Se inició llamado a licitación de obras de conservación del viaducto en las que se invertirán 6 mil 650 millones de pesos. Las faenas tendrán un plazo de 600 días corridos.
Baches y grietas en la calzada, ondulación de pavimento producto de asentamientos diferenciados de las cepas, obstrucción con material particulado en las juntas de dilatación, deformación de barreras peatonales producto de impactos vehiculares, fisuras y grietas en columnas son parte de las fallas que, según el informe del departamento de Puentes y el subdepartamento de Conservación del Ministerio de Obras Públicas, actualmente presenta el puente Juan Pablo Segundo.
Y es que el viaducto, que une Concepción con San Pedro de la Paz, que tiene una extensión de 2 mil 310 metros lineales y 50 años de funcionamiento, no sólo ha sufrido con el paso del tiempo, sino también los embates de la naturaleza como fue el terremoto de 2010 que lo dejó gravemente dañado, por lo que requirió reparaciones por 5 mil millones de pesos, pero que sólo le permitieron quedar habilitado para 10 toneladas y no 45 como lo era antes del sismo.
Luego, en 2017, según recordó el seremi de Obras Públicas, Hugo Cautivo, para prolongar su vida útil se realizaron intervenciones a las cepas del viaducto que implicaron un gasto de mil 700 millones de pesos.
Ahora el Ministerio de Obras Públicas busca dar un nuevo aliento a la infraestructura, el organismo subió el 31 de diciembre al portal Mercado Público la nueva licitación de Conservación del Puente Juan Pablo Segundo, obra que tiene un monto estimado de 6 mil 605 millones de pesos, así lo confirmó el jefe local de la cartera.
El proceso, según detalla el llamado a licitación, busca abordar los deterioros de la estructura, mantener las condiciones de tránsito y conectividad, complementar la seguridad vial del puente y evitar la evolución de los deterioros de la estructura.
“Las conservaciones que se realizarán corresponden básicamente a temas relacionados con mantención de pavimento, que hoy presentan mayor deterioro, con una mantención de las placas de los circuitos peatonales que hay en el puente. Solucionar el deterioro del tiempo, está pronto a cumplir 50 años, pero también el generado por la intervención de personas que han tratado de hacer robo de cable en el sector de veredas peatonales del puente. Eso hay que reemplazarlo porque es un peligro para los peatones. También las barandas del puente, por su antigua data (…) Todo para tener una prolongación de la vida útil del puente Juan Pablo Segundo, el más largo de Chile”.
Cautivo recalcó que una consultoría de ingeniería, contratada el año pasado, determinó que el puente tiene una vida útil de 10 años, y que lo que hace la conservación, que está en proceso de licitación, es asegurar que el viaducto cuente con las condiciones de seguridad adecuadas.
“También se realizó una revisión de infraestructura más estructural de lo que hoy son las condiciones del puente y arrojaron que el puente estaba bien, a nivel estructural, pero que se requieren (arreglos) porque por el puente no solamente transitan vehículos que tienen algunos problemas, obviamente, por las condiciones del pavimento, sino también peatones”.
La licitación incluye la instalación de pórticos de televigilancia con los que, según explicó Cautivo, se podrá tener un mayor control del tráfico en el puente.
Actualmente, detalló, en el puente Juan Pablo Segundo rige una resolución del Ministerio de Transporte que limita el tonelaje del transporte de carga que puede transitar por él, a un máximo de 10 toneladas.
“Vamos a instalar un pórtico con cámaras que permitan monitorear el flujo vehicular del puente, que tenga las capacidades técnicas de lectura de patentes (…) que sirva de insumo para detectar las vulneraciones de las normas de tránsito que puedan ocurrir, que sean permitidas a los juzgados de policía local respectivos. Para que haya un control mucho más estricto de los flujos que, si bien, hoy están con restricción (70 kilómetros por hora) vemos día a día que igual hay personas que, pese a que tienen conocimiento de esto, lo siguen vulnerando”.
La licitación, que no requiere Toma de Razón de Contraloría, tiene como fecha de apertura de ofertas económicas el 27 de marzo y de adjudicación el 31 de julio.
Luis Quiroz, presidente de la Alianza Gremial del Transporte de la Región del Biobío, afirmó que cualquier proyecto que mejore la infraestructura vial es un aporte para la Región. “Más allá de que existan más puentes, el Juan Pablo Segundo es la arteria principal de conexión entre San Pedro de la Paz y Concepción. Por lo tanto, la conservación es una alternativa positiva de seguridad vial, ya que el puente ha sufrido muchos embates telúricos a través del tiempo y presenta daños”.
Aseveró que la millonaria licitación de conservación del puente es una obra esperada, de acuerdo con lo que han sostenido con los diversos gobiernos regionales. “Considerando el creciente parque automotriz es indispensable (la licitación) para la seguridad de todo medio de transporte y también para aportar en rapidez, que hoy está reducida por las ondulaciones que tiene la carpeta”. Quiroz agregó que, además, se debe pensar en crear otras infraestructuras para evitar los continuos tacos en San Pedro de la Paz y en la Ruta 160, lo que contribuiría a los desplazamientos hacia Coronel, Lota y Arauco.
El seremi de Obras Públicas, Hugo Cautivo, aseveró que, si bien la conservación del puente extenderá la vida útil de a infraestructura, como ministerio entienden que la capacidad de tonelaje y velocidad son limitantes, que afectan no sólo desde el punto de vista de la conectividad, sino también productivo, pues no permiten el paso de camiones de carga sobre las 10 toneladas.
Por ello, según dijo, la situación requiere un análisis diagnóstico que permita tomar decisiones más a fondo y, “en esta materia como Ministerio de Obras Públicas creemos que hay que analizar ya la medida de sustitución, de la reposición, del puente Juan Pablo II”.
La construcción de un nuevo puente, según dijo, está en análisis de la Dirección nacional y regional de Vialidad, “que sean parte de las tareas o de metas que tenemos para el 2025 en términos de toma de decisiones”.
Cabe destacar que la construcción del puente Juan Pablo Segundo, realizada por la compañía inglesa E.W.H. Gifford & Partners, inició en 1968 y culminó en 1974, mismo año en que comenzó a ser usado por la ciudadanía, inicialmente no tuvo un nombre como tal y sólo se le conocía como Puente Nuevo. Sin embargo, tras la visita del Papa Juan Pablo Segundo en abril de 1987 recibió su nombre en su honor.