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Coaniquem y Hospital Regional: detallan situación de niños quemados durante este año

Ambos centros han recibido 87 pacientes pediátricos, en lo que va de 2024. La mayoría de los casos se genera por el uso de braseros y líquidos calientes.

Por: Ximena Valenzuela 13 de Septiembre 2024
Fotografía: Contexto

El frío que genera el invierno y el uso de diversos métodos de calefacción, que este trae consigo, es una de las principales causas de quemaduras en menores de edad.

El Hospital Guillermo Grant Benavente y la Corporación de Ayuda al Niño Quemado (Coaniquem) detallaron la situación de niños quemados durante este año en la Región.

La corporación que atiende a menores de todo Biobío, con un compromiso menor de su cuerpo de hasta el 5%, puntualizó que a nivel regional, durante lo que va corrido de este año, con corte a agosto, han atendido a 87 niños, mientras que el año pasado, a la misma fecha, considerando que el centro comenzó a funcionar en febrero, fueron 46.

Ahora bien, según afirmó su director, Carlos Vera, tomando en cuenta los meses de mayor frío, desde abril a agosto, en 2023 hubo 39 ingresos nuevos, en tanto durante el año curso contabilizan 70, es decir, un 79% de aumento.

A su vez, el Hospital Guillermo Grant Benavente, informó a través de la doctora Inés Nones, jefa del Servicio de Quemados, que durante 2023 registraron 157 casos de quemaduras en pacientes pediátricos y que en lo que va corrido de 2024 se contabilizan 87.

La especialista complementó que considerando sólo los meses de invierno (junio, julio y agosto), han observado un ligero aumento en el número de casos, contando 29 en 2024, en comparación a los 28 casos del mismo período del año pasado.

Las causas

El director de Coaniquem, explicó, que de los 87 pacientes recibidos este año, 50 resultaron quemados por estufas, muchos de ellos, que producto de la migración viven en campamentos, viven hacinados y usan braseros con carbón de coque. “Lo que nos ha pasado es que el cambio asociado al costo de la electricidad y el gas ha hecho que se vuelva a sistemas de calefacción antiguos como el carbón y los braseros (…) Hay accidentes gravísimos que se dan por el uso de braseros. Esto se da por la época de invierno y el movimiento se da fuertemente en Concepción, Talcahuano, Coronel y Lota, entre otras”.

Además, a los objetos calientes se agrega el uso de planchas, no sólo de ropa, sino de pelo y el contacto con ollas.

Se suma a las quemaduras dichos objetos la quemadura de 37 pacientes con líquidos calientes.

El director de Coaniquem aseveró que los más afectados son los menores entre 2 y 6 años. “El 85% de los niños se quema en presencia de un adulto”.

Por ello, Coaniquem realiza seminarios en que enseñan a los padres conductas seguras para evitar quemaduras en los niños como, por ejemplo, no colocar mantel en la mesa para evitar que pueda caerle algo caliente en el cuerpo, ocupar termos con tapa rosca y no hervidor en la mesa, en la cocina evitar mangos de sartenes al aire y cocinar en los fogones traseros para que no tengan contacto con ollas.

“No darles posibilidad de acercarse a estufas o a tubos de combustión de estas, debe estar protegido este lugar o cerrado con una reja (…) Un niño está descubriendo el mundo o buscando nuevas cosas tiene que tener un ambiente adecuado. El trabajo preventivo es muy importante hoy en Chile se queman alrededor de 85 mil niños al año de los que el 10% necesita una rehabilitación por el tipo de quemaduras que presenta. Esto se podría reducir si los papás o tutores preparan la casa para ellos”.

En materia de prevención, afirmó Vera, también están realizando una campaña dieciochera en la que llaman a las familias a evitar que los menores estén cerca de las parrillas, pues, incluso, han llegado niños con su cabeza quemada.

