El retorno de la pequeña Venecia en Penco

Con el inicio de la temporada estival, actividad en el estero que cruza la comuna ha reanudado sus operaciones, abriendo sus puertas para dar la bienvenida al público local y turístico que busque revivir experiencias únicas.

Por Montserrat Serra 

“Molto benissimo, per me è un piacere fare questo lavoro”. Las palabras en italiano no son casualidad. Una expresión que al momento de esta entrevista fue en italiano, y que traducido al español significa “Muy bien, para mí es un placer hacer este trabajo”.

Es Francisco Barrientos uno de los gondoleros de Penco, una actividad que quiere convertirse en tradición y que ya lleva 5 años recorriendo el caudal de agua de la comuna.

Las aguas cercanas a la Plaza de Armas son testigos de la elegancia y encanto de este singular paseo de martes a domingos de 15:00 a 22:00.

Los gondoleros con su clásica vestimenta de polera negra con rayas blancas, lleva consigo no solo una tradición que viene desde Italia, sino también una nueva perspectiva de turismo e innovación.

Su singular carisma y canto sorprende a más de uno de los habitantes que circulan por allí. Esto devuelve a la ciudad una atmósfera de alegría y asombro.

En el contexto

La iniciativa nace inspirada en la fiesta de la primavera que se realizaba décadas atrás en la comunidad de Penco. Allí mientras se llevaba a cabo la celebración, se elegía una reina y luego la paseaban en bote por el estero.

Desde el municipio de Penco adaptan esta idea y el espacio para darle un toque muy veneciano, donde se mezclan los árboles verdes, la tranquilidad de la plaza y el encanto de las góndolas.

Gloria Sánchez (65) visita constantemente junto a su familia la pequeña Venecia. Allí, con su esposo y sus pequeños nietos disfrutan de una tranquila jornada.

“Siempre venimos, nos encanta el paisaje y la idea es llamativa. No tenemos nada que envidiarle a Italia”, comenta la mujer entre risas.

“Súper recomendado el panorama, es muy relajante. Además, que el gondolero tiene la tremenda voz. Lo único es que deberían preocuparse de la basura que se acumula al final del estero”, manifiesta Gloria.

Junto a los focos de iluminación y diversos adornos alrededor generando un sentir romántico, los gondoleros recorren el espacio para darle vida a la experiencia.

Protagonistas

Francisco Barrientos (57) se destaca como gondolero reencarnando el personaje de “Francesco”, un italiano que canta ópera mientras pasea en las góndolas. Y es que su principal atractivo son los cantos que realiza al pasear por las aguas del estero.

“Yo canto lírico en repertorio de ópera y al hacer esta actividad me permite cantar un poco a la gente. Esto para mí ha sido satisfactorio, porque me permite realizarme como cantante y a disfrutar de lo que me gusta, es un estilo de terapia”, explica Francisco.

Comenta que es algo que le relaja, y no solo a él, sino que a todos los que deciden pagar por la actividad.

“Todo es muy inmersivo aquí. Es como si pasaras de una dimensión de Chile a otra en Italia. Desde que los saludo en italiano hasta que canto la ópera les genera un impacto a las personas y llama bastante la atención”, detalla el gondolero.

“Vienen muchas personas de afuera. Norteamericanos, franceses, españoles y hasta italianos. Para ellos es fantástico, se van muy contentos”, señala al preguntarle por las personas que visitan la iniciativa.

Luego, destaca uno de los puntos más importantes de su trabajo, que es poder entregarle a la gente un momento grato y de tranquilidad. “Nosotros podemos percibir la gratitud de la gente, ya que no todos podemos ir a Italia. Entonces aquí les traemos la pequeña Venecia”.

Escena que faltaba

Héctor Cofré (75) es otro gondolero de la pequeña Venecia desde que se inició esta idea. Comenta que es una bonita experiencia y lo que más destaca las expresiones y emociones genuinas que provoca el proyecto a quienes lo visitan.

“Cuando se inauguró había veces que nosotros no podíamos parar. Daba la madrugada y seguíamos haciendo viajes, porque venían personas extranjeras, otras con sus familias y había que cumplir con darles la experiencia”, indicó el gondolero.

Es una satisfacción mutua para quienes trabajan con las góndolas y también para quienes las visitan. Héctor menciona que es positivo ver y sentir el cariño por parte de la comunidad que decide pasear por el estero de Penco.

“Aquí el gran atractivo son las góndolas. El paseo es grato para la gente, porque se sienten relajados y liberados. Encuentro que tener una iniciativa que sirva para eso es maravilloso. Es una escena que hacía falta y da buenos resultados hasta el día de hoy”, expresa contento Héctor Cofré.

El retorno de las góndolas al estero de Penco representa una conexión con los locales y la comuna, además de exponer una innovación que ha revitalizado el espíritu comunitario.

La invitación hacia los ciudadanos es a disfrutar de estas experiencias y actividades característicos de la temporada estival.