Plan Regulador y su casi nulo efecto en los “tacos” en San Pedro de La Paz
07 de Abril 2024 | Publicado por: Pablo Carrasco
En medio de la discusión en torno a qué hacer para enfrentar la congestión vehicular al sur del Biobío, parte de las explicaciones de su origen han estado en la “permisibilidad” para construir viviendas.
Seguramente si usted transita a diario por avenida Pedro Aguirre Cerda o la Ruta 160 más de alguna vez se habrá planteado la idea que la razón de la enorme congestión vial que afecta a quienes se movilizan al sur del Río Biobío se debe al enorme crecimiento urbano que ha registrado en los últimos 20 años las comunas de San Pedro de La Paz y Coronel.
Y es que es un hecho público y notorio que en las últimas dos décadas han surgido barrios y poblaciones que antes no estaban y que han sido miles las personas que se han trasladado a vivir, en particular a la comuna sampedrina.
Y lo cierto es que ese fenómeno es verdad, pero y aunque cueste creerlo no es la razón fundamental que explica la situación que existe hoy en materia de movilidad o falta de ella, al menos así lo sostiene el propio municipio.
La tentación de encontrar a quién responsabilizar del “taco” ha llevado desde hace años a apuntar al Plan Regulador Comunal, como la herramienta que ha permitido y permite la construcción de miles de viviendas, casi sin control.
Pero lo cierto, es que de los elementos que influyen en que existan los “tacos” actuales, en esta parte de la zona, el Plan Regulador Comunal es el que menos peso tiene, como lo explicó Rodrigo Ulloa, asesor urbanista del municipio.
“Lo que pasa es que los problemas de movilidad obedecen a muchos otros factores y el Plan Regulador Comunal o los planes regulares comunales pesan muy poco en ese conjunto de factores que inciden en la congestión. Lo explico en forma simple, en los problemas de congestión vial incide: la oferta infraestructura, es decir, la oferta de calles existente; incide la forma en cómo la gente se moviliza; inciden los patrones densificación (dónde y qué se construye).
Y el problema es que los patrones de densificación es el único factor que el Plan Regulador maneja y los otros dos factores, es decir, la forma cómo la gente se mueve y la oferta de infraestructura el Plan Regulador Comunal, no incide realmente”, sostuvo Ulloa.
En este sentido, y para ser aún más claro, el representante del municipio agregó que en términos de infraestructura vial hay proyectos que llevan años esperando materializarse y que no están ni estarán nunca dentro de este instrumento de gestión territorial como lo es el Plan Regulador.
“Hay muchos proyectos que están ya en cartera de inversión desde hace muchos años para construirse, que no están mencionados ni van a estar mencionado en los instrumentos de regulación urbana, comunal y metropolitano, porque entre otras cosas, no es de su competencia mencionarlos: los pasos desnivelados (de la línea férrea), la Costanera (Sur) del río Biobío, la ruta Pie de Monte son iniciativas que están ya en cartera de inversión y no están en el Plan Regulador comunal ni metropolitano”, planteó el asesor urbano.
El Plan no tiene culpa
Una mirada similar, aunque con algunos matices tiene el arquitecto y urbanista Sergio Baeriswyl, quien además ha sido protagonista al participar de proyectos que generaron cambios en el espacio urbano del Gran Concepción, como lo fue el Plan Ribera Norte y haber estado asesorando y encabezando distintos espacios público-privados a nivel nacional, relacionados precisamente con infraestructura y vivienda.
Desde esa experiencia, el actual docente de la Universidad del Biobío, es claro en señalar que el problema en el Caso de San Pedro de La Paz y en menor medida en Coronel, no es el Plan Regulador, si no el retraso en la inversión pública que acompañara el crecimiento demográfico de estas comunas.
“El plan no es el problema, el problema es que la infraestructura comprometida en su minuto por los organismos públicos como era mejorar avenidas, ensanchar, construir un cuarto puente, construir otros puentes o habilitar de infraestructura sanitaria o mejorar las redes de equipamiento, llegar con los servicios, eso es aparentemente lo que se acopló en el caso de San Pedro de La Paz y Coronel”
“Las comunas hicieron lo que plantearon en sus Planes Reguladores (habilitar suelos para la construcción de viviendas y equipamiento) que estaban comprometidos con infraestructura pública de otros servicios, que no es el Plan Regulador, sino que, del ministerio de Obras Públicas, del ministerio de Transportes, de Ferrocarriles y el ministerio de la Vivienda que han ido lamentablemente, varios años más desfazados que el crecimiento”.
“Entonces, la culpa no es del Plan, la culpa es de quienes tienen que cumplir con los compromisos de infraestructura que están considerados en los planes (Reguladores) y que, si se hubiesen considerado oportunamente, no tendríamos ninguno de los problemas que tenemos ahora”, afirmó Baeriswyl.
Y los casos para ejemplificar esta realidad abundan en nuestra zona, continuó el ex presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) entre 2018-2022.
“El Puente Industrial estaría hace ya varios años construido, el Puente Bicentenario estaría funcionando hace aproximadamente hace 10 años atrás. La Ruta 160 se empezó a conversar de su mejoramiento hace aproximadamente 15 años y todavía no se arregla, los desniveles que se están planteando para mejorar algunos cruces vienen siendo conversados hace aproximadamente una década y ahora recién el Serviu ha dicho que aparentemente va a empezar una desnivelación, afirmó Baeriswyl.
¿No más viviendas?
