Cultura y Espectáculos

La vida secreta de tus mascotas

Ejecutivo sinceró las cifras de la empresa destacando que el 40% de los negocios está en regiones y que Bío Bío concentró el 20% de la inversión destinada a imágenes junto con laboratorios clínicos.

Por: Diario Concepción 24 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4369.jpg

Se parece bastante a Toy Story (1995), la que representa el molde de gran parte de la producción de Pixar. Pero la influencia es buena: la historia es entretenida y la animación es excelente.
 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

Un año después de Minions, Illumination Entertainment nos trae la que, supongo, es su película redentora: La vida secreta de tus mascotas. Y es, de hecho, mucho mejor. Transcurre en Nueva York y cuenta la historia de Max, un terrier cuya dueña, Katie, llega a casa con un nuevo perro, un Terranova llamado Duke, y su tranquila vida se tambalea. Ambos se enemistan por un lugar propio en el departamento, hasta que en una salida se extravían y deben encontrar juntos el camino a casa.

¿Toy Story, alguien? Sí, es bastante parecida, mas la trama del hito animado del ‘95 ha sido el molde de todas las producciones de Pixar. Lo hemos visto antes y mejor, pero funciona. Por lo tanto, sería injusto culpar a Mascotas por sus evidentes influencias, cuando eso no me molestó, y menos si (a) le sirve al estudio para mejorar su catálogo y (b) el filme es capaz de sostenerse por sí solo.

La animación es excelente. Perros, gatos, conejos y, además, lagartos y aves, son animados con divertidas formas redondas y colores vibrantes; y en cuanto a personalidades, las mascotas son entrañables. La elaboración de Nueva York es minuciosa; las imágenes nos muestran la ciudad desde varios ángulos, muchos en altura y en movimiento, y, por ende, complicados de animar. No obstante, los animadores logran proporcionar un sólido sentido de orientación, que le da coherencia a la amplia paleta de colores.

La escena inicial es notable. Es una serie de viñetas que nos muestran a los vecinos mascotas de Max (antes de la llegada de Duke), haciendo travesuras en casa luego de que sus amos se van a trabajar. El humor empleado aquí me recordó el ingenio de las caricaturas clásicas de los 40 y 50 que crecí viendo por televisión, donde los diálogos eran remplazados por lenguaje visual. Algo de esto se mantiene por el resto del metraje, dándole un particular aire nostálgico a la narración.

La selección de canciones también se ajusta a los momentos y realza la comedia. Con todo, creo que fue un error enfatizar lo audiovisual y los varios peligros sorteados por los personajes, y no la resonancia emocional del relato. Por ejemplo, mientras recorren la ciudad, Max y Duke van a la casa del antiguo dueño de este último. Sin embargo, la revelación dolorosa que los espera no tiene un desarrollo, adecuadamente, emocional. No hay un aprendizaje ni una manifestación verosímil del dolor. En su lugar, el filme abandona rápido la escena con su estilo de aventura y conduce a los personajes a la gran escena final.

Tras apagarse las luces en la sala, la función de La vida secreta de tus mascotas empezó con un tráiler de Sing, la próxima película de Illumination Entertainment, que se estrenará a fines de año. Ahora bien, que un bus en Mascotas tenga un afiche de Sing en la parte de atrás, me parece un poco excesivo. Si no fuera porque puedo apreciar, estéticamente, el rompimiento de la cuarta pared en la estrategia de marketing, me habría enfadado. Pero la verdad es que le queda bien y, tal vez, por lo mismo querré ir a verla.

Después del tráiler, el filme es precedido por un corto (muy Pixar, ¿cierto?) llamado Minions jardineros. Estoy seguro de que el duende que aparece aquí, luego sale en La vida secreta de tus mascotas en un patio al que llegan los vecinos de cuatro patas de Max y Duke, buscándolos. En fin, todo contribuye a la experiencia de ver esta película: es Pixar hecho por otro estudio y sin moraleja, es autopromoción simpática y es entretenimiento familiar irrelevante, pero muy, muy efectivo. Sería innecesaria, mas no me extrañaría una secuela.

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