Directora del Hospital Las Higueras: “Estos cargos generan expectativas y aprensiones en un medio eminentemente masculino”

08 de Marzo 2024 | Publicado por: Ximena Valenzuela
Fotografía: Cedida Hospital Las Higueras

La directiva del centro de salud porteño, Patricia Sánchez, aseveró que no siente que se debe validar por ser mujer, sino que por su gestión. “Hay un estigma de que las decisiones complejas las mujeres las tomamos más de la emocionalidad que desde lo racional y, en consecuencia, debemos justificarlas más”, aseveró.

En el Día de la Mujer una de las representantes destacadas de la zona es Patricia Sánchez Krause. A sus 58 años es la directora del Hospital Las Higueras, uno de los centros asistenciales más importantes de la Región.

La anestesiólogo y paliativista, egresada de la Universidad de Concepción y formada como anestesióloga en el Hospital San Borja Arriarán, no sólo es madre, de una menor llamada Catalina, sino que también de la toma de decisiones y guías relevantes del centro de salud local.

-¿Cómo ha sido el trayecto recorrido para llegar a ser directora del Hospital Las Higueras?

Mi vida profesional se ha desarrollado prácticamente en su totalidad en Hospital Las Higuera, al llegar en 1994 como médico anestesiólogo. Ejerciendo posteriormente los cargos de jefa de Anestesia y de la Unidad de Cuidados Paliativos , formada como anestesióloga en el Hospital San Borja

En 2014 fui elegida como presidenta del capítulo médico del hospital. A fines de 2015 me ofrecieron la oportunidad de asumir la subrogancia como directora del hospital, cargo al que postulé por alta dirección pública el año 2017, actualmente estoy iniciando mi tercer periodo como directora.

-¿Qué diferencias observa en su liderazgo femenino? ¿Considera que existe algún matiz distinto y cómo logra validarse en su área laboral?

Estos cargos presentan desafíos permanentes, al principio el ser la primera mujer directora del establecimiento generó expectativas y sin duda también aprensiones en un medio eminentemente masculino, como es, aún el día de hoy, la alta dirección pública.

A esto se suma, en mi caso particular, la escasa experiencia previa. Sin embargo, conté siempre con el apoyo del equipo directivo al que me integré, casi todos varones, con amplia trayectoria, así como de mi jefatura directa y una comunidad hospitalaria, eminentemente integrada por mujeres, muchas de las cuales se sentían representadas en mi rol.

No sabría decir si todo liderazgo femenino tiene matices distintos. Desde mi experiencia, compartiendo a lo largo de estos años con cada vez más mujeres en cargos de responsabilidad dentro de la institución, como subdirectoras, jefas de servicio y dirigentas gremiales (…) destaco su capacidad de tomar decisiones, sobre todo, en momentos de crisis, el tratar de ser convocantes, llegar a consensos y, el trabajar constantemente por humanizar la atención en salud entre otros.

En lo particular he trabajado, y lo sigo haciendo, en hacer una gestión que integre a los distintos actores del quehacer hospitalario, gremios, funcionarios, usuarios y nutrirme de sus visiones y aportes. Queda mucho por crecer en ese sentido, más tengo la convicción que es la senda correcta para una gestión que dé respuesta a las necesidades de todos.

No siento que uno deba que validarse constantemente por ser mujer, a una la valida su gestión. Sin duda hay situaciones y vivencias que hacen reflexionar en relación a eso, como, por ejemplo, el estigma, de que las decisiones complejas las mujeres las tomamos más desde la emocionalidad que desde lo racional y en consecuencia debemos justificarlas más.

– ¿Considera que sigue existiendo inequidad laboral y en el entorno? ¿Cuáles siguen siendo los desafíos a futuro en la equidad laboral en general y, específicamente, en el área que trabaja?

Creo que la inequidad laboral en un medio como la salud en que se desempeñan mayoritariamente mujeres se da más que nada frente a roles sociales asignados a la mujer los que aún están en un lento cambio.

La “doble presencia” que la obliga a la trabajadora a asumir además el cuidado de casa, hijos padres, entre otros, hace que muchas vean truncadas su desarrollo profesional y, obviamente, que duden ante la posibilidad de asumir cargos de responsabilidad y/o directivos que exigen una disponibilidad prácticamente permanente, 24/7, y en consecuencia sentir que afectan su vida familiar, de pareja etcétera.

Tenemos mucho que avanzar en ese sentido, tanto en compartir tareas fuera del trabajo, como en adecuar este último para que la conciliación de trabajo y vida familiar no sea un escollo que deban salvar sólo las mujeres.