El director del Hospital Regional, Claudio Baeza, afirmó, que según ingreso de pacientes pediátricos quemados la causa más frecuente son los líquidos calientes, lo que, a su juicio, se genera por un mayor hacinamiento en las casas producto de la baja de temperaturas y también por los mecanismos de calefacción como son las estufas a leña.

“Lo importante es la prevención. Nunca tener a los niños en los brazos cuando estemos consumiendo líquidos calientes, que son las que se dan, principalmente, en niños menores de 3 años por esta causa, lo mismo con las estufas”, comentó.

Gran quemado

En cuanto al proyecto que tiene el Hospital Regional de crear un Servicio de Gran Quemado, que permitiría, por ejemplo, atender a víctimas graves como las generadas por los incendios forestales y a menores que superan el 5% de su superficie corporal afectada, que no pueden ser atendidas en Coaniquem, Pilar Troncoso, directora de Gestión Médica de la entidad, afirmó que el proyecto es una necesidad, pues los pacientes que sufren lesiones por quemaduras no pueden desestructurar su vida y la de sus familias para recibir un tratamiento adecuado.

“Creo que debe proveerse a nivel local, debe capacitarse y fortalecerse la resolutividad a niveles regionales”, dijo la cirujana infantil y especialista en plástica pediátrica.

Desde el Regional indicaron que el proyecto se encuentra en etapa de licitación en el mercado de compras públicas para que las empresas interesadas en construir revisen las bases y pueda ser adjudicado. El plazo más optimista es que las obras puedan iniciarse a fines de este año.

Niños en tratamiento

El director de Coaniquem detalló que el centro no sólo atiende a pacientes agudos, que requieren curaciones, sino también a los que resultan secuelados y requieren rehabilitación.

Desde abril a agosto de 2023 el centro Coaniquem atendió a 19 pacientes secuelados y, durante el mismo período este año están dando tratamiento a 25 menores.

Las cicatrices, según explicó Vera, retraen la piel. Por lo tanto, considerando que existe un crecimiento, en promedio, hasta los 21 años, requieren cuidados especializados para evitar, por ejemplo, que no se le recoja el brazo. “Se hace una rehabilitación con kinesiología, terapia ocupacional, apoyada con prendas compresivas, o bien, órtesis”.

También se realiza una rehabilitación de salud mental, pues, aseveró, una quemadura en la cara o el cuerpo tiene efectos en su autoestima, y se suma a una rehabilitación familiar porque muchas veces el menor se quema en la presencia de una adulto y eso genera sentimientos de culpa y afectación del grupo familiar, lo que, afirmó, ayuda mucho a la adherencia del tratamiento.

Una rehabilitación promedio, detalló, se prolonga por alrededor de 4 años y medio.

Las diferencias de cifras

Si bien, el Hospital Guillermo Grant Benavente es un referente en Biobío al momento de recibir pacientes de diferentes patologías, las altas cifras que registra Coaniquem se deberían, según el director de la corporación, a que “nosotros recibimos casos de menor gravedad, por ejemplo, de niños que ponen la mano en la plancha, que se queman con la estufa o la plancha. Al Regional llegan casos graves que, en general, requieren hospitalización”.

Vera agregó que, además, otro factor que se suma es la proximidad de sectores al sur del Biobío como Lota y Coronel, por nombrar algunos.

En tanto, Maccarena Cabrera, enfermera supervisora del Servicio de Quemados del Hospital Regional, explicó que las cifras del centro asistencial nunca van a cuadrar con las de instituciones como Coaniquem, ya que atienden a pacientes con quemaduras graves y críticas.
“Existe un índice de gravedad: grave, crítica y de sobrevida excepcional (…) vemos intermedias y profundas”, dijo y agregó que eso explica porqué una institución como Coaniquem podría tener cifras mayores, sobre todo, considerando que la institución les deriva pacientes cuando su gravedad es mayor.

Agregó que los pacientes que no tienen mayor compromiso son derivados a los consultorios de origen.

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