Pero ¿se puede detener el crecimiento urbano? o en otras palabras ¿se puede prohibir la construcción de nuevos conjuntos habitacionales, sean estos casas o edificios en una comuna, de modo de limitar por esta vía nuevas personas se sumen a un determinado territorio? La respuesta es sí, pero lo aconsejable es no hacerlo.
Y las razones para no hacerlo las entregan nuevamente desde el propio municipio Sampedrino, como lo aseveró Rodrigo Ulloa, quien además agregó que la actual administración quiere revisar los denominados patrones de densificación, es decir, qué, cuánto y dónde se puede construir en el territorio comunal.
“El municipio tiene la intención de revisar los patrones de densificación, tiene la intención de hacerlo y tiene la intención de hacerlo lo más pronto posible, no lo quiere postergar. El problema que tiene que hacerse en forma responsable, porque al final cuando uno analiza la historia, por ejemplo, del desarrollo urbano en Chile, en el mundo y en América Latina en especial, cuando uno artificialmente restringe en el Plan Regulador Comunal el crecimiento de la ciudad, lo que uno estimula es un mercado negro de suelo y de vivienda”.
“Entonces, si esa demanda de suelo, si no está recogida, reconocida en los instrumentos planificación ocurre igual y ocurre en la forma como está ocurriendo, que es a través de la ocupación irregular del suelo con las tomas. Por eso que hay que ser súper responsable en eso”, expresó el asesor urbanista del municipio.
En esta mirada también coincide Baeriswyl, quien entiende, que en este punto los planes reguladores no siempre han tendido la capacidad de disponer suelo para la construcción de vivienda y que prohibir por decreto el crecimiento de la ciudad, en la práctica no sirve.
“La toma de terreno en el fondo y el déficit habitacional en parte tiene como responsabilidad la incapacidad de los Planes Reguladores de habilitar suelo para poder acceder a la vivienda. Nadie ha discutido mucho esto en general, porque es un poco técnico, pero si uno profundiza al haber poca oferta de suelo, lo que pasa es que los precios suben mucho y por otro lado, las posibilidades de desarrollar conjuntos habitacionales que son, obviamente con recursos públicos que son escaso, se hace tremendamente difícil. Entonces, no porque el Plan Regulador diga que no va a crecer la ciudad va a dejar de hacerlo, la ciudad va a crecer igual, pero lo va a hacer de manera informal”.
La necesidad v/s la norma
Precisamente, la demanda de suelo para vivienda que generan las propias personas en su deseo de estar cerca de sectores más urbanizados, más centrales y cerca de las fuentes de empleo lo que haría, en la práctica, fracasar cualquier intento por limitar completamente el crecimiento urbano de una comuna y en especial de los espacios para construir vivienda como lo nuevamente mediante el ejemplo, lo argumenta el asesor urbanístico de la municipalidad de San Pedro de La Paz.
“Si yo tengo trabajo en Concepción centro y gano 600 mil peso o 700 mil pesos -qué es lo que la mayoría de nuestros ciudadanos perciben- uno no les puede relegar a Lota, donde el suelo es más barato para que vayan a vivir allá. Esas personas buscan un lugar cercano para vivir, porque tienen un trabajo que está en Concepción, en Hualpén, en Talcahuano, en San Pedro de La Paz”.
“Entonces, ese fenómeno de búsqueda de vivienda, es un fenómeno del cual hay que hacerse cargo. Uno no puede negar ese espacio de suelo a las personas que trabajan en el centro de Concepción, Talcahuano”, expresó Ulloa.
Por ello, el concepto de planificación territorial pareciera retumbar con fuerza a la hora de tratar estos temas, que van entrelazados y que obligan a estar constantemente mirando opciones que puedan dar respuesta a dos necesidades básicas de las personas: transporte y vivienda, complementó Sergio Baeriswyl.
“En la informalidad hoy día de crecimiento de las ciudades hay una responsabilidad estructural general de incapacidad de los instrumentos para poner a disposición más suelo y en valores adecuados para proyectos habitacionales. Por eso actualmente el Plan de Emergencia Habitacional (del gobierno) lo que está haciendo es comprando suelos, transfiriendo suelo público al Minvu para que se pueda construir”.
Así encontrar el punto de equilibrio resulta ser lo más complejo, como lo planteó a modo de conclusión Rodrigo Ulloa, mirando nuevamente la realidad de la comuna Sampedrina.
“Es cuestión de ver lo que nos está ocurriendo en todos lados. Acá en San Pedro de La Paz ya nos está ocurriendo eso. Por eso es tan importante en ser súper responsable en la revisión de los patrones de densificación, porque el remedio puede terminar siendo parte de la enfermedad”, añadió el representante municipal.
En tanto, Baeriswyl concluyó reiterando que lo que se vive al sur del Biobío es el ejemplo del desalineamiento entre la inversión pública en términos de infraestructura y lo propuesto por los instrumentos de gestión territorial.
“Los planes reguladores son un tablero de ajedrez, con muchas piezas, pero quien mueve las piezas son las autoridades que toman decisiones y que disponibilizan los recursos para que la estrategia se pueda concretar. Entonces, yo lamento mucho, pero es un caso emblemático el de San Pedro de la Paz, de Coronel, en donde el Plan Regulador no es el problema, el Plan Regulador estableció toda la infraestructura para poder desarrollar su estrategia (de desarrollo), pero la inversión pública está más de 10 años atrasada, yo diría que fácilmente 15 años en términos sistemáticos de inversión”, cerró.