Mosaico vítreo: el tesoro arquitectónico escondido en Concepción

06 de Febrero 2024 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Carolina Echagüe M.

Esta joya patrimonial relata y demuestra décadas de transformación urbana y expresión artística. Sin embargo, actualmente enfrenta el desafío del olvido.

Por Montserrat Serra Cárdenas

Existe un patrimonio escondido en Concepción, el cual nos observa cada vez que caminamos por las calles de la ciudad. Muchas veces no somos conscientes de que las construcciones de la zona también nos hablan, relatando años y años de historias y experiencias.

Diversos estilos han adornado las fachadas de casas, edificios públicos y educativos, pero pocos de ellos se han mantenido. Hay documentación que avala que es importante conocer nuestro entorno y saber sobre las memorias que guarda la ciudad. De esa forma creamos una identidad y acercamiento con los elementos citadinos.

Así lo es el caso de las construcciones con un material llamado mosaico vitreo, parte del patrimonio arquitectónico de Concepción.

Historia

El mosaico vítreo, como su nombre lo indica, tiene una raíz de vidrio tinturado, el cual pasa por un proceso de consolidación en cada pieza y se le añaden colores a partir de diversos pigmentos. Este material fue muy popular durante las décadas de los 50 y los 70, casi llegando a los 80 en Chile. Llegó a través de catálogos de venta disponibles en medio de comunicación o revistas de arquitectura.

Se ocupó en gran parte del mundo, pero cuando llegó a nuestro país se adaptó muy bien en un contexto donde la arquitectura estaba cambiando.
El arquitecto Luis Darmendrail comentó que “todo esto pasó específicamente cuando el movimiento moderno se estaba transformando y comienza a incorporar otros diseños y componentes”.

Por supuesto, también se agregan elementos plásticos, como murales u otras contexturas artísticas en la arquitectura.
El mosaico vítreo comenzó a masificarse, ya que fue muy bien recibido por los arquitectos chilenos de esa época, incorporándolo en edificios públicos, religiosos, educacionales, industriales, etc.

Esta popularidad determinó la creación de fábricas del mismo material. La empresa más conocida fue Muriglass, junto a otras más que se encargaban de producir los mosaicos. En paralelo, aparecieron otros materiales, como la cerámica que se empezó a utilizar en conjunto con los mosaicos de forma extendida en las edificaciones.

Así la ciudad comenzó a tomar color, dotando a los edificios de un estilo único y dinámico para los ojos de los penquistas. “El mosaico vítreo también formó parte de un momento en el cual el arte se incorpora en la arquitectura”, indicó Darmendrail.

Con esto, podemos encontrar murales, como mural de las Tres Pascualas en la galería universitaria. “Es una notable expresión artística y plástica donde vemos una combinación de relieve desarrollado en cerámica mayólica y, al mismo tiempo, una base de mosaico vítreo y cerámico”, explicó el arquitecto.

Agregó que “también se puede encontrar en la ciudad de Coronel con el mosaico de Roser Bru y Clotilde Pérez ubicado en un liceo”.

Mosaico vítreo en Concepción

En la comuna hay una notable incorporación de este material. Estos van desde construcciones residenciales, industriales hasta educacionales.

“El edificio residencial Empart, ubicado en la esquina de la calle San Martín con Aníbal Pinto hecho por el arquitecto Iván Godoy incorpora en toda su altura un cuerpo central de coloridos mosaicos”, señaló Luis. No hay certeza de cuántos colores se utilizaron realmente para ese diseño, pero fue una innovación total para la arquitectura residencial en Concepción en el año 1950.

Después del terremoto de 1960, donde la ciudad se modernizó aún más, diversas edificaciones comenzaron a incorporar estos diseños a su estilo arquitectónico. “Arquitectos como Santiago Roy y Ricardo Hempel lo utilizaron en obras como el Club Alemán ubicado en Avenida O’Higgins entre Lincoyán y Rengo”, contó Darmendrail.

Pero uno de los principales encargados de masificar la integración del mosaico vítreo fue el arquitecto Jorge Labarca. “Se destaca, por ejemplo, la cooperativa Biobío, que es el conjunto de casas en Av. Pedro de Valdivia, casi llegando al inicio del Parque Ecuador”, comentó el arquitecto.

“También lo podemos visualizar en construcciones públicas, como el edificio de ChileAtiende o Fonasa”, agregó.

“Esta obra del arquitecto Carlos de la Barra y que en su tiempo fue totalmente revestida de mosaico vítreo blanco, se combinó con cerámicas azules, blancas y patrones florales. Fue muy interesante”, acotó Luis.

Y es que, por si fuera poco, también poseen este diseño las edificaciones educacionales. “El Liceo Insuco en Caupolicán con esquina Cochrane. Gran parte de su fachada cuenta con mosaicos vítreos”, añadió Darmendrail.

El emblemático Liceo Enrique Molina Garmendia también posee un revestimiento de dicho material, mezclado con otros elementos cerámicos. Este estilo se adaptó en varias ocasiones. Uno de esos procesos fue gracias a Luz Sobrino, la primera mujer arquitecta de Concepción.

En casos como el edificio ubicado en Cochrane #590, obras en calle San Martín con Aníbal Pinto, Colo Colo y Castellón también podemos ver la combinación de mosaico vítreo con cerámica, legado de Luz Sobrino.

Pérdida del patrimonio

El mosaico vítreo fue un material muy importante en su época, pero el tiempo pasa y de algún modo la gente no le tomó el valor correspondiente. En muchos casos, lo tildaron de anticuado, no acorde con los tiempos y así la comunidad los sacó, raspándolos o pintando sobre ellos. Claramente esto trajo consecuencias, ya que lamentablemente se eliminó gran parte de la presencia del mosaico vítreo en las construcciones.

Sin embargo, recientemente han aparecido nuevas miradas respecto a la preservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Investigaciones hechas por historiadores y arquitectos que se encargan de preservar y masificar la importancia de estos diseños históricos.
El grupo Teselapedia, del cual Luis Darmendrail es parte también, cumple este rol. Este nació por la necesidad de dar a conocer a la comunidad el valor de este material.

Es importante informarse y cuidar no solo este elemento, sino que el patrimonio arquitectónico de Concepción en general. Con esto se fomenta el desarrollo del aprendizaje y creatividad en la arquitectura, lo que nos permite formar una identidad y sentido de pertenencia con la ciudad en la que vivimos.