terceros, y a través de convenios con sociedades extranjeras, la cobertura abarca repertorio nacional e internacional.