Centro de Salud O’Higgins de Concepción tuvo un tercer proceso fallido y el Talcahuano Sur de Hualpén inició el segundo. Asignación directa y reducción de los proyectos es parte de las opciones para ponerlos en marcha.
A pesar que los Centros de Salud Familiares (Cesfam) son necesarios para responder a los cuidados de las personas, realizar tratamientos y rehabilitación, entre otras prestaciones, en el último tiempo se han registrado casos de proyectos de renovación que se han visto detenidos por la falta de oferentes a las licitaciones.
Para el Cesfam O’Higgins de Concepción, que atiende a 30 mil personas, se proyectaba un inmueble de 3 mil metros cuadrados, que contaría con boxes clínicos, multipropósito, ginecológicos, dentales y psicológicos, entre otras dependencias, se realizado 3 licitaciones que han resultado fallidas, a pesar que su presupuesto inicial de $5 mil 800 millones se aumentó en noviembre del año pasado, en el segundo concurso, a $8 mil 100 millones, y en la última oferta a $9 mil millones.
La construcción del Cesfam Talcahuano Sur de Hualpén, que atiende a 30 mil personas y que tiene un presupuesto asignado de $9 mil millones, tampoco tuvo resultados positivos en su primera licitación.
Para el inmueble, que contará con box multipropósitos, dentales, ecografía y rehabilitación integral, entre otros, el Servicio de Salud Talcahuano abrió el 17 de abril un nuevo proceso de licitación por el mismo monto inicial. La postulación a las obras tiene como plazo máximo el 6 de junio.
Como una situación difícil calificó el director del Servicio de Salud Concepción, Víctor Valenzuela, la fallida licitación del Centro de Salud Familiar O’Higgins, pues según dijo se trata de un proyecto muy anhelado.
La autoridad dijo que ante los fallidos procesos están evaluando hacer una licitación privada (por trato directo) e invitar algunos oferentes, además de buscar la manera, junto con el ministerio (Salud), para aumentar los recursos, o bien generar boletas de garantía más blandas.
Comentó que en el marco de la tercera licitación conversó con diferentes empresas constructoras que indicaron que la falta de presentación a la licitación se debe a lo difícil que es conseguir boletas de garantía bancarias. “Una boleta en este caso debe ser entre 800 y 900 millones de pesos y los bancos no están disponibles a prestar esa cantidad de recursos”.
En la última licitación, dijo Valenzuela, las boletas de garantía se redujeron de 10% a 5% y aumentaron los plazos para que las empresas estudiaran las ofertas, pero aún así no hubo oferentes.
“Esto no es una situación propia del Servicio de Salud ni de este Cesfam (…) El mercado de la construcción está extremadamente complejo y difícil. Por lo tanto hay que buscar un camino para ver cómo podemos llegar a un precio que se pueda interesar alguna empresa, ya sea de nivel regional, ojalá, o nacional”.
El presidente regional del Colegio de Arquitectos recalcó que el mercado de la construcción, en general, desde 2021 presenta un alza de precios que frena los proyectos, tanto del mundo privado como del público.
En cuanto a las boletas de garantía, según explicó Merino, son una garantía que tradicionalmente se solicita, que actúa como una barrera de entrada para empresas que no tienen la capacidad ni el respaldo financiero para que no puedan postular. Bajar el porcentaje de la boleta de garantía, según dijo, es un riesgo. Pero probablemente aumentaría el número de oferentes.
Agregó que si se decide realizar una disminución de porcentaje de la boleta de garantía, lo más conveniente sería llamar a licitación a empresas pertenecientes al registro de contratistas con los que el mandante ya ha trabajado y que cuentan con experiencia en las obras para asegurar el correcto desarrollo de las iniciativas.
Marcelo Yévenes, director del Cesfam O’Higgins, aseveró que la construcción del nuevo recinto de salud representa una urgencia.
“En el sentido de contar con un espacio acorde a las necesidades actuales. Estamos hablando de un edificio que tenemos adaptado para un establecimiento de salud de los años 50 ó 60 que tenía otros parámetros distintos a los que se establecen hoy para la salud pública, como el metraje cuadrado por box de atención, pasillos y ventilación, entre otros”.
El municipio, según dijo, buscará la posibilidad de contar con mayores recursos para lograr la construcción del centro asistencial en la intersección de calle Las Heras con Salas donde antiguamente se ubicaba el Liceo Balmaceda, terreno que actualmente se mantiene abandonado.
En tanto, el alcalde de Hualpén, Miguel Rivera, afirmó que el Cesfam Talcahuano Sur fue construido para atender a 10 mil personas y hoy atiende a 30 mil. “Ese es el gran problema y la situación que tenemos que solucionar, que fue a lo que nos dedicamos desde que llegamos a la administración (…) Todos hablaban de que el proyecto existía, de que estaba la iniciativa, y nosotros tuvimos que volver a levantarlo, empujarlo y gestionarlo en distintas instancias”, expresó.
El jefe comunal recalcó han trabajado arduamente en lograr el proyecto, tarea que incluyó la recolección de 3 mil 500 firmas de firmas en apoyo a la iniciativa, registro que se entregó a la Subsecretaría de Redes Asistenciales, la modificación al plan regulador e, incluso, una reunión con el Presidente, Gabriel Boric , para lograrlo.
Por ello, hizo un llamado a participar en el proceso de licitación que está llevando adelante el Servicio de Salud Talcahuano por un monto de $9 mil millones , que permitirá contar con el anhelado y necesario Cesfam para la comuna, “que traerá importantes réditos sociales para nuestra comuna”, agregó.
Cabe destacar que la iniciativa, si cuenta con oferentes interesados, se desarrollará en calle Postdam, frente a la Oficina de la Inclusión, en el mismo terreno que actualmente funciona.
La falta de empresas interesadas en la construcción de los proyectos, a juicio de especialistas en el área, se debe, principalmente, a la asignación presupuestaria que tienen las iniciativas.
Luis Merino, ingeniero Civil, de la Facultad de Ingeniería de Universidad de Concepción, aseveró que la falta de oferentes para los proyectos licitados puede deberse a que los montos son muy bajos y no resultan atractivos para los postulantes, pues en algunos casos el alza de precios, costo de materiales y mano de obra no ha sido incorporada por el mandante.
Lo anterior, según dijo, provoca que los costos finales de los oferentes sean mayores al presupuesto del mandan. Por ello, aseveró, lo más sensato es aumentar los montos de las obras para licitar.
Orleans Romero, presidente regional del Colegio de Arquitectos, afirmó que desde la pandemia han visto un alza sostenida de precios que ha afectado a los proyectos en general. “El tema aquí son los presupuestos, si no se licitan las obras es porque el presupuesto no es suficiente (…) Los equipos tienen que anticiparse a la jugada y ver la viabilidad del proyecto”, comentó.
Considerando que los ministerios cuentan con un proyecto acotado para realizar una serie de iniciativas, explicó Merino, otra alternativa para lograr licitar las obras es reducir el proyecto. “En vez de hacer un Cesfam, por ejemplo, de 2 mil metros cuadrados hacerlo de mil 500 metros cuadrados, de tal manera, que se pueda ajustar el presupuesto”, dijo.
Complementó con que ante el limitado presupuesto de las entidades mandantes otra solución, que permitiría obtener oferentes, sería un proyecto y postergar otro, de tal manera, de contar con los recursos necesarios para aumentar el presupuesto.