Investigadora de la Universidad Estatal de Arizona explicó los beneficios del uso de realidad aumentada, realidad mixta y realidad virtual en la educación superior, en charla efectuada la UCSC.
Cambiar por completo la forma de entender y relacionarse con el mundo, para acceder a nuevas posibilidades en el aprendizaje, es lo que proponen las tecnologías inmersivas que buscan ofrecer experiencias digitalizadas para llevar a la pedagogía a nuevos niveles. Así lo explicó la investigadora de la Universidad Estatal de Arizona, Dra. Mina Johnson-Glenberg, quien expuso sobre los Principios del Diseño XR (Realidad Extendida), en una charla en la Facultad de Educación de la UCSC, desarrollada en el marco del proyecto Fondecyt Regular 12311136, “Tymmi 2.0”, liderado por la Dra. María Graciela Badilla como investigadora principal.
Realidad aumentada, realidad mixta y realidad virtual son las tecnologías que forman parte de la Realidad Extendida, cuyos usos en la educación superior ha demostrado, de acuerdo a la Dra. Mina Johnson-Glenberg, ser una oportunidad para aportar dinamismo y motivación al proceso de aprendizaje.
“Uno de ejemplo de estudio de realidad virtual más reciente con aprendizaje biométrico y metacognición es el juego que desarrollamos enfocado en ingeniería, que diseña amortiguadores de masa sintonizados. Es un área muy específica del conocimiento, pero las tecnologías inmersivas pueden ser usadas en las distintas áreas del conocimiento”, explicó la especialista, quien en 2014 fundó Embodied Games, empresa que crea contenido STEM (Ciencia, tecnología y Matemáticas) para estudiantes mediante el aprendizaje con tecnología de punta.
A juicio de la Dra. Mina Johnson-Glenberg uno de los principales beneficios de introducir el uso de las tecnologías inmersivas en la práctica pedagógica está en que los estudiantes aprenden y retienen más el conocimiento adquirido.
“En mi laboratorio hacemos varias cosas. Una es que creamos la tecnología, la diseñamos y construimos con programadores, y luego vamos a las escuelas y probamos su eficacia. Nos interesa hacer ambas cosas, diseñar, pero también medir los resultados, ver qué funciona y qué no, y luego esas cosas que no funcionan, cambiarlas y volver a intentar, como parte de un ciclo”, señaló la investigadora.
De acuerdo a lo anterior es que para la expositora la Realidad Extendida se trata de un escenario con potencial de crecimiento: “Creo que las tecnologías inmersivas están a punto de despegar, sobre todo la realidad aumentada. Y tenemos mucho más poder de procesamiento ahora con la llegada de la IA, siendo capaces de ayudar a los estudiantes a situarse en el tipo correcto de tecnologías que deberían utilizar. Espero ver una verdadera explosión de la tecnología inmersiva, ya sea la realidad aumentada con manos libres o la realidad virtual con auriculares de 360 grados. Además, creo que los precios de los instrumentos para estas tecnologías van a bajar y se usará más”.
La exposición de la investigadora de la Universidad Estatal de Arizona se vincula al desarrollo e implementación del proyecto Fondecyt Regular «Tymmi 2.0: Experiencias sincrónicas y asincrónicas para favorecer el aprendizaje y las prácticas pedagógicas efectivas en escenarios desafiantes de post pandemia a través de tecnologías y modelos pedagógicos en mundos inmersivos», que se relaciona con temas de realidad virtual, mixta e inmersiva.
Según explicó la Dra. María Graciela Badilla, responsable del proyecto, académica de la Facultad de Educación y Vicerrectora Académica de la UCSC, una de las variables más importantes al momento de plantear el uso de la Realidad Extendida es la ganancia del aprendizaje, aspecto abordan en conjunto con la que Dra. Mina Johnson-Glenberg en el proyecto Tymmi 2.0.
“Lo que hace es medir qué tanto aprendizaje los estudiantes tienen antes de comenzar un proceso de intervención educativa y luego al finalizar con el uso de aplicaciones de realidad virtual, mixta o inmersiva, y ver si el conocimiento se retiene con el uso de ese tipo de aplicaciones. Lo que hemos visualizado es que este tipo de tecnologías se puede usar en la formación de estudiantes de otras áreas, como medicina o ingeniería, entre otros, por lo que el uso de este tipo de tecnologías es inmenso, no hay límites para ver cómo incorporar y mejorar los procesos de formación de futuros profesionales en Chile”, añadió la Dra. Badilla.