
A raíz del lamentable accidente de la lancha a motor Bruma, ocurrido en las cercanías de la Isla Santa María, comuna de Coronel, pescadores artesanales del Biobío plantearon la necesidad de fortalecer con urgencia las normativas y fiscalizaciones que regulan la actividad pesquera en nuestro país.
Cristian Arancibia, presidente del Directorio de Ferepa Biobío, expresó que es clave hacer hasta lo imposible, “para que no volvamos a vivir una nueva tragedia, con las características que se dio en la Bruma que, si bien existe un marco legal que contempla una ley de navegación que recoge normas internacionales al respecto, límites de captura, vedas y zonas de exclusión para proteger los recursos marinos, su efectividad depende de una fiscalización rigurosa y que en este caso no se dio”.
“Para nosotros, como Federación que reúne a sindicatos del sector pesquero artesanal del Biobío, lo hemos dicho muchas veces. Es fundamental dotar a los organismos responsables de recursos humanos profesionales y de elementos tecnológicos de última generación, como sistemas de monitoreo satelital no solo para acciones de control en puntos de pesca y de desembarques, sino que también para poder comunicar oportunamente eventuales emergencias marítimas. Se precisa garantizar la diligencia e inmediatez, para que nunca más tengamos una tragedia como la vivida”, dijo.
Arancibia abordó la importancia de establecer zonas, horarios y condiciones claras para operar, especialmente en períodos de alto trafico pesquero y de contar con protocolos de emergencia activos y conocidos por todos los actores del sector que privilegie la seguridad de las embarcaciones menores que muchas veces se ven expuestos a accidentes como el ocurrido con la LM Bruma, que ponen en riesgo la vida de personas y que sólo quedan como naufragios de nuestras embarcaciones sin una certeza de el qué ocasionó dicho accidente .
Agregó que “este incidente subraya también la urgencia de fomentar una cultura de responsabilidad compartida, con participación activa de pescadores, autoridades y comunidades costeras, y con apoyo en la investigación científica para una gestión pesquera basada en evidencia.
“Prevenir hechos como el de Bruma requiere acción concreta y coordinada. Reforzar las normas, fiscalizar con firmeza y educar en torno a una pesca sostenible es clave para proteger vidas humanas y asegurar el futuro de los recursos y de nuestros océanos. Por último, confiamos en que el tema sea incorporado a la Ley de Pesca en discusión en el Parlamento ya que los hechos que estamos viviendo, lo ameritan fervientemente”, concluyó.