Cultura y Espectáculos

El valioso registro fotográfico de un emblemático ícono extinto

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Por: Diario Concepción 22 de Julio 2016
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La muestra del destacado artista y fotógrafo local rescata visualmente lo que fue y es en la actualidad el recordado Hotel Ritz, que luego del terremoto del 2010 fue vendido por sus dueños a una multitienda.

 

Mauricio Maldonado Quilodrán
mauricio.maldonado@diarioconcepcion.cl

Dentro del cotidiano transitar y deambular por las calles y avenidas penquistas, el artista visual y fotógrafo Oscar Concha se ha vinculado con ciertas problemáticas que se cruzan entre lo urbano y patrimonial.

No hay duda que en esto último, los distintos terremotos que ha sufrido la zona -especialmente el 27/F del 2010- han moldeado la ciudad de distinta manera. Lo mismo ha ocurrido con el accionar del hombre, destruyendo y borrando íconos arquitectónicos claves de la capital regional. 

Tal es el caso del Hotel Ritz, el cual sucumbió ante los intereses de privados, proceso que quedó registrado por el lente de Concha, dando forma a "Hotel v/s Retail 1931-2015", muestra que por estos días se apoderó de la galería de arte de Balmaceda Arte Joven (Colo Colo 1855).

"El Hotel Ritz tiene una historia potente. Cuando se inauguró en 1931, se convirtió en un edificio emblemático de todo el sur del país, fue el primero en altura que se construyó en Concepción. Si bien de aspecto sobrio, era parte del patrimonio visual arquitectónico de la ciudad, aunque pertenecía a privados", comentó el fotógrafo.

Esto en razón de que el año pasado, la multitienda Hites reacondicionó aquella emblemática esquina de Barros Arana con Aníbal Pinto -lugar donde estaba emplazado el Ritz- quedando una estructura uniforme y uniéndose a la misma línea del comercio predominante en el centro penquista. 

"Esta multitienda realizó una especie de operación de desmantelamiento de este icónico edificio, que es algo que no es primera vez que hace en la ciudad, ya que una situación similar vivió el Palacio Castellón (Castellón con Barros Arana). Dejaron sólo la estructura de base, armando todo rápido, sin ningún sentido de hacerse cargo de lo que había antes", señaló el artista visual.

Su antes y el ahora

Más allá de haber sido una pieza emblemática del patrimonio estructural de la ciudad, la unión de Concha con este edificio y el realizar un proyecto enfocado íntegramente en él va por el lado personal y de alguna manera sentimental.

"Cuando regresé de México, entre el 2005 y 2006, realicé diversos talleres en el tercer piso, el cual era un territorio fértil para los artistas locales. Uno de los dueños les arrendaba aquel espacio a diversos creadores, principalmente a pintores, para que desarrollaran sus respectivos trabajos, acabando todo finalmente el 2010. Aunque en particular el Ritz no sufrió mayores daños estructurales, más que algunas fisuras y grietas, fue la excusa perfecta para sellar su destino por parte de los dueños, cerrándonos definitivamente las puertas", detalló el fotógrafo.

En esas idas y venidas finales, el artista logró rescatar uno de los peldaños de mármol -el cual estaba suelto-, incorporándolo como una de las piezas centrales de la muestra. Es más, y a modo simbólico, Concha mandó a tallar las fechas de apertura del Ritz y de su cierre. 

"Cuando ya sabía de esta exposición, realicé una acción en este pedazo de escalón, mandando a tallar a la marmolería Coronado el año de su inauguración y el año en que se abrió la tienda. Es como una especie de lápida", explicó el artista visual.

En otra de las paredes de "Hotel v/s Retail 1931-2015", se puede observar una serie de imágenes que retratan los últimos años del edificio, en contraste con su actual quehacer comercial. 

"Son imágenes que detallan su antigua fachada, las cuales volví a repetir con su actual aspecto, tomas similares del antes y el después", acotó Concha.

También, y en la pared principal de la galería de Balmaceda, se puede apreciar una imponente imagen del Ritz hecha con carboncillo, la cual se basa en un anuncio publicitario publicado en 1935 por la revista Guía del Veraneante. "Es una ampliación que realicé hecha a base de carboncillo y que ilustra su mejor momento", dijo el también integrante del proyecto Móvil.

Sobre el exponer en este espacio y su relación con Balmaceda, el fotógrafo apuntó que "me han invitado para realizar un par de talleres y cuando se inauguró esta sala, yo y otros artistas -que integrábamos el colectivo Mesa8- nos consultaron para realizar su curatoría, enfocados en lo que significa exponer aquí y el lugar donde está inserto". 

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