
Nuevo episodio de agresión volvió a abrir el debate. Desde el municipio se generaron una serie de medidas, entre las que se encuentran el no traspasar los 85 decibeles.
Por Matías Molina Pérez
La reciente agresión sufrida por una mujer en la Plaza de la Independencia de Concepción, luego de solicitar a un predicador que bajara el volumen de su parlante, reactivó el debate sobre el uso del espacio público, los límites de la libertad de expresión y el cumplimiento de la normativa municipal sobre ruidos molestos.
Según testigos del hecho, la mujer fue increpada y agredida verbal y físicamente por un grupo de 20 personas luego de manifestar su molestia por el excesivo volumen de la amplificación. Desde entonces, las críticas se han centrado en la necesidad de fiscalizar efectivamente el uso de parlantes en la plaza, espacio que se ha vuelto foco de conflictos en los últimos años.
El episodio no es aislado. En febrero pasado, un predicador fue ampliamente criticado por emitir mensajes misóginos desde la misma plaza, culpando a mujeres y niñas por ser víctimas de violencia. “Después de ese escándalo, no volvimos a ver predicadores con parlantes tan fuertes ni discusiones en la plaza… hasta lo que sucedió ahora”, señala Noelia Ortega, quien trabaja frente al citado espacio del centro de la ciudad.
Su percepción es compartida por Fernanda Arellano, quien agrega que, luego de lo ocurrido a inicios de marzo es la primera vez que se repite algo parecido, en el sentido que se generó un episodio de violencia a partir del uso de parlantes por parte de personas que predican. “Todo había estado más tranquilo”, aseguró.
Desde el mundo evangélico también hubo reacciones tras el incidente. Juan Marcos Godoy, presidente de la Coordinadora Evangélica Regional del Biobío, declaró que “rechazamos todo tipo de violencia, proceda de donde proceda, sea una violencia estatal, una violencia religiosa, totalmente la rechazamos, no representa el evangelio de Jesús”.
Desde la Municipalidad de Concepción confirmaron la existencia de una ordenanza vigente —promulgada el 27 de febrero— que regula el uso de parlantes y establece un máximo de 85 decibeles. “Esta regulación está en marcha blanca hasta el 29 de abril. A partir de esa fecha se podrán cursar infracciones”, explicaron.
La normativa busca ordenar el uso del espacio público, especialmente en puntos como la Plaza Independencia, promoviendo la convivencia entre expresiones religiosas, artísticas y culturales, sin afectar la tranquilidad de vecinos y transeúntes. “Buscamos dejar la plaza libre de ruido para el descanso de la ciudadanía, dejando otros espacios para este tipo de actividades”, afirmaron desde el municipio, agregando que las multas serán determinadas por el Juzgado de Policía Local.
Sobre las denuncias ciudadanas, aclararon que si bien no han recibido una gran cantidad de reclamos formales, sí han registrado llamados al número de emergencias *4110 y publicaciones en redes sociales. “Esas situaciones han sido abordadas y ordenadas para su fiscalización”, agregaron.
La concejala Claudia Arriagada, quien ha liderado la discusión sobre este tema en el Concejo Municipal, calificó el hecho como “gravísimo” y anunció que solicitará a la casa edilicia evaluar una querella contra el responsable de la agresión. “Lo que hemos visto es una escalada. Ya no son solo discursos violentos, sino agresiones directas. Aquí hay que poner límites”, expresó.
Arriagada recalcó que no se trata de atacar la fe o la libertad religiosa, sino de ordenar el uso del espacio público. Además, insistió en la necesidad de intensificar la fiscalización. “Hoy día existe prohibición sobre el uso de parlantes en la plaza y algunos lugares céntricos, pero lo que falta es hacerla cumplir. Sin fiscalización, la norma no sirve”.
Por otra parte, Juan Marcos Godoy expresó preocupación por las propuestas que buscan restringir el uso de parlantes. “No se puede prohibir por el hecho de ser pastor evangélico el uso de equipos de amplificación. Eso atenta contra la libertad de conciencia y contra la libertad de expresión, tal como establece la Constitución”, señaló.
No obstante, hizo un llamado a su comunidad: “Invitamos a los hermanos evangélicos a usar el equipo de amplificación con criterio, con moderación, con respeto al que está cerca de nosotros. A vivir en paz y ser agentes de la paz”.
Desde el municipio indicaron que no se busca prohibir las expresiones religiosas o culturales. “Sí queremos regularlas. Necesitamos que quienes deseen realizar prédicas o actividades religiosas se contacten con la Oficina de Asuntos Religiosos. Queremos evitar que se realicen varias actividades en simultáneo que generen un ruido exacerbado”, precisaron.