Ciudad

En cada zapato, una historia

La labor de los lustradores de la ciudad es más que un simple servicio, es el resplandor y conexión con tradiciones y la identidad local durante décadas.

Por: Diario Concepción 09 de Enero 2024
Fotografía: Carolina Echagüe

Por Monserrat Serra Cárdenas

Parte importante de la ciudad es su historia y patrimonio. Sin embargo, una herencia cultural se encuentra más cerca de lo que pensamos.
Ubicados en la Plaza de la Independencia de Concepción están los lustradores. Y es que, ¿Quién no los recuerda?

Aquí el tiempo parece detenerse, ya que ellos llevan consigo una tradición centenaria que, más allá de embellecer zapatos, representan parte del patrimonio humano vivo que ha perdurado en la ciudad.

Este es un oficio que se puede observar desde hace décadas en el corazón de Concepción. Y es que siempre han estado ubicados en la misma locación estratégica, contribuyendo a la identidad e historia local.

Por años se han encargado de limpiar y lustrar el calzado de los clientes que acuden a sus puestos de trabajo. Primero se pone tinta al zapato, luego betún y finalmente se le saca brillo.

Y es que es un proceso que parece simple, pero requiere de mucha experiencia entre las manos para poder desempeñarlo de buena forma.
Desde autoridades hasta las personas más humildes asisten a lustrar sus zapatos, valorando dicha labor y aportando cada día a la conservación del patrimonio local.

Sacando brillo a la vida

Sergio Briones (75) cuenta con una trayectoria de más de cuatro décadas. Parte de su motivación no es solo ver su oficio como un acto de servicio, sino que también lo es preservar su salud mental y sentirse útil para la comunidad.

“El ser humano tiene que estar ocupado todos los días de la vida. Con este trabajo me distraigo y acorto el día. Estar atareado la mitad del día me sirve mucho”, expresó.
Destacó igualmente el valor y respeto que los clientes tienen con ellos, así como también la preferencia y lealtad al servicio.
Para él, todos quienes acuden a sus servicios deben ser tratados por igual y de manera justa, y su labor, aparentemente simple, es crucial para la cultura local.
“Todos los clientes son estrellas. Hay un refrán que dice grano a grano, el zorzal se comió una viña. Eso quiere decir que todas las monedas sirven, y en esta actividad no hay ningún cliente que sea mejor o peor que el otro”, destacó.
“Lustrar zapatos es una actividad tan sencilla y doméstica, pero la ciudadanía no lo hace, porque pueden venir y pagar el servicio”, agregó Sergio.
Mientras él contaba su experiencia y explicaba su trabajo, Juan Peña llegó a lustrar sus zapatos.

Abogado de profesión, es cliente habitual de Sergio. Contó que el oficio de lustrabotas es necesario para la gente en los tiempos actuales que vivimos.

“Podría lustrarme los zapatos en la casa, pero no tengo tiempo, ni los materiales para hacerlo y tampoco me quedaría igual de limpio y brilloso. Entonces vengo aquí, recomiendo a Sergio con otros amigos y así también aporto a su oficio”, expresó el profesional.

“Valoro lo que los lustradores hacen, y si lo hago no puedo quedarme solo en el discurso. Así como hay gente que necesita de mis servicios, yo necesito de los de él”, concluyó Juan.

Encuentro con la cotidianidad

Por otro lado, Ramón López (65) también se encarga de lustrar zapatos en la Plaza de la Independencia de Concepción hace 49 años.
Desde las 7 de la mañana hasta las 3 de la tarde se sienta de lunes a viernes junto a sus escobillas a esperar que lleguen clientes para abrillantar su calzado.

Su relato destaca la conexión que estos trabajadores tienen con la historia cotidiana de la ciudad y las personas.

Él expresó que le agrada mucho trabajar en la Plaza de Armas lustrando zapatos, ya que eso le permite tener un contacto continuo con la comunidad y llevar un estilo de vida más relajado.

Recuerda haber atendido a jueces, ministros, fiscales e incluso presidentes. “Tengo harto contacto con las personas. He lustrado a sujetos considerados importantes. Una vez estuvo aquí el ex presidente de la República Eduardo Frei y también Pinochet”.

De igual modo dijo que el legado que dejan los lustradores al patrimonio humano de la ciudad es invaluable. Es un oficio que cada vez se ve menos en las calles, por lo que es importante resguardar la memoria y respeto hacia ellos.

Igualmente es parte del Sindicato de Lustrabotas de Concepción y señaló el declive en la cantidad de trabajadores. “Antes éramos más de 40 personas en el sindicato, ahora solo quedamos unos 10”.

“La razón de que seamos pocos es porque varios colegas han muerto. A mi parecer, ahora pasaríamos a ser más como una agrupación en vez de un sindicato”, comentó dejando en evidencia que poco a poco va desapareciendo este oficio.

Sin embargo, Ramón agradece la entrega de equipamiento y dinero por parte de la Municipalidad de Concepción para que los trabajadores sigan ejerciendo su labor con mayor comodidad.

“Se nos hizo entrega de implementación como cojines, lustrines, gorros y otras cosas más. También nos dieron plata a cada uno para comprar más materiales que ocupamos para lustrar”, explicó López.

Ayuda municipal

En el marco del fondo comunal a micro, pequeñas y medianas empresas, el municipio de la ciudad hizo entrega de diversos implementos al Sindicato de Lustrabotas, más específicamente a quienes desarrollan sus labores en la Plaza de Armas.

Este equipamiento liviano de transportar consiste en múltiples materiales. Entre ellos se encuentra un lustrín con piso en madera de raulí y ensamblado sin clavos, un cojín plegable para los clientes relleno de espuma y forrado en PVC para que sea fácil de limpiar.

Además, también se incluye un cojín para el lustrabotas adecuado al asiento, piso de lustrín, gorro protector del sol para los trabajadores y un carro de transporte con ruedas.

A todo esto, se suman $240 mil entregados a cada trabajador destinados a comprar materiales e insumos extras para sus actividades diarias laborales.

Los esfuerzos se adquirieron con el fondo que benefició a 35 microempresarios, una inversión que representa $30 millones.

Los lustradores se mostraron agradecidos por hacer realidad la necesidad imperiosa y así seguir entregando un servicio de calidad a la ciudadanía.

Misma emoción revelaron las autoridades que hicieron posible la gestión. Todas estas acciones ejecutadas por el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz junto con el Consejo Municipal reflejan el apoyo y el fomento de mejorar las oportunidades de quienes trabajan en ese rubro. Este gesto municipal es un reconocimiento hacia las tradiciones locales y a quienes se dedican día a día a tejer la historia de la ciudad.

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