Juventudes cuidadoras: postergan su propio desarrollo por bienestar de otros

Tres testimonios de jóvenes mujeres que debieron dejar a un lado en varias ocasiones sus estudios o inserción laboral, por un ser querido. Detallaron lo qué significa cuidar a corta edad.

Jóvenes cuidadores, que se hacen responsables del bienestar de personas en su familia o cercanos, es una realidad en el país que pese a ser poco visibilizada, recientes sondeos del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) demostraron que 1 de cada 4 jóvenes realizan labores de cuidados directos sin remuneración. De ellos un 64% son mujeres y un 36% son hombres. El 80% de las y los entrevistados se encargan de personas menores de 14 años, un 12% de personas mayores de 75 años y un 6,5% de personas con discapacidad física.

En la Región del Biobío, se reunió un grupo de ellos convocados por la Dirección Regional de Injuv para desarrollar jornadas de Focus Group enfocadas en las necesidades de las y los jóvenes cuidadores. A continuación hay tres testimonios de mujeres que dedican parte importante su tiempo al cuidado de familiares, a parte de las labores personales, de desarrollo y de estudios.

Catalina (21 años)

Catalina Díaz es estudiante de 3° año de enfermería, tiene 21 años, colabora con el cuidado de su hermano menor de 14 años quien tiene Autismo.

A sus 15 años debió hacerse casi totalmente cargo de él, que en ese tiempo sólo tenía 6 años. La situación se dio por un cáncer que afectó a su madre y que su padre debió dedicarse completamente al trabajo para costear el tratamiento. Actualmente su madre se recuperó, y Catalina relata que “mi papá trabaja, mi mamá era dueña de casa, pero se vio en la necesidad por todos los gastos de empezar a trabajar. Ella trabaja como mesera en un restaurante”.

Por esa situación, Catalina ha debido desde muy pequeña adaptar su rutina a la de su hermano. “Igual fue complicado, fue difícil (a los 15 años). Creo que dentro de todas las historias que escuché en la reunión, siento que la mía es la más chiquitita, porque hay personas que tienen una sobrecarga mucho mayor a la que yo tengo actualmente”, indicó.

Aunque recuerda que cuando su madre estuvo enferma pasó por un periodo muy complejo, dónde no quiso comentar con sus compañeras de colegio que su madre tenía cáncer para que no la miraran con lástima, y en que cuando su hermano se dormía, a veces rompía en llanto a raíz por lo pesada que se le hacía la carga emocional.

Tener que crecer rápidamente, fue uno de los temas de conversación que tuvieron en la jornada los jóvenes cuidadores. “Pasa esto de que uno se deja de enfocar, no solamente en la educación, sino también en los procesos que uno debería vivir como adolescente. Por ejemplo, yo decía que era mucho más madura que mis compañeros, porque mi vida no era ir al colegio y después salir a jugar a la pelota o ir a comer un helado al mall. Mi vida era ir al colegio, hacer almuerzo, ir a buscar a mi hermano y ayudarle con las tareas. Durante ese tiempo, que menos mal no fue un lapso muy grande, hasta que mi mamá se recuperó al año siguiente”, describió.

En cuanto a lo que estos jóvenes cuidadores esperarían que les entregara el Estado como apoyo en su rol, Catalina Díaz señaló que “una compañera dijo que se podía recibir algún bono o ayuda monetaria para movilización. Sería una muy buena ayuda que el Estado pudiera financiar cuidadoras y que fueran de ayuda (…) para mí algo crucial, sería ese tipo de ayuda en el que se pudiera financiar cuidadoras capacitadas, para ser una ayuda en las familias, no todos los días, pero sí un par de horas al día”.

Paula Alvarado (24 años)

Paula Alvarado está en 5° año de Educación Física. A sus 17 años fue madre y su hijo de hoy 7 años tiene parálisis cerebral. “Vivo con mis papás y mis hermanos. Pasé a quinto año de Educación Física y para eso me ayuda mi mamá, si no es por ella no podría estudiar”, dijo.

Sobre el encuentro del cual participó, señaló que “cuando me dijeron que eran específicamente cuidadores jóvenes me llamó demasiado la atención porque muchas veces, se asume que el cuidador es un adulto y el postrado es un abuelo, es raro que a un joven le toque cuidar a otra persona”.

En el caso de su hijo, Paula afirmó que hasta el momento cuenta con apoyo. “¿Qué voy a hacer en el futuro? Es algo que siempre me mantiene intranquila, como profesora tengo que contar con alguien que se pueda quedar con él mientras yo ejerzo mi trabajo”, mencionó.

“Entonces siempre a mí me gustaría contar con un apoyo, quizá monetario o que asignen algún cuidador, que a mí me dé como una tranquilidad o quizá una flexibilidad en el trabajo y que sea más fácil poder hacer paralela mi vida con el cuidado”, refirió.

Sobre lo que pudo ver y escuchar durante el encuentro con otros jóvenes en su misma situación, Paula resaltó que “me llamó mucho la atención que haya habido un hombre entre los jóvenes cuidadores que cuidaba a su hermana y me llamó mucho la atención que hubiera más jóvenes en mi situación”.

Aracely Gouet (28 años)

Aracely Gouet es activista en la ley de salud mental, en su caso tiene dos hijos: uno de 9 y otro de 7, además de una hijastra de 15 años que tiene problemas de drogadicción y se encuentra internada en Santiago.

Se ha encargado de ella, y apoya en el cuidado de su tía de 73 años y de su primo de 50 años, ambos con enfermedades. “Mi tía que es la cuidadora, como no tiene más redes de apoyo, para cualquier trámite que tenga que hacer yo voy a cuidarlos a ellos hace como 2 años”, indicó.

“Cuando tú cuidas a una persona, ya no es tu vida, tienes que hacer todo en pos de la otra persona. Uno no toma decisiones pensando en uno, sino que en las personas que uno cuida lo elijo”, expresó Aracely y comentó que por eso le agradó mucho el hecho de haber podido conocer a otras personas en su misma situación.

“Quedé contenta de que nos tomaran en cuenta, lo único que igual discutimos harto es que somos muchas cuidadoras, no cuidadores, hay como un tema de que el hombre no se hace mucho cargo de cuidar a otros”, dijo.

Injuv

Francisco Donoso, director regional subrogante de Injuv Biobío indicó al finalizar las actividades del Focus Group que “es valorable la disposición de las juventudes del Biobío que decidieron participar en la actividad. Pese a lo ocupadas que se encuentran estas personas, se hicieron el tiempo, compartieron sus experiencias y requerimientos en estas dos jornadas que desarrollamos”.

Juan Pablo Madrid, coordinador de Proyectos de Estudios de la consultora Focus estableció que “estamos realizando grupos focales en 7 regiones del país. De igual forma, tendremos entrevistas individuales online, con el fin de llegar a las juventudes que no puedan participar de manera presencial”.

Madrid comentó que “elaboramos un informe con hallazgos principales y se lo entregaremos a Injuv, con el fin de que ellos puedan generar un análisis más detallado. Toda la información que se levante va a tributar en el sistema de cuidados nacionales, con el fin de generar programas y políticas pertinentes a la realidad de este grupo objetivo”.