Por Eduardo Bascuñán

El comienzo del verano trae consigo una triada peligrosa. Calor, viento y baja humedad relativa en los territorios son el trío de variables que propician la concurrencia de incendios forestales. Según información de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) son cerca de 1.113 hectáreas quemadas en Biobío, en el comienzo de la temporada.

Además, un punto crítico de la temporada estival en el Biobío es la presunción de intencionalidad de siniestros registrados en Penco; donde en menos de 12 horas, se registraron ocho focos simultáneos. Todo esto, en un contexto de discusión parlamentaria de proyectos de ley que buscan endurecer las penas para quienes provoquen incendios y otra moción, que plantea la creación de instrumentos para prevenir y responder adecuadamente en estos casos.

De esto y un poco más, se refirió Esteban Krause, director regional de Conaf Biobío, en entrevista con Diario Concepción.

– ¿Cómo frenar la intencionalidad de los incendios en el Biobío?

– Desde hace un tiempo atrás un trabajo con una buena coordinación con las empresas forestales en el tema de trabajar en una metodología que permita ir incorporando a las comunidades en el tema de la responsabilidad que se tiene respecto al tema de los incendios forestales, ya sea tomando algunas medidas preventivas o también en el tema de la fiscalización y también de la posibilidad de que puedan ellos denunciar situaciones que generen algún temor, alguna situación de riesgo.

– ¿Cómo identificar esta intencionalidad?

– Generalmente se va repitiendo en algunas localidades con más frecuencia que otros. Hay ciertas características al inicio del incendio que pueden, de alguna u otra manera, dar una señal de que son intencionales. Uno, en la repetición permanente de estos incendios en ciertos territorios, en ciertas localidades. Lo segundo, es que, en algunos de los sitios, como Hualqui, Penco y Los Álamos, hubo muchos focos simultáneamente en la misma área.

Por eso, tanto las empresas forestales, como Conaf y también la Policía de Investigaciones y de Carabineros, han establecido brigadas investigadoras de incendios forestales. Es decir, unidades que nos permiten conocer las causas del incendio. Y eso posibilita también que podamos no solamente tener reacciones legales en situaciones en las que efectivamente existen los antecedentes, las pruebas, para que se puedan llevar a tribunales una situación como esta. Sino que también nos permite generar planes de prevención de acuerdo con la realidad de las zonas.

– Hasta la fecha son un poco más de mil hectáreas quemadas esta temporada estival, la cual, hace unos meses atrás ya se pronosticaba como compleja. ¿Cuál es su balance de la situación?

– La región del Biobío es la segunda región, después de la Metropolitana, en número de incendios, de acuerdo a la estadística en general. Pero nosotros, a nivel de la temporada actual, tenemos, según nuestras estadísticas, una ocurrencia de 365 incendios, en total, en esta temporada, con una superficie de 1.013.79 hectáreas.

Es decir, tenemos 13% menos de incendios, lo que a esta altura es un buen indicador, pero queda mucho por recorrer de la temporada. Y a nosotros nos preocupa la ocurrencia. La ocurrencia porque cada uno de los incendios se puede transformar en un gran incendio, en una tragedia, como ya tenemos algunas historias.

Desde el punto de vista de la ocurrencia, la región del Biobío ha tenido, y en cuanto a superficie también, tenemos números más bajos que las otras regiones del país, y más bajos que el año pasado. En la misma altura, teníamos 420 incendios. Y a nivel regional, somos una de las regiones que ha bajado la ocurrencia. Pero somos también, seguimos siendo, después de la región Metropolitana, la región que tiene más incendios hasta hoy día.

Es importante trabajar aún más en el tema de la prevención. Creo que el Gobierno Regional ya se ha involucrado desde hace un tiempo y queremos que el Gobierno Regional siga involucrándose en el tema de la prevención. Con recursos, por ejemplo.

– Respecto de esa misma línea, ¿cómo califica el trabajo con los alcaldes y alcaldesas recién llegadas?

– En la mayoría de los casos yo diría que los alcaldes están muy sensibles al tema. Tenemos que aprovechar esas ganas que tienen en poder hacer buenas coordinaciones, trabajar en conjunto. Y tenemos algunas debilidades en algunos de los territorios, que es principalmente personal y recursos. Muchas veces la encargada de emergencia hace otras labores al interior del municipio, lo que genera también cierta postergación. Pero el esfuerzo está.

