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Especialistas evalúan el impacto estructural de las piscinas en altura

Abierto el debate tras los videos del terremoto en el sudeste asiático, especialistas destacaron los efectos de amortiguación, pero advierten riesgos por filtraciones y sobrecarga.

Por: Diario Concepción 30 de Marzo 2025
Fotografía: /CC.

Por Hugo Ramos Lagos

Tras las imágenes del terremoto en Birmania, donde se observaron piletas en altura desbordándose, se avivó el debate sobre su seguridad en los proyectos inmobiliarios locales. En el Gran Concepción, diversos edificios cuentan con piscinas en sus niveles superiores, contexto que llevó a expertos a analizar tanto sus beneficios, como disipadores sísmicos, como los riesgos asociados a filtraciones y sobrecarga estructural.

En resumidas cuentas, aunque el contrapeso dinámico del líquido puede aportar beneficios estructurales, su incorporación no está exenta de desafíos. Además, la diferencia entre piscinas y estanques de almacenamiento fue una exclusión clave en el análisis.

Claves de construcción civil

Para el ingeniero civil y académico de la UdeC, Dr. Gonzalo Montalva, “hay que diferenciar los estanques y las piscinas, ya que algunas estructuras antiguas poseen los primeros para almacenar agua en tiempos de baja disponibilidad”. Estos generalmente se montan sobre columnas de hormigón o albañilería, las cuales, durante un terremoto, han fallado, causando daño a la estructura”.

Al revés, recordando el terremoto en Myanmar, Montalva señaló que “las piscinas propiamente tal tienen un efecto, en la mayoría de los casos, positivo para enfrentar los terremotos, porque actúan como un disipador de masa sintonizada. De hecho, hay colegas que han trabajado en diseñar sistemas de aislación basados en agua en la parte superior de los edificios”.

“Por ejemplo, en edificios muy altos —aun en zonas no sísmicas— mantienen sistemas de masas móviles, que a través de un mecanismo hidráulico se mueven de un lado hacia otro, compensando así cualquier movimiento. Por ejemplo, en el edificio de la Cámara Chilena de la Construcción en Santiago, tienen un sistema parecido, donde una masa grande cuelga de cadenas, y que actúa por inercia en sentido contrario”, detalló.

Sin embargo, al respecto de otros riesgos, Montalva enfatizó el peligro que representan las filtraciones de agua, las cuales tienen el potencial de causar una corrosión acelerada de la armadura estructural o del hierro, especialmente en ciudades cercanas a la costa, como Concepción, generando que, ante un terremoto, las edificaciones se encuentren débiles.

Por el contrario, para el ingeniero, el hecho de que caiga agua por fuera de un edificio no representa un problema per se para la seguridad sísmica. “Ahora, si el agua lleva objetos pesados, como un macetero ornamental, por supuesto sería gravísimo, ya que puede matar a una persona”, precisó.
Finalizando, explicó que las claves de seguridad tienen que ver con el mantenimiento adecuado de la piscina, de manera que no haya filtración.

Igualmente, aseveró que cualquier almacenamiento de agua debe ser solidario con la estructura, y ojalá ubicado en el último piso de la estructura principal.

Visión arquitectónica

En palabras del presidente de la Delegación Zonal Concepción del Colegio de Arquitectos de Chile, Orleans Romero, las piscinas “son elementos que representan toneladas de peso en agua, y cuando esta se mantiene arriba en los pisos superiores de un edificio, genera una importante carga para la estructura”.

A su vez, Romero declaró que “si bien se pueden construir piscinas donde uno quiera dentro de un edificio, debe haber un trabajo de ingeniería que asegure que la estructura soporte la carga de agua que representa”.

Por otro lado, el arquitecto comentó que, ante algún terremoto, toda la masa de agua tiende a oscilar, situación que va generando una carga dinámica dentro de la estructura.

En relación con lo anterior, el profesional recordó que para el 27F “colapsaron algunas piscinas en pisos superiores. Hubo algunas que cerraron luego del terremoto para evitar futuros problemas. Debido a que se dieron filtraciones”.

Sin embargo, Romero aclaró que sí existen medidas de seguridad y normas específicas de diseño para construir y mantener piscinas en un último piso. Según él, la correcta ejecución depende casi exclusivamente de los cálculos, los cuales determinan los aspectos relevantes por solicitud de cada profesional.

De igual manera, recalcó que el diseño arquitectónico depende del uso que se quiere hacer para cada piscina. “Si se quiere hacer más baja, más alta o más ancha, esos son aspectos estéticos”.

A pesar de todo eso, el representante zonal aseveró que, si bien se diseña para que no ocurran eventos, en el caso de ocurrir alguna situación, miles de litros se podrían drenar a través de cualquier curso de agua. Lo que —por motivos físicos— significa peligro para los pisos inferiores.

“No hay ningún tamaño seguro. Tampoco hay un diseño seguro, pues es relativo a la forma del edificio y varía según la altura”, concluyó.

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