Entidades dedicadas a la custodia y vigilancia insisten en que el actual proyecto, que se tramita en el Congreso. Ese es solo uno de los aspectos que critican y esperan que sean resueltos antes de su promulgación.
El avance de la ley que crea el Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida, se encuentra en su primer trámite constitucional, ante los que las agrupaciones de cuidadoras y cuidadores de al Región del Biobío están bastante atentos. Si bien, desde el Gobierno y parlamentarios se manifestaron conformes desde la aprobación unánime del proyecto en septiembre para iniciar su tramitación, las agrupaciones no están satisfechas.
Quienes protagonizan a diario las tareas de cuidado del país, manifiestan que deberían ser consideradas seriamente. Que no sólo se escuchen sus exposiciones, sino que se hagan efectivas en la redacción final del documento, de lo contrario la ley no significará un apoyo real a en sus circunstancias.
La presidenta y creadora de la Fundación Te Cuido de la Región del Biobío, Carolina Avello, señaló que lo que refirieron en la intervención en el Congreso el 3 de julio, cuando fueron de las primeras organizaciones invitadas junto a Ciudadanas Cuidando es que no se categorizaron los cuidados. “Se les mencionó a las dos ministras que estaban, que eran la ministra de la Mujer y la ministra de Desarrollo Social, que esta ley no profundiza en el grado de dependencia de a quién se cuida”, comentó.
Para esta fundación, debería estar definido si son personas con dependencia severa, una persona con discapacidad, niño, niña o adolescente. “Tampoco diferencia el cuidado remunerado con el cuidado de personas no remuneradas, que siempre cuidan de un familiar. Tampoco el desgaste que estas personas tienen, la ley no lo explica”, expuso.
Lo más importante para las agrupaciones es que no se les perpetúe el cuidado. “Que existan garantías del Estado para que se pueda elegir, tomar una decisión acorde a la capacidad que tiene la persona, porque si la persona no puede cuidar o no está bien anímicamente, económicamente. Lamentablemente, no se puede sobrellevar un cuidado y esto la ley tampoco lo refleja”, manifestó Avello.
En ese sentido, la intención es que se vuelvan a revisar las observaciones que hicieron como colectivo de organizaciones. “Esta es una oportunidad única que tenemos las personas cuidadoras de poder avanzar en algo que nos sirva que realmente venga a solucionar un poco nuestra calidad (…) que venga a solucionar en parte la crisis de los cuidados”, señaló Carolina Avello.
La preocupación que más se ha repetido en distintas organizaciones, según Avello, tiene que ver con las personas que cuidan a quienes tienen una dependencias severa y no son remuneradas. “La sociedad en general, hoy día piensan que tenemos muchos beneficios y no entienden que esta ley no las tiene. Indicar que se atienda lo que se les envió también mediante un documento de oficio con las observaciones a cada punto del proyecto de ley.
“No se menciona qué ocurre con el ciudado, en el caso de que la persona ciudadora no remunerada se enferme o fallezca y no pueda, o no quiera seguir cuidando”, es sólo una de las observaciones que detallaron, tanto Fundación Te Cuido como Ciudadanas Cuidando, en un texto que en seis páginas reúne todas sus preocupaciones con respecto a lo que hasta el momento se ha incorporado en el proyecto.
Vanessa Rivera es participante de la Alianza Global por los Cuidados, iniciativa global de ONU Mujeres, también investigadora en Cuidados y cuidadora de su madre con Alzheimer, comentó que el rol que ha tenido el Estado chileno ante los cuidados ha sido muy pasivo y que espera que la ley resuelva aquello. “No obstante, yo creo que acá falta un mayor desarrollo de la perspectiva de género, especialmente respecto a la visibilización y el reconocimiento de las personas cuidadoras no remuneradas”, apuntó.
“El concepto de cuidado que establece el artículo 2 del proyecto, está un poco limitado porque define el cuidado como una necesidad social, que lo es. Habla del efecto positivo que provoca en quien recibe el cuidado. Pero genera beneficios más allá del bienestar de la persona que se cuida”, expuso Rivera.
En ese sentido, comentó que según un estudio del Banco Central de 2020, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados representa un 25% del PIB.
“Falta más que quede claro que los cuidados son un bien público, y como bien público tienen que ser garantizados. Tienen que ser protegidos”, manifestó Vanessa Rivera respecto de lo que se deberían incluir en la discusión.
Las personas cuidadoras no remuneradas, según Vanessa tampoco fueron abordadas del todo en esta primera etapa del proyecto de ley. “Hay una deuda social hacia las personas cuidadoras no remuneradas con respecto a la falta de autocuidado”, planteó.
Actividades tan rutinarias como tomar una ducha, son sólo algunos de los ejemplos que enumeró esta representante de cuidadoras. “Hablamos de pobreza de tiempo, que se traduce en pobreza de derechos”, afirmó.
En cuanto a la aprobación en la comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputadas y Diputados, Rivera estableció que las organizaciones fueron escuchadas. “Pero lo interesante es que sus perspectivas se reflejaran efectivamente en el proyecto”, dijo.
“Yo creo que aquí hay una cuestión super clave que haría la diferencia, que tiene que ver con desfamiliarizar el cuidado, sacarlo del seno de la familia y ponerlo en el centro de la sociedad”, comentó esta cuidadora y agregó que la división sexual aún está marcada en quienes suelen estar a cargo de una persona con dependencia, ésta debe romperse.
Los cuidados están en crisis porque no hay disponibilidad suficiente y no hay acceso a los cuidados como derecho porque es caro, explicó Vanessa. “Se debe declarar a los cuidados como un bien público desde una perspectiva de corresponsabilidad”, detalló.
Finalmente, relevó la necesidad de que existan capacidades estatales con recursos disponibles. “Porque el proyecto habla de redes de cuidado comunitarios ¿Están los municipios equipados para implementar esas redes? Desde el punto de vista del presupuesto, de los profesionales, de los conocimientos”, cuestionó.
Para que avance el Sistema Nacional de Cuidados, se necesitan los recursos y las capacidades para ello. “Para que las personas cuidadoras y las personas a quienes cuidan puedan efectivamente beneficiarse de este proyecto”, manifestó.