Herbario de la Universidad de Concepción celebra 100 años de conservación botánica

07 de Mayo 2024 | Publicado por: Noticias UdeC
Fotografía: Dircom UdeC

Colección conmemora un siglo de historia y contribuciones a la ciencia botánica, consolidándose como una referencia fundamental en el estudio y conservación de la flora chilena. Desde su fundación en 1924, esta institución ha sido un pilar en la investigación botánica nacional, albergando una de las colecciones más importantes del país.

Con más de 5 mil 800 especies registradas y alrededor de 166 familias, el Herbario de la Universidad de Concepción —conocido internacionalmente con la sigla CONC— hoy es reconocido a nivel mundial por su vasta colección, abarcando casi la totalidad de las especies de flora que componen el territorio continental e insular de Chile, posicionándose como una de las colecciones más importantes del país.

Iniciado en 1924 por el médico y profesor de Botánica Alcibíades Santa Cruz, en el antiguo Instituto de Botánica, que en ese entonces dependía de la antigua Escuela de Farmacia, el Herbario ha crecido continuamente gracias a la dedicación de académicos, investigadores y estudiantes de la Casa de Estudios.

Su curadora Alicia Marticorena Garri, cuenta que «los primeros ejemplares que llegaron eran de plantas europeas, que son la mayoría de las medicinales que se usan en Chile. Son plantas introducidas y eso empezó en el edificio de Farmacias, luego se trasladó acá y se le dio otra visión más naturalista.»


Hoy ubicado al interior de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, el centro alberga plantas vasculares como helechos, coníferas y plantas con flores, y criptógamas que reúne briófitas, líquenes y hongos, convirtiéndose en un recurso invaluable para la investigación científica y la educación en botánica. Además, de una valiosa colección de tipos, ejemplares utilizados como base para la descripción de nuevas especies.

El director del Herbario Carlos Baeza Perry asegura que «cada registro tiene un valor, cada registro es único, cada colecta es única, es como una obra de arte porque tú puedes colectar en el mismo lugar, a la misma hora al día siguiente y ya es otra muestra. Puedes tener fechas distintas, colectores distintos, vas a tener algunos que tienen flores y otros que van a tener frutos, entonces tienes toda una variedad no solamente en eso, sino que también las que crecen más al norte tienen las hojas más chicas por decir algo y las demás tienen las hojas más grandes, entonces puedes conocer la variación, la variabilidad que tiene esa especie teniendo más ejemplares del herbario para todo el mundo.»


El también Doctor en Ciencias, mención Botánica, asegura que «uno de los grandes valores que tiene la colección, es que además de conocer la distribución, tú puedes ir viendo cómo han ido desapareciendo poblaciones que habían antes” y agrega que «las colecciones que tenemos sirven para poder ver las bondades que nos pueden entregar como recursos ecosistémicos.”

El camino a convertirse en una de las colecciones más grandes de Chile, comienza con el trabajo de los investigadores en terreno, ellos recolectan el material, lo fotografían y seleccionan un pedazo fresco que se expone a una estufa de secado que funciona las 24 horas durante todos los días. Después de 4 o 5 días se obtiene el material físico para incorporar en los registros junto a los datos de la muestra.


Aporte Científico

Como patrimonio del país, el Herbario está abierto a todos los científicos que requieran consultar sus colecciones.


«No es solo las colecciones de plantas, sino de otros grandes reinos, y no de Chile continental, sino de Chile insular». Tenemos colecciones magníficas de Juan Fernández y lo fantástico de esa colección es que hay mucha gente interesada de otros países que vino a Chile, trajo recursos, nos trajo muchísima información, nos invitó allá, hicimos postdoctorado con ellos después, contacto, formación de gente, y hasta el día de hoy tenemos una relación, hemos publicado libros maravillosos, muchas publicaciones”, detalla el Dr. Baeza.

El director del Herbario destaca que “la colección es la base de todo el conocimiento que hay. Sabemos qué especies son únicas del país, qué especies son compartidas, pero que naturalmente crecen aquí, cuántas especies invasoras hay en el país. Toda esa información tú puedes sacar de esto, y además de eso es la base del catálogo de Plantas Vasculares de Chile el que es referencia para toda la gente que trabaja en botánica y para la gente que trabaja en otros grupos, pero que requiere de esa información. Y no solamente para nosotros, sino que para todo el mundo.”


Avance digital

Con el avance de la tecnología el centro ha tenido que ir incorporando nuevas técnicas de documentación. “Toda esta información que está ingresada aquí, se empezó a ingresar a fines de los 80”, recuerda Alicia Marticorena.


«Esta información permitió que pudiéramos publicar el año 2018 el catálogo que mencionamos, y luego la página web (https://catalogoplantas.udec.cl/) donde se registra el nombre de la especie, otros nombres antiguos que ha recibido, el hábito, su origen, la distribución regional, altitudinal, el nombre común y una nota al caso”, explica la curadora. También incluye una foto y un mapa general, “nosotros tenemos que ser muy cuidadosos en cuanto a la información que entregamos, principalmente por el uso que se hará con ella”, asegura.

La experta adelantó que “hay un proyecto grande ahora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) que se llama BIODATA y que está digitalizando el herbario. «La idea es tomar una imagen de muy buena calidad a cada una de las casi 195.000 carpetas que hay hoy, más todo lo que falta para integrar o ingresar al herbario».


Pese a este avance, el trabajo de los recolectores e investigadores sigue dependiendo del trabajo en terreno. “Ahora se ha modernizado mucho con toda esta parte digital, ha sido una maravilla, pero el trabajo sigue siendo el mismo, o sea, tú tienes que ir a terreno, tienes que fundamentar tu investigación, tener proyectos, etc., armar un grupo, ir al lugar, recolectar el material que quede bien colectado, documentarlo, etcétera, hacer todo un proceso, porque no es llegar y recolectar el material e ingresarlo a la colección, es todo un proceso”, detalla Baeza.

El experto agrega que uno de los desafíos es acercar este conocimiento al público “ahora estamos viendo cómo poder conectar un poco la ciencia y el arte. Porque el arte da la impresión de que tiene más llegada a la gente. Es más fácil llegar a la comunidad. O sea, a través del arte mostrar un poco de la ciencia.”


A esta invaluable colección del Departamento de Botánica la acompañan la Palinoteca, Xiloteca, y colecciones asociadas de Diatomeas y la colección de muestras líquidas de microalgas de agua dulce.