Trabajadores del turismo de Lenga y Ramuntcho ve con optimismo la adquisición de este embarcadero, que podría resolver problemas de seguridad y permitir regularizar su actividad.
Por Montserrat Serra Cárdenas
La licitación de un muelle flotante en la playa Ramuntcho suena como una atractiva solución para realizar cabotaje de pasajeros. Esta propuesta se estaba poniendo sobre la mesa desde antes de la habilitación de este espacio para el baño en la actual temporada estival. Y es que se encuentra en pleno proceso de licitación, transformando esa posibilidad cada vez más cerca de hacerse realidad.
El proceso impulsado por la Municipalidad de Hualpén pretende la adquisición de un muelle de embarque para poder de forma más segura a quienes disfrutan de los viajes en lancha. La convocatoria se encuentra abierta en su fecha de acto de apertura técnica y económica. La oferta contempla un monto de 16 millones de pesos.
La necesidad de contar con este espacio de desembarco nace desde los operadores turísticos de Lenga y Ramuntcho que se dedican al paseo de veraneantes por las costas de estos destinos. Al no contar con las correctas medidas de seguridad para esta actividad, las Capitanías de Puerto autorizaban paseos alrededor de ambos lugares.
Esto, porque si el bote se acercaba al borde costero, podrían ocurrir accidentes con los bañistas. Otra de las explicaciones era que el espacio de la playa de Ramuntcho es muy pequeño para hacer descenso de personas y la prioridad la tienen quienes van a disfrutar del agua.
Los trabajadores turísticos aseguraron que son prudentes al desembarco, avisan la llegada y la velocidad del bote es adecuada al pasear por el balneario y llegar a la orilla. Comentaron que, la prohibición de hacer cabotaje de pasajeros les afectaba directamente, ya que no les permite seguir sus actividades con regularidad, perdiendo ingresos.
Sin embargo, con este proceso de licitación, se visualiza una resolución ante esta problemática y necesidad vacacional.
José Hermosilla, trabajador de la agrupación de turismo y botes de Lenga comentó acerca de esta iniciativa.
“Para nosotros es un avance, pero es una solución tardía para este año. Para la otra temporada va a servir, porque vamos a comenzar con todo al principio”, expresó José.
Se mostró un poco acomplejado, ya que este año desde el municipio y Capitanías de Puerto les prohibieron desembarcar en las orillas costeras, dificultando su trabajo. “Hemos tenido complicaciones con los marinos, porque si a alguien de nosotros nos pillan descendiendo público en las playas, nos pasan partes y hasta nos pueden quitar los permisos de operación”, indicó Hermosilla.
A pesar de eso, los operadores debieron seguir trabajando. “Si no hiciéramos el desembarque, no hubiéramos tenido ingresos este año”, contó el dueño de embarcación.
“Estas actividades no son inseguras, aquí siempre tenemos todos los cuidados y actualmente estamos trabajando con rampas autogestionadas igual que en otras playas”, detalló el hombre.
“Con la prohibición, quedamos de manos atadas, porque ejercemos nuestra labor ahora en verano. En marzo los niños vuelven a clases, la gente a sus trabajos entonces no es el mismo ritmo”, expresó José. Y es que desde marzo siguen trabajando, pero solo los fines de semana y no se opera con la misma regularidad que en la temporada estival.
“Como agrupación sí hemos sentido el apoyo por parte de la municipalidad, pero es un sentimiento contradictorio, porque generan instancias de ayuda, pero al mismo tiempo nos sentimos como delincuentes realizando los paseos en lancha”, acotó Hermosilla.
“Las Autoridades Marítimas tienen la labor de fomentar el turismo, pero con prohibirnos el desembarcar gente pareciera que lo quieren matar”, criticó el operador de lanchas.
José señaló que, como agrupación de turismo y botes de Lenga valoran las medidas tomadas por la casa edilicia y esperan que se concrete el muelle flotante. Sin embargo, representa un problema no poder operar con normalidad, ya que este es el ingreso monetario de muchos trabajadores.