Estrenada en 1832 por Gaetano Donizetti, es una ópera clave del repertorio docto universal, la cual fuera de ser una obra divertida y entretenida, atrae por su sólido argumento. 
 

Mauricio Maldonado Quilodrán
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De forma paralela a la preparación y realización de la Gala de Jóvenes Voces Líricas -cuyos conciertos fueron ayer y el viernes- el montaje de la ópera "El elixir de amor", original del compositor italiano Gaetano Donizetti, ha sido una labor ardua y sin pausa, de cara a sus dos presentaciones de esta semana, pero satisfactoria en el resultado logrado.

"Trabajamos durante una semana completa en Santiago y ahora retomamos el ritmo en Concepción, diez días antes de lo que será el estreno. Ha sido un trabajo muy vertiginoso y rápido, pero que le ha hecho muy bien al aspecto de comedia que tiene esta ópera, a la inmediatez, a que cada persona muestre su personaje rápidamente. Un elemento que hemos utilizado para marcar toda esta producción es el baile", comentó Gonzalo Cuadra, director escénico del montaje.

Palabras a las que destacó que "yo me apoyo en que la música de Donizetti circuló mucho en Europa en forma de número de baile. Muchos momentos de esta ópera y de otras de este autor italiano eran publicadas en pequeñas páginas de partituras que se entregaban y circulaban por las casas particulares a modo de baile. Las personas las tocaban en sus pianos y se bailaban".

A esta característica más revisteril, se suma el hecho que esta obra es "una comedia no una ópera bufa, es decir, mezcla algunas cosas melancólicas con cosas cómicas, un poco de ternura y también risas y carcajadas, ambas cosas", dijo Cuadra.

Justamente resaltando este sello cómico que posee este trabajo de Donizetti, Donato Cabrera, director norteamericano invitado a llevar la batuta de la Sinfónica UdeC señaló que "cuando pienso en esta ópera se me viene a la mente la serie de televisión de la década de los cincuenta ‘I Love Lucy’, que es una comedia, pero con tintes bien románticos. Lo maravilloso y mágico de Donizetti es que lo hizo muchos años antes de esta sitcom norteamericana".

Para Carlos Traverso, director del Coro UdeC, el llevar a escena este montaje es una especie de sueño cumplido, ya que "hace tiempo que se quería realizar y este año se dieron todas las condiciones para poder concretarlo. Es una ópera sumamente atractiva, primero porque es una comedia, y segundo, es una comedia sumamente interesante en cuanto a su argumento. En términos simples, es una ópera de amor y un charlatán, muy entretenida y divertida, no solamente para esbozar una sonrisa".

Teniendo presente este tono más humorístico, sumado a instantes de seriedad, el diseño escenográfico se hace cargo de ambos mundos, es decir, "se trata de resaltar ambas cosas, el aspecto más melancólico y risible. Con una escenografía muy limpia, más que nada con elementos de proyección, recae en el trabajo de la actuación de los cantantes el hacer el perfil de cada situación", manifestó Cuadra.

El amor en conflicto

Ubicada en un pequeño pueblo de una época indeterminada "El elixir de amor" cuenta la historia de Nemorino, un simple y cándido aldeano que está enamorado de la bella Adina, una joven instruida, de buen corazón y que a su vez es pretendida por Belcore, un soldado fanfarrón. La monotonía del pueblo es interrumpida por la llegada del doctor Dulcamara, un charlatán que trae un elixir con el que jura curar todos los males posibles. Nemorino ve la oportunidad y le pregunta si además posee algún elixir para el amor.

El pillo doctor lo engaña y le vende una botella de licor, pero para poder pagarlo, Nemorino se enrola en el ejército de Belcore. Borracho a punta de lo que cree el efecto del elixir, la situación se complica aún más cuando Adina accede públicamente a la petición matrimonial de Belcore, mientras, las aldeanas se han enterado de que un tío de Nemorino ha fallecido y le ha dejado una formidable fortuna, por lo que todas corren detrás de él.

Los roles de esta ópera serán interpretados por los cantantes nacionales Andrea Aguilar (Adina), Sergio Járlaz (Nemorino), Sergio Gallardo (Dulcamara), Ramiro Maturana (Belcore) y Annya Pinto (Gianetta).

Precisamente ésta última cantante dijo sobre el montaje que "mi rol es el más pequeño, representa a una mujer del pueblo, que vendría siendo la sirviente de Adina. Es una ópera con una historia bastante liviana, muy ‘pegajosa’ para el público, que es fácil de comprender y muy grata de escuchar, de mucho disfrute", apuntó Pinto.

Fuera de Traverso, Cuadra y Cabrera, el equipo de montaje y producción de esta ópera lo completa Germán Droghetti en el diseño de escenografía y vestuario.

"El elixir de amor" se estrenó en 1832 y fue un éxito instantáneo para Donizetti, siendo hoy, una de las más populares en todo el mundo. El libreto fue tomado de una ópera cómica del francés Daniel Auber y adaptado por Felice Romani, quien le dio un mayor dramatismo y le agregó escenas nuevas.