Por Christian Kairies Gatica
La participación de los apoderados es indispensable; esa es una de las tantas medidas para regular el uso de celulares en establecimientos educacionales, según Bárbara Valenzuela de la Facultad de Educación, directora del Magíster en Gestión y Liderazgo Educativo de la UdeC.
Es que la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó en general el proyecto de ley que prohíbe y regula el uso de dispositivos digitales, como celulares, en establecimientos educacionales. Así, ahora la medida se encuentra en el Senado a la espera de ser aprobada.
El texto prohíbe el uso de medios tecnológicos de telefonía móvil en el nivel parvulario de enseñanza y desde 1° a 6° básico. Así, de 7°básico a 4°medio, los reglamentos de los establecimientos educativos deberán disponer de medidas para regular un uso adecuado de estos medios. Se añade que, en este nivel educativo, el uso adecuado de los celulares podrá ser gradualmente autorizado.
Respecto a lo anterior, “lo importante es que cada comunidad educativa dialogue y también escuche a las distintas partes involucradas y también haya un trabajo desde el punto de vista de la coordinación de este uso de medidas con la casa, porque no se saca nada con poner restricciones en el medio escolar si en la familia no se siguen las mismas restricciones. Lo que vamos a hacer es asociar, digamos, la restricción del uso de celulares al establecimiento ocasional, lo que va a generar reacciones negativas por parte del estudiantado”, precisó Valenzuela.
El seremi de Educación, Carlos Benedetti, se refirió a las principales recomendaciones para aplicar este tipo de medidas: “Específicamente entre los 12 y 18 años se recomienda su uso sólo en caso que sea necesario para cumplir fines pedagógicos, pudiendo explorar la perspectiva crítica de los contenidos, aspectos éticos asociados y el uso creativo que pueda darse, fomentando la autonomía en relaciones de confianza”.
Así también, el Seremi explicó que este año, desde el Ministerio de Educación se puso a disposición de las comunidades educativas un documento con “orientaciones para la regulación del uso de celulares y otros dispositivos móviles en establecimientos educacionales”. El archivo daba recomendaciones a los establecimientos y se resumía en lo siguiente:
Educación parvularia (0-6 años): Limitar o restringir el uso de dispositivos digitales, supervisar con rutinas claras y ofrecer alternativas a actividades no digitales. Educación básica (6-12 años): Integrar tecnologías digitales con objetivos claros y protocolos, fomentar habilidades críticas y seguras en línea, y ofrecer espacios sin pantallas para interacción física y recreativa.
Educación media (13-18 años): Promover el uso crítico y responsable de tecnologías digitales, equilibrando su integración en la educación con habilidades de pensamiento crítico y autocuidado, y monitorear el tiempo en línea frente a otras actividades.
La experiencia habla por sí sola, tal es el caso de José Gutierrez, profesor de Ciencias y Biología en el colegio John F. Kennedy de Chiguayante y egresado de la UdeC, pues asegura que “los alumnos suelen distraerse con facilidad y es muy difícil retomar la concentración (…) A veces pareciera necesario realizar restricciones obligatorias, pero uno como profesor no tiene esas facultades, por lo menos en este establecimiento (…) Pero siempre intento aconsejarlos y que sean conscientes de los posibles daños que estos producen”.
Por último, el papel de los padres en esta situación es fundamental. Si se va a implementar solamente restricción en el colegio, como lo decía, lo más probable es que esta norma tienda a generar una tensión en la comunidad educativa que probablemente llegue en una futura actualización del reglamento interno a ser revocada. Si esto es un compromiso desde la casa, puede que esta normativa resulte.
En cuanto a las sanciones relacionadas a casos donde no se cumplan las normas dispuestas por los establecimientos educacionales, “estas tienen que estar establecidas en el reglamento interno, dependiendo de cada comunidad educativa, debería ser una sanción leve, porque también el uso de celulares tampoco en sí mismo se considera una falta grave, y menos una falta grave, gravísima, sería una falta leve. La reiterción podría llegar a una falta grave”, comentó Valenzuela.
Toda sanción que se estipule para un comportamiento que está en contra del reglamento interno, principalmente tiene que generar el principio de formación, o sea, tiene que tener el concepto formativo. Por lo tanto, toda sanción tiene que venir con una reflexión de parte del estudiante, y también una conversación con los padres respecto al por qué es importante que esto tenga un sentido, explicaba Valenzuela.
Lo anterior, puesto que “son cerebros en desarrollo (…) Entonces esto tiene que venir con una psicoeducación respecto del por qué, y también la sanción tiene que venir con un aspecto de reflexión también y de trabajo normativo en la casa; si no, va a quedar como una sanción netamente punitiva, que va a crear más bien una aversión al estar en clase, porque ese sería el único tiempo que se sancionaría o que se restringiría el tema del uso del celular”, precisó la magíster en gestión y liderazgo educativo.
De la misma forma, Gutierrez dijo que “personalmente, como profesor, si pudiera aplicar sanciones lo haría (…) No serían sanciones graves, pero sí con la intención de generar conciencia en los alumnos, que aprendan a cuándo y cómo manejar correctamente los celulares, porque siento, a veces, que ni ellos mismos perciben el daño que les hace”.
El Seremi Benedetti añadió que “se deben utilizar con los recursos necesarios y así evitar conductas negativas como el aislamiento, la ausencia de socialización y el ciberacoso. Ahora, de acuerdo a la evidencia disponible, como Ministerio consideramos que es fundamental que la regulación ocurra de manera diferenciada por etapa de desarrollo, de acuerdo al reglamento de cada establecimiento educacional”.
En Francia, ya se implementó una restricción del uso de celulares en todos los centros educativos, y existen otras experiencias en Europa como Alemania e Italia, que adoptan enfoques parciales.
En algunos casos, como es en Francia, la restricción se aplica principalmente durante las horas de clase y en ciertas instancias, como en los recreos. Por ejemplo, en algunas escuelas de Francia se permite el uso de celulares en uno de los dos recreos disponibles, mientras que en el otro se prohíbe su uso.
La idea detrás de esta restricción es fomentar la socialización, la interacción entre los estudiantes y la práctica de actividades deportivas, con el fin de minimizar el impacto de los aparatos tecnológicos.
Finalmente, la implementación de estas medidas puede variar dependiendo del modelo que se decida consensuar en cada comunidad educativa. Por lo tanto, la adaptación y aplicación de estas restricciones dependen de las decisiones tomadas a nivel local y de las necesidades específicas de cada institución.