En seminario se entregaron más detalles sobre el proyecto de Ifarle. El cuerpo de agua atraviesa humedales en tres comunas del Gran Concepción.
Eduardo Bascuñán
En un reciente seminario sobre biourbanismo se presentó nuevamente el proyecto Ifarle+, que pretende urbanizar, con una estrategia de bajo impacto, parte importante del canal, el cual atraviesa humedales urbanos de Concepción, Hualpén y Talcahuano.
Este viernes se realizó el seminario internacional de “Biourbanismo: Concepción Ciudad Esponja” en la búsqueda de propuestas de diseño de ciudades sustentables.
La instancia contó con expositores de gran envergadura, además de la presencia de la seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Toledo y el Gobernador Regional, Rodrigo Díaz. Vale decir también, que la instancia fue organizada por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, la Corporación Regional Desarrolla Biobío.
El seminario buscó dar a conocer diferentes propuestas del paso de una ciudad a una sustentable y uno de los puntos que más llamó la atención fue el proyecto Ifarle+. Esta iniciativa dio sus primeros pasos en el 2021 con el objetivo de crear el primer Centro de Humedales Urbanos de Chile, a través de la transformación del canal Ifarle y consta de 4 ejes estratégicos.
El primero es el de la recuperación de las aguas. En su página web, el proyecto Ifarle+ observa que en el Gran Concepción, particularmente Tucapel Bajo, Parque Central y Carriel Norte existen serios problemas de drenaje urbano, provocando inundaciones. Por lo que plantean “estrategias de recuperación de las aguas. Éstas contemplan mejorar la capacidad de captación, mediante una serie de nuevos drenajes urbanos vegetados en las calles y bandejones”.
Otro de los puntos es ‘Revalorizar la naturaleza’ donde plantean que la existencia de rellenos irregulares aledaños a los humedales generan contaminación en canales, por lo que se propone “la recuperación del sistema de humedales y sus aguas”. Esto, con el objetivo de crear un corredor ecológico de 180 hectáreas que “recuperará la flora y fauna próximas al canal”.
Un tercer punto es el de la ‘Red de movimiento’ que plantea la idea de crear nuevas vialidades anexas al canal. “Se trata de un corredor integrado de movilidad con 21 kilómetros de vialidades y 38 kilómetros de ciclovías continuas, consolidando una red de más de 59 kilómetros lineales de movilidad activa”.
El cuarto y último punto es la ‘Integración de la ciudad’ donde se argumenta que debido a la creciente demanda de vivienda, equipamiento, servicios y accesos al trabajo, “El Gran Concepción (…) le ha dado la espalda al canal Ifarle y a todos los cuerpos de agua presentes en él, como el río Bio Bio y el río Andalién”.
Por lo que proponen volcar la densidad de desarrollo hacia un espacio menor para lograr una mejor distribución. “Que permita un desarrollo sustentable de viviendas, actividades, comercios, servicios y zonas de trabajo a pocos minutos del resto de la ciudad”.
Por otra parte, desde el mundo medioambiental, acusan que el proyecto Ifarle+ es “despropósito” y que está rodeado de desinformación. Luisa Valenzuela, fundadora del Comité por la Defensa para la Recuperación del Humedal Chimalfe, aseveró que “nos quedó muy claro, durante estas pasadas lluvias, la manera en la que los humedales nos ayudaron a amortiguar y a no inundarnos. Es un despropósito intervenir el canal y encauzar el agua usando como argumento la terrible situación que otros vecinos vivieron”.
Es más, Valenzuela, quien también es vecina del sector, afirmó que quienes sí tuvieron problemas con inundaciones fueron “los vecinos de Habitacoop que están en un desnivel terrible producto del relleno que se hizo para la construcción, además el cauce del agua del Ifarle pasa lejísimo, así que no es producto del agua del humedal, por el contrario, si no estuviera el humedal como está, las inundaciones serían muchísimo peor”.
En la instancia, el Gobernador Regional, Rodrigo Díaz aseveró que “cada vez que se designa un sitio como lugar de protección y no se acompañan recursos para intervenirlo y no queda bajo responsabilidad de nadie, eso conduce a un fracaso, al deterioro y a la destrucción de esos lugares. Y, por el contrario, cuando se decreta protección, pero esa protección va acompañada de alguien que interviene, se hace responsable, que invierte y que pone ese lugar a disposición de la comunidad, el resultado es virtuoso”.
Desde una línea similar, pero relacionando la biodiversidad y el desarrollo humano y por ende económico, el presidente del grupo de trabajo del IPT de la CChC, Waldo Martínez, aseveró que “el equilibrio perfecto es respetar la parte de la biodiversidad natural que existe pero también entender que la biodiversidad también es las personas y el desarrollo demográfico. Es una variable que siempre tiene que estar presente en los planos reguladores”.
Asimismo, agregó que “se han hecho muchos estudios que tienen que ver con los riesgos y con la infraestructura ecológica pero hay que tener claro también el desarrollo demográfico y la demanda de terreno para las distintas actividades del desarrollo urbano”.