Es la primera intervención de este tipo que se efectúa en la Región, a nivel nacional sólo se han realizado 2 más. Hospital Regional afirma que niño se encuentra dado de alta y será controlado continuamente.
Dolor de cabeza intenso, crisis de hipertensión arterial y convulsiones fueron los síntomas que experimentó Joshua Araya, menor de 8 años que padecía de un feocromocitoma: un tumor neuroendocrino muy poco común del que hasta ahora, según indicó el doctor Albert Pasten, cirujano pediátrico del Hospital Guillermo Grant Benavente, no se había visto ningún caso en la Región.
Según indicó el facultativo, dicho tumor produce catecolaminas, hormonas de la glándula suprarrenal que usualmente ayudan al control de la presión, pero que en el caso de esta neoplasia las produce indiscriminadamente poniendo en riesgo la vida de quien lo padece, pues los niveles de presión pueden llegar a ser peligrosamente altos.
“En un niño de esa edad el rango de presiones es de más o menos 90/70, pero acá tuvimos registros de 200/110, lo que podía generar una hemorragia cerebral, daños en varios órganos y la muerte”, detalló.
De ahí, la importancia de operar a la brevedad y extirpar el tumor, que era aproximadamente de 2,5 centímetros y que se ubicaba sobre el riñón derecho. Sin embargo, explicó, dicha intervención no se había realizado nunca en la Región, “la casuística era muy limitada, sólo se dan entre 2 y 4 casos anuales en adultos, pero en niños nunca se había visto uno. Sólo en el Hospital Clínico de la Universidad Católica en Santiago habían operado 2 casos pediátricos, pero el traslado también era un riesgo”.
Para realizar la cirugía se contó con un equipo multidisciplinario de profesionales ”urólogos de adultos, comandados por el doctor Esteban Arias; endocrinólogos, nefrólogos, cirujanos y anestesistas, liderados por la doctora Carolina Faúndez,” que según Pasten, fueron fundamentales debido, tanto a la gravedad que presentaba el menor, como a la complejidad que implicó la cirugía.
“Fue un desafío la operación y el gran equipo que se formó para que este niño pudiera ser resuelto acá (…) pues al liberar el tumor se podían liberar una gran cantidad de hormonas, que suben la presión y que podrían desencadenar en la muerte del paciente. Además en el momento en que el tumor se saca, todas esas hormonas se van. El niño puede hacer una hipotensión que lo pueden matar”, dijo Pasten, médico coordinador de la cirugía en que se extirpó el tumor vía laparoscópica.
Tras la operación, según explicó el doctor, el menor se encuentra sano, realizando sus actividades diarias, sin la necesidad de quimioterapia, aunque sí, de por vida, debe mantener controles por el riesgo de tener un nuevo tumor “sobre el otro riñón o en otra parte, lo que se llama un paraganglioma, que pueden aparecer detrás de los intestinos, cerca de la columna y la arteria aorta”.
El facultativo considera que el riesgo de Joshua Araya es menor, pero aún no se sabe hasta qué punto. Actualmente se están haciendo estudios genéticos al menor para saber si tiene riesgo.
También, según dijo, además de los factores genéticos hay enfermedades que pueden producir predisposición a este tipo de cáncer, como neoplasia endocrina múltiple, que produce tumores de tiroides y suprarrenales.
Paula Pavez, parte del equipo de la UCI del Regional que atendió a Joshua Araya -menor oriundo de Negrete, que fue traslado desde el Hospital de Los Ángeles hasta el recinto local debido a su condición- afirmó que llegó en un estado crítico, que requería mucha estabilización, pues sufría crisis mayores de hipertensión.
Aseveró que casos como el del menor son de alto riesgo, debido a las crisis, que pueden generar convulsiones, infartos cerebrales y al miocardio y alzas de presión, que no responden a medicamentos orales, sino que requieren tratamientos de soporte en unidad de Cuidados Intensivos.
“Se hizo un trabajo muy coordinado y logramos estabilizarlo para que pudiera ingresar a pabellón y luego cuidar que mantuviera sus niveles tras la cirugía”, contó.
Bernardo Araya, padre del menor intervenido, agradeció que Joshua hubiese sido operado en el Hospital Regional, pues el traslado pudiera haber resultado muy riesgoso en la condición que llegó al centro de salud. “La cirugía fue todo un éxito gracias a Dios y a los médicos (…) Ahora estamos felices porque todo salió bien. Había un gran porcentaje que se nos fuera y ahora está sano”, expresó.
Pasten agregó que tras la cirugía el Regional quedó en condiciones de atender casos similares al del menor.