Cultura y Espectáculos

Un corto espléndido, una gran secuela y una actitud displicente

Lo último de Disney/Pixar, Buscando a Dory, es una secuela mejor que Buscando a Nemo, es precedida por un encantador cortometraje llamado Piper, y su presencia en la cartelera local está marcada por una pésima actitud de los cines.

Por: Diario Concepción 03 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4930.jpg

Lo último de Disney/Pixar, Buscando a Dory, es una secuela mejor que Buscando a Nemo, es precedida por un encantador cortometraje llamado Piper, y su presencia en la cartelera local está marcada por una pésima actitud de los cines.
 

 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

El corto espléndido: Piper

El corto que precede al nuevo largometraje de Disney·Pixar, cuenta en 6 minutos la historia de un pequeño andarríos (o como lo llamo yo, un <>) y su intento de superar su miedo al agua. Es una historia de superación personal, lazos familiares y su aprendizaje concomitante. El corto puede ser muy sencillo, pero es tan tierno y perspicaz de las conductas de los niños, que no necesita nada más para ganarse a los espectadores. Bellamente animada, ésta es otra espléndida adición al canon de cortos de Pixar. (Disney debería aprender y añadir cortos a sus largometrajes también.)

La gran secuela: Buscando a Dory

Nadie necesitaba Monsters University (2013). Aunque no se puede decir que era mala, tampoco era algo excepcional, y era tan innecesaria que, de algún modo, perjudica el legado de Monsters, Inc. (2001). Es por esto que cuando muchos supimos que iban a hacer la secuela de Buscando a Nemo (2003), a muchos se nos puso el pelo de puntas y nos salió humo de las narices: ¿por qué Disney·Pixar querrían hacerle a Nemo lo que le hicieron a los monstruos? Pero aquí llegó Buscando a Dory (2016), y debo decir que superó a su antecesora.

Supongo que la superior calidad de Dory se debe a que fue realizada por el mismo equipo de cineastas. Andrew Stanton volvió en la dirección y el guión, y sabía cómo justificar una segunda parte: Dory, quien padece de <> (como dice varias veces) desde que era un pececito azul, de pronto recuerda que tuvo padres y que, debido a su condición mental, los olvidó y se alejó de su hogar. Ahora intentará reencontrarse con ellos en el acuario público en el que, cree, solían vivir.

Está construida, obviamente, sobre los elementos del primer filme, y tal vez por eso esta secuela no posea las mismas sorpresas que la anterior. Sin embargo, logra desvelar algo que no era tan aparente en 2003: el mejor personaje en Nemo era Dory, y, finalmente, le regalaron la película que siempre mereció. Su personalidad es más divertida, y sus características le permiten a los realizadores crear una animación más sustancial. Parte del éxito de Buscando a Dory es que hace 4 cosas muy bien:

1) Reitera las ideas ecologistas de Nemo, a la vez que nos presenta ironías un poco más oscuras, y detalles que pueden pasar inadvertidos en medio de toda la diversión. La mar luce verde a veces, quizá por la contaminación, y vemos mucha basura depositada por aquí y por allá, en forma de barcos y otras cosas pequeñas. Es en esas zonas del mar donde viven los personajes.

2) El filme nos advierte de los peligros que supone para los peces vivir en cautiverio. Por ejemplo, una de las escenas más cómicas consiste en que Dory y Hank, un pulpo cascarrabias que la asiste en su búsqueda en el acuario, deben esconderse de las manos de muchos niños, que las sumergen en un gran recipiente para atrapar y apretar peces. La escena es desternillante y, a través del humor, nos ilustra el nivel de estrés al que se ven sometidos los animales marinos por el contacto directo con personas (en este caso, niños) que no cuentan con la madurez suficiente para cuidar de su entorno natural. ¿Dónde están los adultos responsables aquí, y qué les enseñan a sus hijos? ¿Qué les enseñaron a ellos?

3) En su centro, Buscando a Dory comporta un llamado a la aceptación de la diversidad. Hace meses se rumoraba de una pareja de lesbianas en el trailer. Según lo que vi en el cine, supongo que los rumores estaban en lo cierto. Pero si así fuera, la representación de la pareja es prudente, y su brevedad ayuda. Si lo vimos tan rápido, no importa nada. ¿Y si lo hubiésemos visto más desarrollado? Eh, tampoco. ¿Es ésta la nueva dirección que tomarán las películas animadas bajo el alero de Disney?

4) Por último, aquí hay una delicada analogía entre cómo los peces enfrentan las patologías mentales en sus pares, y cómo lo hace nuestra sociedad. En el océano, Dory no consigue adaptarse a los demás por su memoria frágil. Los peces tienden a alejarse de ella, pues nadie quiere detenerse un minuto a hacer el esfuerzo de ayudarla, excepto Marlin y Nemo, y hasta a ellos les cuesta. El filme es sabio en mostrar que es difícil y, al mismo tiempo, hermoso cuidar y amar a alguien a pesar de los problemas que puedan acarrear. Todos son felices bajo el mar.

Jamás me esperé que Buscando a Dory fuera tan profunda y sutil como lo es. Es un emplazamiento a respetar y querer a quienes tenemos alrededor, y el planeta que habitamos. Pienso que es una película animada importante, y el mejor entretenimiento familiar en lo que va del año.

La actitud displicente

Recuerdo que en 2012 vi Frankenweenie en el cine, y estaba subtitulada. El año pasado, cuando se estrenó la mejor película de Disney·Pixar, Intensa-mente, también la vi en inglés, aunque esta vez era una función de un día, en la noche. Y ahora que Buscando a Dory llega, entiendo que sólo la tuvieron en Concepción por un día y después de las 10PM. ¿Qué es eso? Si traen películas animadas en inglés, deberían dejarlas por más de un día, o sea, por una semana a lo menos, y con funciones tempranas. En su lugar, las exhiben pasadas las diez, así como para que nadie las vea. Sr. Cineplanet, Sr. Cinemark, hay un público para las versiones subtituladas y lo desaprovechan. No hay problema en verlas dobladas, pero ni siquiera nos dan la opción.

Bueno, tendré que conformarme con que podré escuchar las magníficas interpretaciones vocales de Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Ed O’Neill y, sobre todo, de Diane Keaton y Sigourney Weaver (así es, Annie Hall y Ellen Ripley), en el Blu-ray. Sr. Cineplanet, Sr. Cinemark, esta no es manera de hacer negocios.

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