Expertos locales explican que el estilo arquitectónico de la urbe se ve amenazado por la polución óptica, desde la invasión publicitaria hasta la poca lógica al momento de construir estos espacios.
Por Montserrat Serra Cárdenas
La estética es esencial para un lugar. Se relaciona con la naturaleza, el gusto y la expresión personal de la belleza. De acuerdo con la RAE, se define como “armonía y apariencia agradable a los sentidos desde el punto de vista de la belleza”. La unión entre estos ámbitos permite que los ciudadanos disfruten y se vinculen con su entorno, encantándose visual y sentimentalmente con los espacios. Así lo describe la academia.
Sin embargo, casos como el exceso de cables de electricidad, publicidad que obstruye la estructura de los edificios patrimoniales y la poca preocupación por recuperar un estilo arquitectónico perjudican a quienes se relacionan con estos lugares. Lo anterior, se denomina como contaminación visual y Concepción es foco de preocupación por parte de especialistas locales.
La arquitecta y doctora en urbanismo y ordenación del territorio, explicó que este tipo de polución “se entiende como todas las afectaciones físicas que interfieren en la visibilidad de un espacio habitable”.
Comentó que, en el espacio citadino generalmente “se asocia a la existencia de cables aéreos, carteles publicitarios, elementos superpuestos en edificios o en espacios públicos”. Desde afiches, anuncios y hasta la presencia de palomas producen este tipo de contaminación visual y también acústica.
Estas situaciones afectan la imagen de la ciudad, y aunque no lo parezca, el bienestar de los seres vivos también. “Afecta la visual de la zona, porque satura el espacio, produce efectos ambientales nocivos, por ejemplo, para las aves”, señaló la arquitecta.
“También constituye un riesgo para las personas en situaciones específicas, como las lluvias, los vientos, incendios, etc.”, añadió Mabel. Actualmente, no existe alguna ley en Chile que regule la presencia de elementos atrofian la visual, “aunque hay un proyecto en el congreso para regular el retiro de cables en desuso”, reconoció Alarcón.
El arquitecto Luis Darmendrail especificó respecto a algunas situaciones de contaminación visual que se dan en la ciudad. Destacó la polución visual y acústica. Estos problemas afectan no solo a la ciudadanía, sino que también perjudica el cómo apreciamos el paisaje urbano y el no poder vivir de manera tranquila.
Darmendrail manifestó que “destacaría dos temas particulares, que tienen que ver con que hay demasiados cables que ensucian las calles del centro y al mismo tiempo los letreros”.
“Estos carteles pasan a llevar la arquitectura, y puede que para muchas personas sea irrelevante, pero esa es la esencia de la ciudad”, analizó el arquitecto. Y es que estamos hablando que Concepción contiene un patrimonio arquitectónico notable muy diverso de diferentes épocas.
“Destaco lo que sucede en el paseo peatonal que posee una colección de edificios interesantes, ya que se combina la vivienda con el comercio”, mencionó Luis. También sostuvo que “un ejemplo de cómo afecta la polución visual a la arquitectura es en la galería Martínez, una de las galerías más antiguas y que contiene un letrero original, pero no se puede ver, porque hay otros elementos sobrepuestos”.
“Otro ejemplo que presenta el mismo problema son los edificios ubicados en Aníbal Pinto. El tramo que corresponde al paseo entre Barros Arana y Maipú yendo hacia Los Carrera”.
Explicó que existen otras temáticas, como “el maltrato al paseo peatonal, el comercio ambulante, asientos, árboles, postes, etc., en donde no ha habido una claridad al momento de planificar”.
“En el centro de Concepción yo siento que se han puesto cosas por ponerlas. No existe una lógica de entender cómo pudiese funcionar un espacio de estas características”, expresó Darmendrail. Acotó que “las bancas necesitan de iluminación, ésta requiere un diseño que tiene que nacer y relacionarse con lo que está alrededor. Al final esa cadena parte del paisaje urbano se pierde”.
Otro tema que da que hablar son los cables en desuso que se acumulan entre los postes. “Obras como el Caracol o la ferretería La Sierra se ven visualmente obstruidas por las marañas de cables”, comentó Luis.
“Nos damos cuenta de que en realidad queda mucho por hacer en temas de construir una ciudad armónica”, agregó. Finalizó diciendo que “esto conlleva a pensar la ciudad desde un punto visual, ¿Qué queremos mostrar en Concepción?, ¿Cómo vamos a establecer un patrón de orden para así disfrutar las actividades diarias?”.
Mabel Alarcón detalló que una de las medidas para controlar, fiscalizar y mitigar la contaminación visual en la ciudad es creando normativas por parte del municipio. “Crear una ordenanza local que regule este problema y hacerlo exigible a las empresas que prestan servicios (eléctrica, telefónica, cable, etc.), además de los comercios y servicios”, explicó la arquitecta.
Es así como otras municipalidades a lo largo del país han logrado generar un equilibrio armónico visual frente a esta problemática. “La municipalidad de San Pedro de Atacama lo hizo hace más de 20 años, demostrando que sí es posible”, concluyó Alarcón.
Estas medidas demuestran el compromiso de las casas edilicias de proteger la arquitectura y patrimonio que forma parte importante de la esencia de los espacios públicos.