El texto, que presenta información sobre 19 especies, será lanzado durante el VIII Simposio de Divulgación en Ciencias del Mar, en el marco de una nueva versión del Congreso de Ciencias del Mar.
A pesar de registrar un leve aumento en el consumo de productos del mar en los últimos años, llegando a 16.58 kilos per cápita en 2021, Chile todavía continúa bajo los 20 kilos promedio anuales a nivel mundial y de los valores que recomiendan organismos internacionales.
Los alimentos marinos proporcionan nutrientes de alta calidad que pueden contribuir a mejorar la dieta de las y los chilenos, ayudando a subsanar los déficit de vitaminas y minerales que presenta parte de la población por malnutrición.
Con el fin de promover el consumo responsable de estos productos, especialistas de la UdeC elaboraron la guía informativa sobre el aporte nutricional y los beneficios del consumo de productos marinos, «Nutriéndome del mar».
El documento fue generado con apoyo del proyecto del Fondo de Investigación Pesquera y Acuicultura (FIPA) Actualización de la composición química de los alimentos marinos y sus tablas nutricionales para potenciar su consumo a nivel nacional, financiado por la Subsecretaría de Pesca y el Proyecto Humboldt II, y ejecutado por la UdeC, bajo la dirección de la coordinadora del Laboratorio de Genética y Acuicultura (AcuiGen), del Departamento de Oceanografía de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas , Sandra Ferrada Fuentes.
La investigadora explica que esta guía es parte de una línea de trabajo en torno a la difusión y alfabetización científica que ha llevado a cabo un equipo multidisciplinario de AcuiGen por más de 15 años.
“Hemos desarrollado múltiples iniciativas dirigidas a estudiantes de enseñanza básica y media de todo Chile; siempre con la finalidad de incentivar el consumo responsable de alimentos de origen marino, destacando su aporte nutricional e impacto en nuestra salud, así como la actividad pesquera y acuícola que hay detrás y el ecosistema marino que la sustenta”, explica.
La guía contiene información sobre 19 especies de peces, algas, moluscos y crustáceos que crecen en nuestras costas; algunos de consumo común y otros que aún no son parte del menú familiar.
“La selección se basó en distintos factores. Por ejemplo, que no estuvieran incluidas en la Base Chilena de Datos de composición química de alimentos del Ministerio de Salud, como el alga luche y la jaiba marmola; que fueran alimentos comunes en la alimentación de la población chilena, como la sierra y la reineta, y que fueran alimentos muy nutritivos para el humano, pero aún no incluidos en la dieta, como la sardina común”, indica Ferrada.
Las muestras para el análisis de micro y macronutrientes fueron obtenidas con apoyo de responsables del área de manejo Peñuelas en Coquimbo; de pescadores de Nugurne (Ñuble), Lebu (Biobío), La misión (Los Ríos) y de pescadores y recolectores artesanales de Chiloé en Ancud, Achao y Quellón.
La información final fue condensada en un texto ilustrado de 64 páginas que contiene orientaciones diferenciadas para tres tipos de público: infantil, general y especializado.
En la sección infantil, las descripciones están centradas en los principales atributos de cada producto. Así, por ejemplo, las niñas y niños podrán aprender que el chorito es alto en vitamina B 12 y que contribuye a regenerar el cerebro; que el jurel, por su contenido de Omega 2, cuida la salud del corazón, o que el cochayuyo, por su aporte de calcio, ayuda a mantener los huesos fuertes y sanos.
La segunda parte, destinada a público general, amplía la información sobre los beneficios de cada producto; mientras que la sección especializada expone las tablas nutricionales de éstos, con datos sobre el contenido de macro y micronutrientes.
La especialista subraya que los alimentos marinos son importantes a lo largo de todo el ciclo vital, porque permiten obtener nutrientes que no están en productos de origen terrestre o solo en pequeñas cantidades, como el ácido graso omega 3, presente en pescados como el jurel.
“El omega 3 es un aceite cardioprotector, fortalece nuestro sistema circulatorio, nuestro corazón, protege nuestro cerebro de afecciones cardiovasculares, es un antiinflamatorio natural y lo encontramos preferentemente en alimentos hidrobiológicos”, detalla.
La investigadora agrega que los alimentos marinos son clave en el desarrollo fetal y la salud de la madre, los que deben incorporarse considerando siempre las directrices médicas y las condiciones de inocuidad, y en todas las etapas de la niñez.
“Un niño o niña en pleno desarrollo se querrá mover y correr, como un superhéroe, entonces el desarrollo de sus habilidades físicas dependerá de la salud y bienestar de sus músculos, corazón y cerebro y estos son fortalecidos por el consumo de alimentos de origen marino”, dice.
Lo mismo para aprender a leer y escribir. “Para que esto suceda en la etapa correspondiente, necesita fortalecer su cerebro y el desarrollo de sus ojos, lo que se ve reforzado a través de una dieta que incorpore alimentos de origen marino”, acota.
Avanzando en el ciclo de vida -agrega- la ingesta de alimentos del mar en adultos mayores, en particular omega 3, ayudará a disminuir o ralentizar síntomas relacionados con afecciones neurodegenerativas, mejorando su calidad de vida.
Por ello es importante que las personas conozcan las propiedades de los productos del mar, planifiquen su alimentación considerando los aportes nutricionales y beneficios de éstos, pero que también sepan que detrás de ellos hay personas que se ocupan de extraerlos o cultivarlos y un ambiente natural que debe ser cuidado.
El lanzamiento de la guía se hará durante el VIII Simposio de Divulgación en Ciencias del Mar, que se llevará a cabo el 28 de mayo, de 9 a 11 horas en SurActivo, en el marco del XLIII Congreso de Ciencias del Mar Ciencia y Comunidad: navegando por la gestión sostenible de los recursos marinos.