Por su parte, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) aclaró su rol fiscalizador en la infraestructura eléctrica
Por Hugo Ramos Lagos
A raíz del reciente incendio ocurrido en la caleta de Lenga —que afectó a diversos locales y viviendas del lugar, entre ellos el icónico Restaurante La Barca— las dudas sobre el manejo de eventuales emergencias en el borde costero del Gran Concepción fueron respondidas por las autoridades locales.
Dentro de la provincia existen diversas localidades dependientes, que, en algunos casos, presentan ciertas vulnerabilidades de infraestructura de control de incendios debido a su lejanía o complicado acceso. Sumado a Lenga, lugares como Caleta Tumbes o algunos barrios de Dichato y Lirquén forman parte de este grupo.
Al tratarse de comunidades costeras, normalmente la estrategia que implica el uso de aguas marinas es analizada con frecuencia. Sin embargo las complicaciones que trae la utilización de estas —por su salinidad— aún despierta dudas entre los municipios.
Desde el municipio de Penco se indicó que actualmente existe un importante material rodante de carros y camiones aljibe, por lo que la actual administración nunca ha tenido problemas del suministro para enfrentar incendios, como lo que ocurrido recientemente en otra Hualpén, todo esto según lo comentó el alcalde de Penco, Víctor Figueroa.
Consultado por Diario Concepción sobre el fortuito uso de agua salina, señaló que esa eventualidad existe, pero afirmó que normalmente se prefieren otras fuentes. “Por ejemplo, alguna vez se sacó agua del estero, pero era agua dulce y bastante limpia, no así como sacar agua del mar”.
En cuanto a la fiscalización puerta por puerta, aseveró que es muy difícil, porque para eso habría que entrar a los domicilios. “Lo mismo pasa con el sistema eléctrico, pues según Figueroa hay muchas mediaguas, en donde sus sistemas no están legalmente autorizados por el organismo competente. Sobre eso estimó que son situaciones culturales y socioeconómicas complejas de fiscalizar”.
“Lo que nosotros hemos hecho ha sido un trabajo permanente de raleo de árboles. El otro día estuvimos (raleando) en la plaza por condiciones de deterioro, que significa riesgo para las personas, es algo que se hace de manera permanente”, detalló.
En cuanto al trabajo con la comunidad, recalcó el diálogo con la junta de vecinos para tener asociaciones preventivas, que más que ordenanzas, tienen que ver con sensibilizar a toda la ciudad de las labores preventivas respecto a la limpieza del entorno, al reforzamiento de sus techumbres y al sistema de agua libre de los despejados.
Paralelamente, en Talcahuano, respecto de la gestión de emergencias, desde el municipio aseguraron que anualmente imparten el Curso en Gestión de Riesgo y Preparación de Primera Respuesta, a cargo del Departamento de Gestión del Riesgo, en el cual tienen inscritos a vecinos de Caleta Tumbes.
La coordinación municipal con las fuerzas de combate de incendios es uno de los factores más influyentes para generar una eficiente gestión de los siniestros urbanos, tal como expresó el comandante del Cuerpo de Bomberos de Tomé, Roberto Araya.
Según Araya, se debe comprender la diferencia entre la etapa de prevención y la etapa de respuesta. “En la primera nosotros de manera aleatoria somos citados por el municipio, a compartir con ellos los procesos de inspección en los locales comerciales Dichato y Tomé. En ese tipo de acciones, como bomberos vemos la seguridad”, sostuvo.
A pesar de eso, recordó que Bomberos solo puede hacer recomendaciones en ese aspecto, ya que, al concluir este tipo de fiscalizaciones junto al municipio, los comentarios quedan al arbitrio de los propietarios.
“La Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) es el ente rector de toda la fiscalización de instalaciones legales, esta es quien fiscaliza las potenciales fuentes de riesgo. Por otro lado, en la fase de respuesta, todo lo que signifique la acción de control del incendio como tal queda bajo la administración de bomberos”, agregó.
En cuanto a los estanques disponibles para usar, afirmó que durante muchos años se ha resuelto ocupar agua de mar. Teniendo como único cuidado el lavado del equipo de bombas, tanques y mangueras.
Consultado por el rol fiscalizador, el director regional del Biobío de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), Manuel Cartagena, apuntó que “la responsabilidad de mantener adecuadamente las instalaciones eléctricas y de gas es de cada propietario”.
“Eso significa que los dueños de restaurantes, alojamientos, locales comerciales y centros de reunión son responsables de, en el caso de las instalaciones de gas, obtener el Sello Verde OK, y en el caso de las instalaciones eléctricas, realizar toda mantención, reparación y modificación con un instalador autorizado”, dijo.
Dicho lo anterior, la Cartagena declaró que la SEC tiene planes de fiscalización con foco en riesgo, lo que significa el análisis de las instalaciones en todas las comunas de la región, principalmente enfocado en aquellos lugares que podrían eventualmente representar un riesgo mayor.
“En estas inspecciones se fiscalizan redes eléctricas, estaciones de servicio, restaurantes, establecimientos educacionales, alojamientos, tiendas comerciales, eventos masivos, campings, entre otros lugares y recintos”, concluyó.