Los nuevos dispositivos están contemplados para el espacio entre Serrano y Tucapel, así como desde Víctor Lamas hasta Carrera. Esto como un plan de renovación de mobiliario urbano.
Por Lucía Vásquez Roa
El municipio de Concepción ha realizado una inversión de, aproximadamente, $600 millones en proyectos destinados a la renovación de mobiliario urbano. Esta iniciativa incluye la instalación de nuevos basureros entre Serrano y Tucapel, así como desde Víctor Lamas hasta Carrera. Los nuevos modelos, seleccionados por su resistencia al vandalismo y su diseño accesible, buscan facilitar el uso por parte de todos los ciudadanos, incluyendo a los más pequeños.
El alcalde, Héctor Muñoz, ha enfatizado la importancia de aumentar la cantidad y mejorar la gestión de los puntos limpios en la ciudad. Para ello, se han llevado a cabo campañas informativas que promueven el uso adecuado de los basureros, resaltando la necesidad de mantener la limpieza en los espacios públicos. Estas acciones se complementan con un programa innovador de reciclaje a domicilio, que comenzó en el sector de Barrio Norte y se expandirá a otras áreas.
La jefa de carrera de Arquitectura de la UCSC, y magister en urbanismo, Daniela Villouta, destaca que aunque la instalación de estos dispositivos es un avance positivo, es fundamental mejorar su distribución y diseño. Propone que estos elementos deben adaptarse a las características del espacio público y a las necesidades de los usuarios, asegurando que estén disponibles en áreas de alta afluencia.
Villouta sugiere que un sistema ideal debe incluir basureros diferenciados según el tipo de residuos, así como diseños inclusivos que consideren a personas con discapacidad. La ubicación estratégica y la capacidad adecuada son esenciales para garantizar que los basureros cumplan con su función en eventos masivos y en lugares con alta concentración de personas.
La arquitecta comentó sobre la implementación de modelos internacionales como los de Dinamarca y Noruega los cuales podrían servir como referencia para Concepción. Estos países han desarrollado sistemas avanzados que combinan tecnología, incentivos económicos y educación ambiental para fomentar el reciclaje. “En Dinamarca, por ejemplo, un sistema fiscal favorece a quienes reciclan adecuadamente, mientras que Noruega utiliza tarjetas electrónicas para registrar acciones de reciclaje”, explicó.
En relación con la accesibilidad y visibilidad de los basureros actuales, el arquitecto Jorge Sáez opina que “son elementos pararquitectónicos que merecen mayor visibilidad”. Destaca que no se debe esconder la basura doméstica; más bien, se debe concebir una estrategia a escala ciudadana para generar un diseño inclusivo que permita un mantenimiento eficiente.
Sobre la educación ambiental en Concepción, Sáez señala que “hay cierta conciencia social al respecto”, pero considera que falta una política más colectiva que incentive a separar residuos y reduzca lo que se convierte rápidamente en basura.
En cuanto a infraestructuras útiles para mejorar la gestión de residuos, propone crear una red de puntos de reciclaje con diseños que inviten a la separación adecuada. También sugiere ubicar centros estratégicos cerca de barrios residenciales y en puntos del centro donde no entorpezcan el flujo peatonal.
Respecto al papel del gobierno local en colaboración con empresas y comunidades para mejorar la gestión de residuos, Sáez menciona la importancia de reconocer los tipos de residuos más generados y ajustar el sistema de recolección en áreas transitadas. Finalmente, sobre cómo mejorar el diseño de los basureros para hacerlos más atractivos y funcionales, propone utilizar materiales reciclados con un diseño didáctico que facilite el almacenamiento y separación. Para hacerlos más sostenibles, sugiere emplear plásticos reciclados o acero inoxidable resistente.