La patología crónica es uno de los principales factores de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. Por ello, buscan aumentar la concienciación sobre la hipertensión arterial en la población.
La hipertensión arterial es una patología crónica que se caracteriza por una presión elevada en las arterias, lo que puede desencadenar enfermedades graves, tales como un accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, entre otras. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud, la enfermedad afecta al 30% de la población chilena adulta.
Claudia Carrasco, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), indicó: “La presión arterial superior o igual de 140/90 mmHg es considerada hipertensión, por lo que se debe buscar orientación de un profesional del área de la salud en el caso de alcanzar cifras similares”.
En este sentido, es necesario promover la toma de conciencia y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar esta condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares (ECV).
“A nivel latinoamericano, más de una cuarta parte de las mujeres adultas y cuatro de cada diez hombres adultos tienen hipertensión. Esto es considerado un problema de salud pública, ya que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la mayoría de los países de América Latina donde la hipertensión arterial es responsable más del 50% de las muertes por ECV”, señaló Carrasco.
A pesar de ello, el Ministerio de Salud (Minsal) dispuso el Programa de Salud Cardiovascular (Pscv) que tiene como finalidad reducir la incidencia de eventos cardiovasculares con fin de prevenir morbilidad y mortalidad prematura, además de mejorar la calidad de vida de estas personas, por medio de prestaciones entregadas en Centros de Atención Primara en Salud como los Cesfam.
“Es necesario aumentar las coberturas de acciones de promoción de la salud, prevención de las ECV, el diagnóstico oportuno, especialmente en adolescentes, debido a que asociado al aumento de la obesidad y sobrepeso, estos problemas de salud también les están afectando”, declaró la académica de la Ucsc.
Algunos de los factores de riesgos que pueden contribuir a su desarrollo son el alto consumo de sal, dieta poco saludable con bajo consumo de frutas y vegetales, inactividad física, consumo excesivo de alcohol y cigarros, estrés crónico y antecedentes familiares.
“La presión arterial alta combinada con el uso de tabaco, obesidad, diabetes o colesterol alto, aumenta aun más el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular”, enfatizó la especialista.
Carrasco agregó: “La medición precisa de la presión arterial es clave para el diagnóstico efectivo, la prevención y el control de la hipertensión. También, la reducción del consumo de sal en la población es clave para reducir los riesgos provocados por la hipertensión”.
Asimismo, la académica enfatizó que “cambiar el estilo de vida puede ayudar a controlar la presión arterial alta. Seguir una dieta saludable con menos sal, realizar actividad física con regularidad, mantener un peso saludable, limitar el consumo de alcohol, no fumar y dormir entre 7 a 9 horas diarias son claves”.
“Sin embargo, a veces, los cambios en el estilo de vida no son suficientes para tratar la presión arterial alta, siendo necesario acudir a un médico para recibir un tratamiento oportuno”, cerró Claudia Carrasco.