Un total de 20 profesionales incorporarán la cosmovisión en la atención de sus pacientes. Más de 200 personas han sido derivadas a sanadores de Los Ángeles y La Araucanía.
“Entender la medicina mapuche, su diferencia con el sistema alópata, que es más integral, pues no sólo abarca la enfermedad o la dolencia que puede sufrir el individuo, sino el equilibrio completo, incluso, la espiritualidad (…) Trabajamos en cómo funciona el modelo médico mapuche, cuáles son los agentes médicos que existen actualmente, con cuáles trabaja el Servicio de Salud Concepción y cómo podemos tratar de complementar ambos sistemas”.
Así explicó Lissette Villamán, referente del Programa Especial de Salud de Pueblo Indígenas del Servicio de Salud Concepción (SSC), parte de la capacitación que realizaron 20 médicos en Etapa de Destinación y Formación (EDF), antes conocidos como Generales de Zona, para especializarse en medicina mapuche.
Dicha capacitación, explicó, incluyó el conocimiento en mapudungun para “que puedan saludar y reconocer partes del cuerpo porque hay personas que mezclan el español con el mapudungun y para hacer más cercana la experiencia”.
Además, aseveró, que durante un plan de formación de 36 horas en total, los profesionales cuentan con 21 horas teóricas en que aprenden sobre las costumbres ancestrales, mientras que el resto es práctico, con conexión directa con una machi lo que les permite adquirir aún más conocimientos y resolver dudas sobre el trabajo que realizarán.
A 3 años de iniciado el programa ya se han capacitado 55 profesionales.
En esta ocasión fueron 20 los médicos acudieron a un diálogo hasta la ruka de la agente sanadora, Herminda Nahuelpi, ubicada en el sector Perales en Los Ángeles, mismo lugar donde atiende a sus pacientes.
“Hay algunos servicios que capacitan a su gente, pero lo hacen en jornadas de inducción, que no duran más de una hora, nuestra capacitación es más extensa y con contacto con la machi eso es algo que nosotros hemos trabajado y que se puede considerar inédito”, aseguró Villamán.
“Siento que esta experiencia no la tiene cualquier médico. La conversación con la Machi Herminda nos permite entender aspectos de una cultura distinta y modificar nuestra atención y no transgredir la historia personal de los usuarios”, dijo Carlos Lafitan, médico EDF del Cesfam Lagunillas.
En tanto, Olaya Becerra, facilitadora intercultural en Hualqui, dijo que la sociedad y los profesionales jóvenes están valorando el rol de la machi y de la medicina mapuche. “Antes no existía esta conciencia de la importancia de la medicina ancestral. Cuando se habla de medicina mapuche se habla de un modelo complementario, que sirve a todas las personas por igual, en una sociedad que está basada en la mezcla de saberes, de culturas. La gente que visita a la machi es por una necesidad de salud, este es un conocimiento ancestral que está vivo, que se debe cuidar para las futuras generaciones”.
A su vez, Luisa de Ovalle, médico EDF del Cesfam Lota Alto, dijo que “la medicina va cambiando dependiendo del lugar, la cultura y otros factores. Todos los modelos de salud conversan, se integran, se complementan y son válidos. Es muy necesario que entendamos que en este país hay muchas culturas, hay pueblos originarios y que para ellos es importante que los atendamos con respeto, en forma integral, que consideremos el tema de la espiritualidad. Debemos aceptar que a veces la medicina occidental no es suficiente y debemos complementar con la tradicional”.
En la misma línea, Villamán aseguró que la idea es mejorar la satisfacción usuaria “de la gente perteneciente a pueblos originarios, que puedan recibir una atención con pertinencia cultural en el establecimiento de salud, por eso capacitamos a los funcionarios, pero también buscamos con el programa acercar la salud tradicional a los usuarios. Por eso hacemos derivación, por ejemplo, a la machi donde fueron los profesionales”.
Derivación a la machi
Lissette Villamán, referente del Programa Especial de Salud de Pueblo Indígenas del SSC, aseveró que la atención con machis es cada vez más requerida por la población, pero que en primera instancia está orientada a personas pertenecientes a algún pueblo originario, pero que si existen cupos cualquier persona que lo requiera puede acceder a la atención de una machi.
“Actualmente el 70% de nuestros usuarios no pertenecen a un pueblo originario”, comentó.
Detalló que este año 110 usuarios han sido derivados al machi Elvis Huinca, de la comunidad Marileo, ubicada en Victoria, en la región de La Araucanía, y 103 a la machi Herminda Nahuelpi, de Los Ángeles. Para llevar a cabo los traslados durante 2024 cuentan con un financiamiento de 8 millones 920 mil pesos.
La atención con machi es cada vez más requerida, dijo, y recalcó que los médicos se han habituado a una relación más cercana y de complementariedad con la Machi Herminda, que atiende en su ruka y según sus tradiciones.
“La machi da una atención integral, ve la orina del usuario para detectar cuáles son las enfermedades y ella les da sus remedios, lawen, que les llama la machi (hierbas medicinales) . En general van personas que buscan compensar la hipertensión, diabetes, temas de salud mental, dolores musculares, pero ella ve todo tipo de enfermedades”.
De hecho, a través del Programa Especial de Salud de Pueblo Indígenas, según dijo, se deriva a la atención de la machi a los usuarios que lo soliciten. Para realizar esta gestión en los establecimientos del SSC existen facilitadores intercultural que gestionan la consulta y el traslado del paciente sin costo, en vehículo dispuesto para dicho fin hasta el lugar donde habita la machi adscrita al programa.