Cultura y Espectáculos

Un baile cuya difusión y aprendizaje se ha reducido a un sólo estilo

De una rica variedad de estilos y sonidos -los cuales varían de acuerdo a la región del país- prácticamente se ha masificado la esquematizada coreografía que inculca el sistema educacional hace más de 30 años, zapateando y escuchando lo mismo en cada festejo patrio.

Por: Diario Concepción 18 de Septiembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2827.jpg

De una rica variedad de estilos y sonidos -los cuales varían de acuerdo a la región del país- prácticamente se ha masificado la esquematizada coreografía que inculca el sistema educacional hace más de 30 años, zapateando y escuchando lo mismo en cada festejo patrio.

 

"Hay tantas cuecas como regiones en el país, tantas cuecas como las diferentes comunidades que existen, no hay una sola con la cual identificarse, son muchas. La cueca no la podemos encuadrar en un sólo estilo, sería empobrecerla mucho". Así de categórica es Patricia Chavarría, folclorista local y recientemente investida con el Premio Margot Loyola, sobre el estilo cuequero que nos identifica como chilenos.

Palabras que se contraponen a lo manifestado por Roberto Contreras, docente de folclor del Departamento de Música de la UdeC, quien señaló que "creo, el más representativo, es el estilo del huaso, ello por tradición, por haberse mantenido a través de las generaciones y haber dado a la danza una intensionalidad, una fuerza, un carácter que la ha hecho representativa nuestra, y con la cual nos hemos sentido identificados y aglutinados. El huaso le dio forma, le dio estética, la caracterizó e identificó".

Opinión que va muy en la tradición impuesta desde hace más de treinta años en el país, "en que se determina que la cueca es el baile nacional y que se enseña como una coreografía, se esquematiza. Es el estilo que creo que se puede encontrar más ampliamente y que se dio a conocer a través del sistema de educación de norte a sur, pasando por encima de las identidades particulares de cada zona. Es algo que a mí en lo particular no me gusta, que invisibiliza los otros estilos de cuecas", manifestó Claudia Melgarejo, destacada exponente local del canto tradicional campesino.

A lo que Chavarría recalcó que "desgraciadamente se ha hecho eso -esquematizar nuestra danza nacional en un sólo estilo "coreográfico" -y como recalco, se empobrece el baile en general. Por ejemplo, las cuecas de la Región del Maule, de la zona de Cauquenes, son cuecas de velocidad muy rápidas, en cambio, las cuecas de la zona de Santa Juana tienen otra velocidad, y eso influye por supuesto en el estilo de bailarlas, en los pasos, en todo".

Algo que sí ve con buenos ojos Contreras, ya que esa diversidad de estilos "enriquecen la expresión de la danza y producirán variaciones según su geografía y grupo social (así tendremos cuecas locales o regionales: nortinas, centrinas, chilotas, campesinas, huasas, urbanas, etc.) y según el personaje que las interpreta (pampino, calichero, minero, campesino, gañán, huaso, minero, pescador, obrero de la contracción, chilote, ovejero, etc..). A ello se agrega la ocasionalidad de interpretación de la danza y la función, que en general es festiva-recreativa".

Ni lo uno ni lo otro

Mientras que para el musicólogo y también docente Nicolás Masquiarán, claramente no existe estilo alguno que nos identifique, es más, ni la propia cueca es representativa del país.

"No creo que haya una cueca, o un estilo de cueca, más representativo de nuestro país. Ni siquiera creo que la cueca sea representativa de nuestro país en pleno, porque la riqueza de nuestra cultura se cimienta, justamente, en su diversidad. En consecuencia, no creo que exista un estilo, género o canción que sintetice lo que somos", señaló.

Aclarando que "lo que sí hay, son canciones que son capaces de convocarnos en esa diversidad, y ahí puede caber desde el ‘Vamos Chilenos’ hasta ‘El galeón español’, desde el ‘Todos juntos’ hasta ‘Gracias a la vida’, a estas alturas tan tradicionales como la mejor de las cuecas".

Para Boris Castro, más conocido como "Choro Boro", la estructura musical de la cueca es igual en todos los estilos -coplas, una seguidilla, una jarana y un remate-, y su forma de bailarlas se ha mezclado. "Por ejemplo, los bailarines de cueca huasa bailan hoy en día una cueca romántica, ya que la mayoría de los bailarines son jóvenes, les gusta este estilo más urbano siendo que cultivan lo más tradicional. Y también los cuequeros bravos, que cantan cuecas de la tradición, pero que las interpretaron otro estilo -con las voces más gritadas y altas-, a veces cantan a cuequeros que bailan cueca brava y a los más tradicionales. Está todo revuelto".

Profundizando que "creo que si lo catalogamos los jóvenes que bailan cueca les gusta el romanticismo, las que hablan de amor, una cueca un poco ‘cebolla’. En cambio a los que son más adultos buscan una cueca histórica, las que hablan de sucesos, algunas tristes como las bravas porteñas, que son en notas menores, y otras que son alegres, incluso medias chistosas. Para mí, el estilo depende del tipo de público y de cómo ellos se identifiquen con las canciones".

En este sentido, y en relación a las canciones que se escuchan dentro de este mes, de los distintos estilos e intérpretes, Melgarejo puntualizó que "lo que se me viene a la mente inmediatamente es la lamentable cantidad de veces que se repiten las mismas cuecas, como ‘La consentida’. No tengo nada contra esa canción y su autor, pero sí todos los septiembres se repiten los mismos temas da un poco de lata, porque hay mucha variedad de folclor, de cuecas, hay montones y como que siempre se cae en lo mismo, en ese estándar esquematizado de sonidos que nos inculcaron hace años atrás. Eso es fome, en contrapartida del rico cancionero que tenemos". 

 

 

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