– Y usted, director, acaba de reincorporarse a Conaf encima de una época compleja, debido a la ocurrencia de los siniestros. ¿Qué ha sido lo que le ha generado un mayor número de complejidades?

– Yo soy, diría, nacido y criado en la función pública en Conaf, entonces vuelvo a una institución que conozco, sus protocolos, su forma de trabajar, los esfuerzos que realizan, pero también quiero reconocer aquí que hay un esfuerzo importante en particular en estos dos últimos años; el Gobierno ha inyectado una cantidad importante de recursos.

Hoy día tenemos un convenio que nos permite observar a través de las propias torres de la empresa, lo que está pasando en el sector rural en forma directa. Estamos trabajando en el tema de poder atacar incendios, sin importar de qué propietario sea, si es una gran empresa, un pequeño propietario, un mediano propietario con muy buena coordinación, es decir, los recursos de empresas privadas, más los recursos de Conaf y los recursos que ponen también los municipios en algunas de las labores importantes, por ejemplo, la fiscalización, ha permitido abordar muy rápidamente los incendios.

Tenemos un mejor número de superficie abordada, básicamente porque el ataque inicial es muy rápido y estamos trabajando con el golpe único, es decir, llevar todos los esfuerzos y todo el equipamiento que tenemos, tanto equipos de personas como de maquinaria y de equipos aéreos, en forma rápida y con un número importante de ellos para evitar que los incendios crezcan.

– En esa misma línea, ¿cómo califica el trabajo con el mundo privado, considera que asumen la responsabilidad respecto del cuidado de la ciudadanía que vive aledaña a las plantaciones forestales?

– Las empresas tienen un programa que se llama Red de Prevención, y han trabajado ya desde hace varios años, y lo que nosotros denominamos comunidades preparadas, es preparar a comunidades que viven en la periferia, que están cerca o algunos sectores un poco más lejanos de sus predios, con el objeto de que todos nos hagamos de estas comunidades responsables de lo que se requiere para que no ocurra un incendio.

He estado en distintos Comité de Gestión de Riesgo de Desastres (Cogrid) comunales, y ahí participan las empresas forestales también, como un vecino más, como un vecino que tiene responsabilidad en el entorno en que tiene sus plantaciones forestales.

– Respecto de la ley de prevención y mitigación de incendios; esta moción se encuentra en una etapa final. ¿Es negativo que aún no se haya aprobado?

– Es un buen instrumento que nos va a posibilitar tener más medidas orientadas a la prevención y a la fiscalización. Hoy día desde el punto de vista legal, tanto los municipios como la propia institución, Conaf tiene algunas restricciones legales para poder obligar a algunos propietarios a tomar medidas de prevención, creo que la ley apunta principalmente a eso.

– En relación con el proyecto que busca agravar las penas por incendios intencionales, ¿es importante establecer medidas al respecto?

– Es importante, pero también es importante ir dotando cada vez más, tanto a las policías como al Ministerio Público, a los fiscales; tendrá que haber un proceso de capacitación, de cuáles son las pruebas necesarias para tener, para que un juez pueda encontrar culpable a un acusado, hay todo un proceso que va a mejorar todo respecto de la judicialización y los procesos judiciales, para que terminen en causas que puedan ser tener una sentencia y que declare culpable a los que efectivamente ocasionaron estos incendios.

– ¿Sea por negligencia o por intencionalidad?

– Claro, por ejemplo, un señor que está haciendo un trabajo con una máquina eléctrica y que ocasiona un incendio, esa persona también tiene que tener alguna sentencia, como si yo manejara descuidadamente y atropellara a una persona. A lo mejor no lo quise hacer, pero si no voy atento a las condiciones del tránsito, soy responsable de ese accidente. Eso tiene que hacerse de la misma manera en el caso de un incendio por una causa de negligencia.

– ¿Cuál es el llamado que realiza usted a la ciudadanía?

– Reforzar la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros. Los incendios los combaten las empresas forestales, los combate Conaf, los municipios, pero no los originaron ellos. Entonces, esa responsabilidad de la ocurrencia, que para nosotros ojalá pudiéramos llegar a números mínimos, eso es un tema cultural, tiene que ver con mirar el entorno, el riesgo que existe. Entonces, hacer un llamado a que solidariamente nos puedan ayudar a generar las condiciones para bajar el nivel del riesgo y estar atentos a cualquier situación de intencionalidad que pueda ocurrir.