Próxima a cumplir 141 años de vida, la Bomba Penquista aguarda el fin del proceso de licitación del Estudio de Arquitectura que determine las opciones para avanzar hacia el diseño de las nuevas dependencias con recursos del Gobierno Regional.
Esta es una de esas historias que cuesta entender por qué se ha extendido por casi una década y media y aún le queda a lo menos un par de años para terminar.
Y es que al igual como ha ocurrido en otros casos, en el ámbito de la educación o de la infraestructura vial, la situación del cuartel de la Primera Compañía de Bomberos de Concepción da para fruncir el ceño.
Esto porque tras los severos daños provocados por el terremoto de 27 de febrero de 2010, las instalaciones ubicadas en calle Salas 347– al lado del edificio donde funciona la Primera Comisaría y Prefectura de Concepción- quedaron en muy malas condiciones, tanto que durante un tiempo se pensó que eran inhabitables, pero pese a que aquello no fue así, el cuartel requiere ser reconstruido.
El problema es que el proceso para concretar el anhelado proyecto ha enfrentado una serie de dificultades. Existen recursos aprobados por el Gobierno Regional hace años y el municipio de Concepción quedó a cargo de llevar adelante el proceso de llamado a licitación para los estudios de arquitectura y posterior construcción del nuevo cuartel, pero esto no ha prosperado.
Hubo un proceso fallido por desavenencias con la empresa seleccionada para el diseño de la nueva infraestructura, finalmente el dinero asignado debió ser devuelto al Gore, al no poder ejecutarse el proyecto, y Bomberos debió ir con una nueva iniciativa al Gobierno Regional para volver a obtener el financiamiento necesario.
En la actualidad, está en curso una licitación para encontrar empresas que desarrollen el proyecto de arquitectura, que deje un paso más cerca a la Primera Compañía de tener una nueva casa, como lo indicó Werner Hohf, superintendente de Bomberos de Concepción.
“Es desarrollar la arquitectura y todas las especialidades para tener saber qué cosas se podría construir en ese terreno y con ese proyecto de arquitectura y especialidades posteriormente a salir a licitar su construcción”, sostuvo la autoridad bomberil.
“Ese proceso le fue encargado como unidad ejecutora técnica a la Municipalidad de Concepción y ellos tienen en este minuto en su poder el desarrollo del proyecto y ¿En qué etapa están? Ellos acaban de llamar a empresas de arquitectura a presentar ofertas, respecto de la cotización de -vuelvo a señalar- del proyecto de lo que es diseño, arquitectura, planos, especificaciones, etcétera”, agregó.
A veces la memoria es frágil, así reza una frase popular, que le viene como anillo al dedo a lo que se vive en torno al cuartel de la Primera Compañía de Bomberos de Concepción, que el próximo 13 de abril cumplirá 141 años de existencia.
Y en este casi siglo y medio de vida han sido tres sus emplazamientos donde los terremotos también han marcado el paso del tiempo. Originalmente, el primer cuartel estuvo en calle Aníbal Pinto al llegar O’Higgins, donde hoy funciona un banco.
Desde ahí se trasladó también a las inmediaciones de la Plaza de Armas, porque estuvo instalado el cuartel a un costado de la Catedral de Concepción, por calle O’Higgins, entre Caupolicán y Rengo, a la altura donde hoy se encuentra la escultura de Condorito. Ahí estuvo hasta que el terremoto de 1939 los obligó a buscar una ubicación, que terminó siendo el actual inmueble de calle Salas.
Apellidos como Blackburn, Rubin de Celís, Berg, Urbistondo, Stuven, Pimentel, Bordeu, Maudier, Rojas, Jackson, Galindo, Morales, Rueff, Gabler, López, Sanhueza, Lamas, Corral, Bunster, Pauty, Fernández, Serrato, Andurandeguy, Hulín, Federler, Gajardo, Lacourt, Naveillan, García, Vásquez, Mulgrew, Armstrong, Spoerer, Sthamer, Meza, Soffia, Michaelis, Greene y Castro están en la historia de la fundación de la Bomba Penquista.
Todos vecinos de la ciudad que conmovidos por los enormes incendios ocurridos en Santiago y Valparaíso y particularmente por el registrado el 3 de marzo de 1883 en la maestranza de ferrocarriles en Concepción, donde trabajadores y pobladores asumieron la labor de combatir las llamas, terminaron dándole el empujón que faltaba a la iniciativa de crear un cuerpo de bomberos.
Es por esto que el propio Superintendente Hohf subraya la importancia de tener un espacio adecuado para el desarrollo de su voluntariado.
“Tener una sede es muy relevante y no es cualquier lugar: debe tener espacio para guardar el material mayor, los carros y el material menor, las herramientas que se ocupan en los carros, también donde hacer el aseo de ese material y también el entrenamiento”.
“Hay academias en que hay que hacer reuniones. Somos una organización social que dentro de su reglamento establece que debe tener una asamblea general de sus voluntarios una vez al mes y para todo eso se requiere una sede que, para una compañía que tiene casi 100 voluntarios, no puedo ser pequeña. Entonces, esa es la realidad de porqué necesitamos un cuartel”, planteó
Y efectivamente en la actualidad la Primera Compañía de Bomberos de Concepción cuenta con 90 voluntarios activos. De ellos, 35 son honorarios, mientras que otros 55 están para atender las emergencias, entre ellas 4 mujeres, que, a pesar de las malas condiciones generales del cuartel, cuentan con un espacio separado para pernoctar y, de hecho, en la actualidad se trabaja en terminar de habilitar un baño, el que debió ser sometido a reparaciones.
La Bomba Penquista, como es conocida la Primera Compañía, tiene como especialidad la extinción de incendios, es decir, es una “bomba de agua”, pero además cuenta con las subespecialidades HazMat o Materiales Peligrosos y la de Rescate Vehicular, por lo que, junto al hecho de esta ubicada en centro de la ciudad, hace que esté constantemente siendo requerida, como lo aseguró Rodrigo Toledo, director de la Primera Compañía.
“Somos la segunda compañía con más salida (a emergencias) del Cuerpo de Bomberos de Concepción, así que eso indica que estamos operativos, que el personal está comprometido, aunque estemos en una casa dañada, pero no importa cuando se quiere servir y se quiere prestar ayuda a quienes lo necesitan. Mientras la casa esté limpia y ordenada. Este es el compromiso de los Bomberos, lo vamos a hacer, pero sí, obviamente, es importante tener una casa que esté de acuerdo con lo que nosotros necesitamos y al servicio que prestamos”, explicó.
Y en este sentido, Toledo sabe que lo que viene en este proceso de lograr tener el proyecto de arquitectura del nuevo cuartel y pasar luego a la etapa de demolición y construcción de las nuevas instalaciones va a requerir paciencia, más tiempo y un traslado de al menos un par de años para volver, ojalá lo antes posible a su nuevo cuartel, algo que no se ve antes de unos tres años, en el mejor de los escenarios.
“Duro va a ser cuando tengamos que irnos porque van a ser un año de construcción, a lo menos, donde nos vamos a ir a otro cuartel o a un terreno con contenedores, y ahí sí que las condiciones van a ser un poquito más complicadas. Y ahí tenemos que estar más motivados y más encantados de prestar servicio, aunque sea de un contenedor o una mediagua, lo importante es el servicio, el servicio que prestamos a la gente”, cerró el representante de la Primera Compañía Penquista.